El desastre tiene nombre: Capitalismo
En los primeros días de mayo de 2024, el conocido territorio del estado de Rio Grande do Sul, en el llamado Brasil, fue golpeado por la mayor catástrofe climática de su historia. Más de una semana de fuertes lluvias provocaron el desbordamiento de varios ríos, arrasando decenas de ciudades y destruyendo todo a su paso, para luego desembocar en el río Guaíba provocando la mayor crecida jamás registrada en la región del Gran Porto Alegre y otras ciudades del estado. Hasta el 1 de junio, se han confirmado 171 muertes. Miles de personas lo perdieron todo. 614.000 se quedaron sin hogar. Más de dos millones de personas se vieron afectadas. Ciudades enteras prácticamente borradas del mapa por la fuerza de las aguas.
El Estado y el modo de producción capitalista son responsables directos de la devastación del planeta, produciendo cada vez más catástrofes, talando bosques para dar paso a la ganadería, los monocultivos y la minería, degradando y sellando el suelo con la expansión urbana. En medio del horror, es evidente la completa incapacidad de los gobiernos y de los ricos para cuidar de nuestras vidas y de nuestro medio ambiente.
En el centro de esta tragedia que anuncia una nueva realidad de eventos extremos cada vez más frecuentes, lxs anarquistas, comunidades indígenas, quilombos y movimientos sociales organizan la solidaridad mientras intentan reconstruir sus vidas y sus territorios severamente afectados, ya sea pidiendo y distribuyendo donaciones, llamando a esfuerzos conjuntos para limpiar y regresar a las propiedades afectadas, u organizando nuevas ocupaciones de edificios vacíos para albergar a las personas que han perdido sus hogares.