Texto leído en la concentración contra la innecesaria y nefasta industria eólica en El Escudo

Todos los territorios son igual de valiosos, los que por ahora están a salvo de esta industria destructiva, tanto como los que hemos solicitado ser de exclusión eólica.

Los valles de Iguña y Aguayo ya somos sobradamente solidarios en la producción de energía hidroeléctrica, somos una zona ya sobresaturada en lo que ahora llaman “nuestro patio de atrás”, no queremos que se conviertan en un vertedero de producción energética y una colonia de exportación eléctrica a Europa. Los polígonos eólicos y solares que nos amenazan tienen un rendimiento energético muy escaso y no son energías limpias ni renovables, dependen totalmente de los combustibles fósiles, desde la extracción de las escasas materias primas en lejanos países en condiciones medioambientales y laborales penosas, hasta su transporte, construcción, mantenimiento y respaldo en la red eléctrica. Cuando se acabe el último saco de carbón y el último barril de petróleo desaparecerán esto que llaman renovables.

EL ESCUDO es sólo parte de la fragmentación de 17 polígonos eólicos (y en el futuro solares) que amenazan a los valles del centro y sur de Cantabria y tienen como nexo común la subestación eléctrica de Molledo y la ampliación de la central de bombeo reversible de Aguayo. Consideramos que lo que es malo para Iguña lo es también para los demás, y si empiezan aquí seguirán hacia los demás valles y no les parará exclusión o zonificación alguna.

No nos dejamos engañar por cuentistas ni vendedores de humo: la crisis energética es principalmente un problema de suministro de energía primaria (combustibles fósiles), que es el 80% del consumo mundial, NO de suministro eléctrico. No se va a solucionar ni con nuclear, ni con renovables. Única solución: recuperar y aprovechar las infraestructuras locales que ya tenemos y consumir menos (Los límites del crecimiento).

Queremos dar las gracias a toda la gente que está y a la que no ha podido venir, que cada quien aporta en las labores visibles y en las invisibles que son igual de necesarias, desde leer el BOC, diseñar carteles, redactar alegaciones, poner mesas informativas, dar charlas, pegar carteles, hablar con las vecinas, todo esto es un trabajo de equipo y no de individualidades.