Taller de Educación Creadora

Extraido del blog de la Asociación Ítaca.

 

Los días 30 de abril y 14 de mayo realizamos un taller de Educación Creadora dictado por José Miguel Castro, en la Residencia de Castro Urdiales.

 

Durante la 2ª guerra mundial ARNO STERN se encuentra trabajando con un grupo de huerfanos de guerra. Por azar les pone a dibujar y allí se originan las condiciones de trabajo que viene desarrollando a lo largo de su vida. Finalizada la guerra abre en Paris su taller de pintura actualmente “Le Closlieu”. Durante la década de los 60 recorre diferentes lugares del mundo investigando sobre el dibujo y la pintura y descubre la existencia de un código universal al que llama La Formulación. Este código aparece en unas condiciones muy concretas al margen de la comunicación: las condiciones de la Educación Creadora.

 

La Educación Creadora establece unas condiciones en las que todas las personas pueden sentirse seguras y afirmarse sin depender de un modelo. El desarrollo de la capacidad creadora para cualquier circunstancia de la vida, se basa en la posibilidad de reencuentro con todo lo que se tiene de diferente, original y personal. Sin inhibiciones y lejos de la exhibición.

 

Cada persona nada más nacer, viene dotada de capacidades y herramientas, partiendo de los instintos más básicos, para relacionarse con el mundo que le rodea y tiene la posibilidad de ser el artífice de su propio crecimiento e iniciar una deriva personal basada en sus propias necesidades. Esta relación basada en la apertura y la curiosidad se va ampliando y haciendo más compleja con el paso del tiempo.

 

 

Si existen unas condiciones de libertad para el aprendizaje, donde éste se guíe por necesidades e intereses propios, nunca se dará de forma lineal, sino que se organizará en forma de “estructura arbórea”, dónde unos conocimientos se conectan con otros en una “deriva personal”, sin un orden lógico externo y aparente quizás, pero con un profundo orden interno. Libre de modelos impuestos y juicios, el temor desaparece, los límites se rompen y se evoluciona mucho más de lo que imaginamos ser capaces. Así se puede improvisar, investigar, crear y desarrollar la actividad más seria y rigurosa que existe: el juego.

 

Para que un juego funcione, es necesario que tenga lugar en unas condiciones de libertad: la existencia de un grupo heterogéneo, trabajando al margen del juicio y donde exista un educador que asuma un rol muy particular. El papel como educador no es el de dirigir, ni controlar, sino servir y responder a las necesidades de las personas. Estas condiciones que creó Arno Stern en su taller de pintura son difíciles de encontrar en nuestra sociedad. Sin embargo son las que permiten a las personas expresarse y hacer cualquier aprendizaje sin limitaciones.

 

 

Para más información sobre la Educación Creadora podéis visitar su página web
www.dirayaexpresion.es