[Seguimiento de la huelga en Francia] Lo que hay que bloquear
¿Dónde están los flujos? Los flujos son confusos… En las asambleas, las manifestaciones, los textos y los comunicados del movimiento en marcha, la idea de que hay que bloquear todo resuena cada vez más. Se apoya en la constatación de que las economías occidentales han evolucionado hacia modelos en los que ahora son los flujos los que dictan la marcha. Mientras que antes parecía imposible parar la producción, hoy en día es hacia la circulación de bienes y materias hacia donde orientamos la acción. Todavía seguimos produciendo en los países occidentales, en las fábricas que como siempre son insoportables para el ser humano, pero producimos cada vez menos, y no es bloqueando la producción como conseguiremos herir al sistema. La división internacional del trabajo ha dispersado los lugares en los cuales las multinacionales fabrican los productos de baja gama con los que nos abruman. Para sacar beneficios, tiene que encaminar hacia costes bajos el flujo de mercancías, al igual que hacen circular los flujos financieros y los flujos de informaciones. Para la libre circulación de las personas, habrá que esperar…
Por tanto, bloqueamos los flujos y haremos daño allí donde les duele. Pero es más bien sobre el método a adoptar cuando surgen las preguntas. ¿Dónde bloquear? ¿Dónde están los flujos? Tenemos en mente los enormes buques porta-contenedores, símbolo de la globalización, pero no hemos inventado todavía las barricadas marítimas. Vemos los camiones, pero bloquear las autopistas no es la cosa más fácil de hacer, y por cada camión bloqueado tenemos que negociar con diez automovilistas que quieren volver a sus casas (a pesar de lo cual sigue siendo algo a considerar). El mismo problema surge para los trenes. ¿Y por qué no en correos? La idea ha surgido en las asambleas, pero no cabe duda de que no son los carteros los que manejan los grandes flujos mundiales…
Bloquear por todos lados es todavía lo mejor que podemos hacer. Pero para bloquear los flujos, hoy en día, es principalmente alrededor de los almacenes donde todo se juega. Acordaos de los timadores de Amazon, aquel gigante del comercio que ha querido hacernos creer que los libros nos llegan como por arte de magia a nuestros domicilios, cuando esta rapidez descansa sobre el arduo trabajo de millones de obreros en enormes almacenes. Pero ¿qué es lo que pasa en los almacenes de Carrefour, de Leclerc, en los de de Décathlon o de Renault, en aquellos de las editoriales o de las farmacéuticas? Pues lo mismo, o peor.
Todo el capitalismo transita en esos cubos de chapas uniformes que vemos al lado de las autopistas. La ventaja, están todos agrupados en zonas logísticas que parecen bastante fáciles de bloquear. Para dar un ejemplo muy concreto de una zona situada a algunos pasos de una estación de tren, bloqueando la única rotonda que la conecta, podemos arrodillar el aprovisionamiento de las Galerías Lafayette, de Décathlon, de uno de los grandes del comercio, de piezas sueltas de un vendedor de “higth-tech” de la Biblioteca Nacional de Francia (sí, sí), de la Banque Populaire, de una filial entera del agro-alimentario, de un proveedor de decoraciones para la televisión, de una parte de la prensa nacional, etc. ¡Incluso hay un centro de datos! En una única zona…
Claro está, no es fácil organizar bloqueos en lugares que nos son hostiles, anclados entre una autopista y una zona urbanizada. Pero, sobre todo, para que tenga algún sentido, hace falta que los obreros de esos almacenes se unan a la partida. Son más de 700 mil en Francia y representan 13% de los obreros. Curran en condiciones asquerosas para mantener llenas las estanterías de los supermercados o para repartir el paquete al señor fulanito antes de las 9h. Su dispersión en pequeñas unidades complica las grandes movilizaciones. La subcontratación, las primas de productividad y el miedo al paro complican aún más la cosa. Esta semana, obreros de XPO (empresa de camiones que reparten miles de cosas en miles de cajas), han empezado el baile empezando una huelga indefinida. Apoyándolos, llamando a una amplificación del movimiento a escala de todo el sector logístico, podemos darnos los medios de bloquear mucho. Una alternativa entre otras…
Fuente: https://paris-luttes.info/ce-qu-il-faut-bloquer-5456?lang=fr