Represión institucional contra la autonomía en la montaña. Punitivismo y privatización
Este artículo no pretende entrar en el juego sensacionalista, sino ofrecer una reflexión crítica sobre las repercusiones del reciente rescate de dos espeleólogos en la travesía de Soba el pasado mes de junio y su trato mediático que ha tenido como consecuencia el cobro del rescate.
El rescate de Soba es el segundo caso en Cantabria en el que se exige a las personas rescatadas el pago de los costos de su salvamento desde que se creara la tasa por rescate en 2002. El primero fue hace 3 años. Para quienes participamos en esta actividad, especialmente quienes colaboramos activamente en los rescates, esta decisión representa un golpe duro e injusto. Más que una medida de apoyo o prevención, parece una acción punitiva destinada a reprimir, socavando la autonomía que ha caracterizado durante décadas al colectivo espeleológico en la región.
Para entender la situación es esencial resaltar que una parte importante del equipo que participó en esta épica y televisiva operación de rescate está compuesto por personas voluntarias. Personas que practican la espeleología y además se forman y preparan de manera autónoma para estos casos. La comunidad espeleológica en Cantabria se caracteriza por ser uno de los pocos colectivos que practica actividades en la naturaleza con una estructura de rescate organizada y autónoma, algo que merece reconocimiento y valoración.
La espeleología es una práctica que conlleva riesgos, como tantos otros, quizá el principal es el adentrarse en el subsuelo, no porque este sea especialmente hostil (si comparamos con otros contextos) sino por la dificultad que puede entrañar una evacuación eficaz, rápida y segura. La cuestión es que esta realidad es un mantra en la cabeza de cualquiera que se adentre en las profundidades y las estadísticas nos dan la razón, la accidentalidad es mínima (una media de dos rescates al año según datos del 112). Estas estadísticas son gracias a la importancia que da la comunidad espeleológica a la seguridad.
Este compromiso con la seguridad ha empujado a que el colectivo se forme de manera independiente, no sólo para moverse por las cavidades, sino para resolver grupal e individualmente cualquier imprevisto. Los clubes, las federaciones, las escuelas, las individualidades nos formamos continuamente en técnicas de autosocorro o diversos métodos para salir de cualquier apuro. Vamos en grupo y cuidamos al grupo. La primera persona que está ahí para sacarte de una situación crítica no es el 112, son tus compañeras que están en la cueva contigo. Son la solidaridad y la autosuficiencia valores fundamentales en esta disciplina. Sin embargo, esta cultura de responsabilidad no ha sido suficiente para evitar que la espeleología sea etiquetada injustamente como una "actividad de riesgo".
El sistema del rescate en Cantabria
De los cuidados como grupo en materia de rescate pasamos a la organización del grupo de rescate que existe en Cantabria. Hace años el concierto pertenece a Cruz Roja y dentro existe el ERIE (Equipo de Respuesta Inmediata en Emergencias), donde se encuentra la sección de “espeleosocorristas”.
Esta sección es completamente voluntaria en la que existe una formación autónoma y continua que corre a cargo de las propias personas espeleólogas que forman parte del equipo. Los servicios prestados son gratuitos, no hay salarios ni hay beneficios. Creo que con esta información se ve un poco hacia donde se quiere poner el foco y lo mucho que puede indignar a muchas que cobren el rescate de estas dos personas. Añadir que la medida de la llamada al 112 es un requerimiento reciente, tradicionalmente se ha hecho y se hace el avisar siempre ya sea al club, al grupo con el que sueles salir, a una amistad, familiar, etc. El no avisar es un riesgo que no se contempla. ¿Cuántas avisamos cuando nos vamos a bucear, a hacer una ruta, a escalar o a nadar en el mar…?
Aquí es donde se cruzan varios actores clave: el papel de los seguros federativos, el papel de los medios de comunicación, el papel de la opinión pública y el papel del Gobierno de Cantabria. Es aquí donde vamos a poner el foco crítico.
Los seguros federativos
Los seguros federativos suponen una tasa anual al deportista para obtener el permiso legal oficial para realizar una actividad sin ser sancionado directamente en caso de accidente. Los seguros operan bajo una lógica capitalista: a mayor riesgo y accidentalidad acumule una actividad más subirá la tasa. Es decir, que en este caso han asumido las tasas del rescate ¿qué consecuencias tendrá a futuro? Puede que con el tiempo percibamos un aumento en las tarifas, como ya ha pasado. De 2022 a 2023 se incrementó en 12 euros el precio de la licencia básica. Existe también un impacto social donde se percibe claramente una tendencia al alza de la economización y regulación que limita la libertad a la hora de practicar actividades relacionadas con la exploración y el disfrute del entorno. Si pasas esos límites, estás sola ante el peligro y tendrá consecuencias. ¡Es una forma de punitivismo!
El papel de los medios de comunicación,
Nada nos sorprende, pero por más que rasques pica. Este ha sido un hecho histórico, no por la gravedad del rescate, que ha sido más una búsqueda, ambas personas estaban perfectamente, sino por como los medios lo han abordado convirtiéndolo es un espectáculo puramente sensacionalista: actualizaciones constantes, coberturas las 24 horas, debates, entrevistas... Con el falso manto de cubrir una noticia e informar de la importancia de los grupos especializados de rescate, lo que realmente han hecho es avivar la opinión pública, con un tratamiento amarillista y superficial de los hechos. Sin negar los momentos de tensión, preocupación y ansiedad vividos la realidad es que todo ha acabado degenerando con frases como “que lo paguen con su dinero”, “no con mis impuestos” … y otras barbaridades que se han leído y escuchado por ahí (que llegan a atacar directamente el aspecto de las personas rescatadas), avivando la polarización mientras que los equipos de rescate quedaban en un segundo plano, en especial el grupo de espeleosocorristas, las personas voluntarias.
Se ha jugado al juego mediático del desconocimiento y de agitar el avispero cuyos resultados nos contrastan cuando días antes se aplaudía desde los medios, el Gobierno y el conjunta de la sociedad a quiénes habían hallado restos arqueológicos en otra cavidad en Alfoz de Lloredo por parte del club espeleológico Abrigu. Los medios han contribuido irresponsablemente con un enfoque polarizador a una sociedad ya de por sí dividida. El desconocimiento de esta actividad y un pensamiento individualista liberal se hacen evidentes en estas situaciones con sus consecuencias. Es el trato de la noticia y la búsqueda de satisfacer la sed de sangre de la opinión pública la que ha empujado (muy dispuestamente) al cobro del rescate ¡Punitivismo!
Se está normalizando la idea de que rescatar a una persona fuera de un entorno estrictamente regulado y controlado debe ser sancionado. Se está normalizando la idea de: si te sales de tu redil estás sola ante el peligro, no podemos cubrirte. Se está normalizando la idea de que los impuestos son una inversión económica individualista a decidir por la moral e ideología de quien paga “Si no me gusta lo que haces, si eliges el sistema público mientras yo estoy en el privado, que lo pague otra persona”. Una visión mercantilista de los impuestos que lleva a la idea de quien se salga de la norma serán tratados como imprudentes y deben asumir las consecuencias… ¡Punitivismo!
¿A qué nos lleva este pensamiento? A que quiénes practicamos estas actividades o a quienes ocasionalmente algún día se aventuran, en el momento en que necesiten ayuda se lo van a pensar dos veces, y la segunda vez puede ser tarde.
Sobre el papel del Gobierno de Cantabria.
La sanción ha sido presentada de dos formas: como sanción y como hecho ejemplificante. Sanción y castigo por no llamar al 112, ¿Cuál es el ejemplo? ¿Qué si llamas al 112 cuando estés en apuros como encuentren un mínimo error a interpretación de las personas competentes (o los medios y opinión pública) serás sancionado duramente? ¿Ahogo económico? Sí… ¡Punitivismo! Este enfoque no sólo refuerza una lógica punitiva, sino que también refleja la creciente privatización de los servicios de rescate, algo que debería preocuparnos profundamente.
Se ha vendido que el cobro es para cubrir los costos de rescate (sí, y para dar ejemplo). Sin embargo, con un grueso de más de 100 personas voluntarias involucradas para las operaciones de rescate en cavidad, ¿qué cuentas nos salen? No pretendo ser materialista, pero si estamos dirigiéndonos peligrosamente al camino de la privatización ¿Qué futuro nos espera? ¿1+1 cuánto nos da?