Renegado por Naturaleza. Testimonios de un ácrata

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El ser humano forma parte, indiscutiblemente, de un sistema natural, de la Naturaleza, de la Madre Tierra. Ésta es la razón de su existencia, gracias a ella perdura a lo largo del tiempo. Le pertenece a él mismo el conservarla, participando de ella pero también con ella. Debe eliminar y evitar todo aquello que la destruya y la ponga en peligro, de lo contrario todo el daño infligido repercutirá en él y la razón de su existir quedara obsoleta.
Hoy en día y desde hace más de 200 años el sistema predominante viene golpeando a esta Madre Tierra algo que se ha vuelto por costumbre y que parece inevitable conociendo la esencia de dicho sistema. Nos encontramos ante un mundo en continuo declive, ante un mundo en progresiva destrucción y ante una sociedad ajena a estas circunstancias. El ser humano parece no enterarse de la razón de su existencia, seguramente porque le ha sido robada, pero aún así le pertenece a él la obligación de acabar con algo que él mismo ha creado, si no lo hace, se convertirá en el culpable de su propia autodestrucción.
Y esta es una de las razones por la que mi optimismo se encuentra en que esta civilización algún día llegara a su fin, mientras que todo aquello que me arrastra con ella me llena de pesimismo. Como ser humano que soy, no quiero formar parte de la lista de culpables de nuestra propia destrucción, de ahí que reniegue rotundamente de esta forma de existencia, de los esquemas de este sistema y de esta sociedad y, en definitiva, de esta civilización obligándome día a día a acabar con lo existente.