Que los próximos 1º de Mayo sean cada vez más autónomos
Que los próximos 1º de Mayos sean cada vez más autónomos
Hay muchos motivos para defender un 1 º de mayo en contra del trabajo asalariado y en defensa de las explotadas, trabajen o no. En Cantabria como en tantos sitios, nos acostumbramos a que este día en que se rememora la lucha encarnizada de las proletarias por su dignidad, sea un día de simple celebración. Como si se tratara de una misa de domingo para quienes tenemos un día más para descansar del trabajo asalariado, si es que tenemos acceso hoy en día a ello. La jornada se reduce a una petición de derechos y a un exigir más empleo. Aprovechar un día festivo para descansar es una opción muy legítima. Aprovechar cualquier día para descansar también. Sin embargo, la parafernalia y el folklore revolucionario de dicho día muestran una impotencia colectiva a la vez que un conformismo latente.
-No hay trabajo, sí hay destrucción del territorio.Nada volverá a ser igual-
Más allá de las consideraciones políticas que sitúan la práctica de nuestras luchas en reclamar más empleo o en superar el trabajo asalariado e ir más allá, ¿es posible en la etapa del capitalismo en la que estamos que las demandas de mayor empleo sean satisfafechas por los grandes empresarios, la patronal y el estado? Aún en el supuesto de pensar que la creación de más puestos de empleo es la solución a nuestros problemas, ¿Tiene algún tipo de utilidad a nivel práctico demandar más trabajo dentro de una economía capitalista colapsada? En su búsqueda de alternativas energéticas que sostengan el nivel criminal de consumo y explotación actual, la economía capitalista está arrasando con todo resquicio del planeta en su afán extractivista de escapar hacia delante. Los gestores del capital no tienen todo bajo control pues no son omnipotentes. Las ayudas sociales -allá donde estén- son la doble cara de otro dispositivo de contención más conocido en nuestro contexto español, que es la precarización del trabajo que nos mantiene a todas en continuo cambio, reinvención e incertidumbre. ¿Qué hace pensar que esto va a cambiar?¿Qué motivos existen para pensar que el “bienestar” puede volver? La deslocalización que en su día fue la solución a la crisis de la estrategia fordista, ahora no lo es. Todos estos cambios a nivel internacional, acelerados por una pandemia global, hacen que a nivel mediático demócratas y fascistas se peleen de boquilla, pero lo cierto es que el fascismo emerge con fuerza, como siempre, como escudo de defensa del capitalismo – que se encarna en el contexto europeo bajo la gestión democrática del estado- cuya forma de proceder va perdiendose ante la necesidad de potenciar los sentimientos nacionalistas como medio unitario para que las explotadas y los de arriba pensemos que estamos en el mismo barco. Para que sea más dificil que nos coordinemos de cara a salir en pequeñas barcas de este maldito barco hacinado donde no puede haber relaciones entre iguales.
-El feminismo nos aporta en la crítica al trabajo asalariado-.
Con la fuerza que los feminismos como movimiento están teniendo en nuestro presente, así como la influencia de autoras como Federici, es dificil comprender por qué la crítica radical al trabajo no está más extendida. Si el trabajo asalariado es el cáncer que posibilitó el desarrollo capitalista y ha supuesto la imposición del uso del cuerpo de las mujeres como fábrica para procrear, eliminando a todas aquellas que se han rebelado en la historia contra este proceso, ¿qué hacemos pidiendo más empleo?. Si todo el llamado trabajo invisible no está valorado economicamente es porque la acumulación de capital requiere no hacerlo. ¿qué mierda de culto y apología tenemos que seguir haciendo al empleo? ¿Hasta cuándo? ¿Cuando cambiaremos de objetivos?
-¿Afiliarse para qué?-
Compartiremos con los compañeros anarcosindicalistas que los sindicatos mayoritarios son unos vendidos del poder. Especialistas que pactan y negocian con la patronal y que impiden la propia implicación de las personas afectadas en el curro por su propio problema.Son intermediarios, gestores, y cumplen su labor de calmar los conflictos laborales. Pero aunque la labor de los pequeños sindicatos de base puedan tener grandes diferencias con el sindicalismo del poder, la limitación del sindicalismo es que no puede plantear un conflicto que vaya más allá de la defensa de los puestos de trabajo ni de las condiciones que se dan dentro de la jornada laboral -cuestiones legítimas e importantes para nuestras vidas- pero que no posibilitan que el conflicto vaya más allá del cerco del empleo. La llamada autonomía proletaria y los grupos auto-organizados de obreros en el trabajo sin líderes, ni especialistas, ni intermediarios, planteaban el salto a acabar con las condiciones laborales y superar el trabajo en un proceso revolucionario. Nuestra realidad no apunta a esa coyuntura ni tampoco existe la fuerza del movimiento obrero de décadas anteriores. Sin embargo, eso no impide la capacidad de auto-organizarnos allá donde curremos, estudiemos o vendamos nuestro tiempo sin líderes ni delegados. Tampoco impide que cuando recordemos a quienes lucharon por mejores condiciones de vida, les recordemos con el objetivo de acabar con la explotación asalariada, no de reforzarla.
-Un 1º de mayo no sólo para las trabajadoras, sino para las explotadas.-
Es habitual que la mayoría de propaganda, de mensajes y de discursos que se dan a la hora de hablar desde los movimientos sociales se hagan desde la retórica obrerista que lleva muy adentro el complejo productivista de trabajar. En un tiempo en el que cada vez hay menos trabajo y cada vez menos capacidad de generarlo, así como una voluntad de reemplazo de la mano de obra humana por las nuevas tecnologías, son cada vez más las personas desempleadas. A eso tenemos que sumarle todas las personas que por edad, salud y otras cuestiones no entran dentro del mercado laboral. Sin olvidar a todos los seres vivos no humanos cuya fuerza de trabajo ha servido y sirve para levantar y sostener este sistema-mundo. No son los currantes los únicos explotadxs.
Lxs proletarixs somos todxs aquellxs que vivimos desposeidxs de nuestra capacidad de vivir como queremos. Con la poca probabilidad de tener un empleo fijo hoy en día es fácil verse estar en un lado o en el otro. No tener acceso a ingresos económicos en una sociedad que extrema la condición económica a todos los aspectos de la vida (techo, comida, movimiento, compañía, salud), es parte de la explotación, así como las formas de vender el tiempo y la energía al margen de los empleos socialmente aceptados también son trabajos. Contra más colectivamente afrontamos nuestros problemas, menos capacidad de explotarnos, amenazarnos y chantajearnos tendrán y mejores condiciones de vida- aún explotadas-tendremos.
Por ello, de lo único que queremos ser abolicionistas es del trabajo asalariado, del estado y del capital. Si quieres luchar, no necesitas ni partidos, ni sindicatos, ni líderes ni delegados.
¡Por un 1º de mayo para todas las explotadas!