El Plan Director de Seguridad o por qué la policía y la guardia civil dan charlas en nuestros institutos de secundaria

En este artículo vamos a explicar en qué consiste el Plan Director de Seguridad. Mediante este Plan, entre otras actuaciones, el alumnado de nuestros institutos de secundaria es instruido por policías armados en diversos problemas sociales como pueden ser los peligros de internet, el acoso en redes sociales, las drogas o la violencia de género. También haremos un pequeño repaso por su historia y haremos algunas propuestas para quien tuviera interés en que ese Plan Director no se llevara a cabo.

El pasado mes de agosto las gentes que viven en La Garma, una finca-comunidad en Llanos de Penagos que trabajan en la creación de alternativas comunitarias al sistema capitalista actual organizaron unas jornadas de reflexión en torno al concepto de control social. Dentro de las jornadas asistimos a una de las charlas, la que trataba de la relación entre el antimilitarismo y el control social, que intentaba aportar luz sobre cómo la lógica militar impregna la sociedad y cómo el estado español se sirve de la «creación del enemigo» para sus fines de control social. La «creación del enemigo» necesita de un estado de ánimo en la población que se consigue inoculando miedo en la misma.

En el debate que siguió a la exposición un asistente hizo un comentario que se apoyaba en un lugar común: «los adolescentes actuales son mucho más machistas de lo que éramos nosotros hace 30 años». Esta frase incide, desde nuestro punto de vista, en un error demasiado habitual. Basta ver un patio de instituto para ver la diversidad que allí convive o asistir a la manifestación del orgullo LGTBIQ+ de Santander del pasado junio, o la última manifestación del 8 de marzo y ver la cantidad de gente joven que allí se congregaba. Esto hace 30 años era impensable. En aquella época no era posible para alguien demostrar su atracción por una persona de su mismo sexo. Hoy los adolescentes conviven con compañeros que lo declaran abiertamente sin que suponga en general muchos problemas de convivencia en los institutos. No negamos tampoco la existencia del machismo en los adolescentes actuales, solamente sostenemos que el machismo en ellos es más ruidoso que preponderante.

En la conversación posterior la persona que hizo el comentario reconoció que había generalizado y pudimos conversar en torno a la injusticia que supone para los adolescentes dichos lugares comunes. La misma persona recordó que ya en tiempos de los romanos se criminalizaba a los adolescentes. Nosotros este mismo año hemos vivido esta criminalización durante la pandemia cuando se les acusaba injustamente en los medios de comunicación de provocar la muerte de sus abuelos por su irresponsabilidad. Una buena táctica de control social del poder, que sabe que los cambios revolucionarios en las sociedades se tienen que apoyar en los jóvenes y por eso los quiere tener bien controladitos. La extrema derecha (altavoz de las aspiraciones del IBEX35 y freno de cambios sociales hacia horizontes del libertad) bien lo sabe y muchas de sus estrategias en redes sociales van dirigidas a captar a adolescentes para provocar un cambio real futuro en su favor.

Esta larga introducción nos ha permitido relacionar el control social y la adolescencia que son los dos principales temas del artículo. Y ahora al grano: uno de los instrumentos que los últimos gobiernos españoles han ido utilizando y ampliando de control social de la adolescencia en la actualidad se denomina: «Plan Director para la Convivencia y Mejora de la Seguridad en los Centros Educativos y sus Entornos» o por su nombre corto «Plan Director de Seguridad».

Este Plan comenzó como un acuerdo entre el Ministerio de Educación y el Ministerio del Interior en 2006 durante el Gobierno de Zapatero (PSOE), cuando Rubalcaba era Ministro del Interior. En 2007 ya estaba redactado y tenía como principal objetivo «responder de manera coordinada y eficaz a las cuestiones relacionadas con la seguridad de menores y jóvenes en la escuela y su entorno, fortaleciendo la cooperación policial con las autoridades educativas en sus actuaciones para mejorar la convivencia y la seguridad en el ámbito escolar, reforzando el conocimiento y confianza en los Cuerpos policiales.» Este plan tenía una vigencia de dos años que fue prorrogada una vez hasta que en 2012 durante el gobierno de Mariano Rajoy (PP) adquirió un carácter permanente. Y desde entonces a donde nos encontramos hoy.

El Plan Director de Seguridad tiene muchos ámbitos de actuación y se lleva a cabo en un instituto de secundaria por la petición del Equipo directivo del instituto o de la Asociación de Madres y Padres del mismo al Ministerio del Interior a través de la Delegación del Gobierno. Como decíamos los ámbitos de actuación son variados: «reuniones con expertos policiales para tratar problemas de convivencia y seguridad», «charlas al alumnado sobre distintas temáticas (riesgos de Internet, acoso escolar, drogas y alcohol, bandas juveniles, violencia de género, racismo-xenofobia)», «acceso permanente a un experto policial al que consultar cualquier problema relacionado con la seguridad o la convivencia en el centro escolar», «visitas a un centro policial o exhibiciones», «charlas al profesorado sobre los temas anteriores, asesoramientos y charlas a madres y padres sobre los temas anteriores», «mejorar su conocimiento de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad, el servicio público que prestan a la comunidad y los distintos canales de comunicación con las mismas, así como la confianza en su funcionamiento», etc.

Nos vamos a centrar en hacer una crítica de la idoneidad de las charlas al alumnado sobre los temas antes mencionados: riesgos de internet, acoso escolar, drogas y alcohol, bandas juveniles, violencia de género y racismo-xenofobia.

En primer lugar, comenzaremos por lo obvio. La policía y la guardia civil no son cuerpos creados para un cometido educativo. Más bien es al contrario, ambos cuerpos se sirven de la intimidación y de la violencia para llevar a cabo sus labores, de hecho nacieron para la protección de la propiedad privada. Creemos que poca labor genuinamente educativa se puede construir con estos mimbres. Más bien al contrario, creemos que es poco educativo llevar a policías y guardias civiles armados a las aulas que, eso sí, consiguen el objetivo de amedrentar al alumnado. Este miedo no ayuda en nada a que los y las chavalas afronten con garantías los problemas que se les presentan.

Creemos que de lo que se trata es de que la chavalería obtenga herramientas para afrontar los problemas relacionados con los riesgos de internet, las drogas o la violencia de género. Por tanto, las personas más indicadas para dotarles de estas herramientas son por un lado personas que trabajan en asociaciones o en movimientos sociales trabajándose estos temas, o personas que han sufrido en sus carnes los mismos. Pueden ser desde asociaciones de migrantes o de apoyo a migrantes, de mujeres afectadas por la violencia de género, profesores de informática preocupados por los riesgos de internet, víctimas de violencias sexuales, acoso o sobrevivientes a adicciones a las drogas o al juego.

Cualquiera de estas asociaciones o personas podría hacer una labor mucho más educativa que la policía.

Sostenemos que el objetivo del Plan Director de Seguridad, como creemos haber demostrado en este artículo es el control social mediante el miedo. También mediante la presencia de policía y guardia civil en los institutos y sus alrededores. Creemos que este no es un objetivo legítimo y que tanto el profesorado, como el alumnado y las familias deberíamos trabajar para que este Plan no siguiese adelante.

Nos gustaría finalizar con algunas propuestas de trabajo para el curso que comenzamos este septiembre y que pueden servir para que la comunidad educativa se provea de esas herramientas tan necesarias para abordar las muchas dificultades que se van a encontrar las y los adolescentes a lo largo de su vida.

Profesorado:

  • Creación de bancos de recursos de asociaciones para dar charlas sobre estos temas al alumnado.

  • Autoformación del profesorado para sustituir a la policía en estas charlas.

  • Proponer la salida del Plan director en los claustros.

Alumnado:

  • Reclamar al profesorado y al equipo directivo del instituto que las charlas sobre problemas sociales las den personas del tejido asociativo.

  • Formar grupos y/o asambleas de autoformación sobre los temas que se tratan.

  • Formar grupos de apoyo para compañeros y compañeras con problemas de acoso, adicciones a drogas o al juego, violencia de género, etc.

Familias:

  • Reclamar y proponer a las asociaciones de madres y padres que provean de contactos de personas y/o asociaciones que tenga la capacidad de dar estas charlas.

  • Promover espacios de debate entre el alumnado y entre las familias sobre estos temas y espacios de comunicación con sus hijos e hijas: la comunicación fluida aumenta las posibilidades de afrontar mejor problemas de acoso/drogas/violencia de género entre el alumnado.