Luchemos juntos y con conciencia

Hoy en día es día están de moda las distopías, películas sobre apocalipsis zombies, sobre mundos devastados por fenómenos extraños, libros que se releen ahora y provocan aún más miedo como 1984, o Un mundo feliz. Me resulta curioso porque parece que lo que en realidad nos gusta es ser adivinos o más bien precavidos y vamos releyendo diferentes modalidades de lo que nos puede pasar.
Los problemas presentes en nuestra sociedad han sido escritos hace años y los estudiamos y leemos como si fueran algo alejado de nosotros, igual que sujetos de estudio a los que observamos a través de un cristal. Esa es la reflexión que me deja la jornada de huelga del pasado miércoles. Nos saturan los diferentes medios de desinformación con datos sobre seguimiento, participación, movilizaciones, detenidos, heridos, y nos asustamos, sorprendemos, solidarizamos. Pero nunca es suficiente, no luchamos por conciencia sino por miedo a seguir perdiendo cosas. No hemos salido a las calles hasta que hemos comenzado a ver tambalearse nuestra estabilidad, y aun así nos hemos conformado aunque nos fueran minando los derechos hasta limites que avergonzarían a los que lucharon antes que nosotrxs. Algunxs peleamos cada día con más vehemencia, pero abruma todo lo que falta por hacer y por conocer para poder gritar bien alto que pensamos críticamente y que revindicamos nuestra libertad, que basta ya de poder manifestarse sin salirnos de la zona acordonada. No queremos más placebos, pero para que esto sea realista es necesario que realmente no los queramos, no que gritemos en una jornada de huelga que no nos gusta y al día siguiente continuemos con esa sensación de molestia pero haciendo nuestro día a día con total normalidad.
Y en este punto quiero manifestar el total apoyo a los imputados de Wert, que el pasado viernes a las 10 de la mañana en el edificio de los juzgados de las Salesas, se tenían que enfrentar al juicio por los hechos acaecidos en la concentración de protesta del pasado verano contra la visita del ministro de Educación, José Ignacio Wert, a la Universidad Menéndez Pelayo. Una muestra más de que una vez que queremos mostrar nuestra disconformidad con una voz más alta que las acostumbradas, el sistema se cree en el deber de corregirnos y aleccionarnos. Los 6 denunciados, pese a no haber producido ningún incidente, fueron identificados en el transcurso de la protesta (junto con ellos media docena más de personas que no han tenido consecuencias legales) y acusados de desórdenes públicos e injurias. Durante el juicio, medio centenar de personas se ha congregado fuera para mostrar su apoyo. El resultado del mismo, del cual ya se han hecho eco las agencias, ha sido la petición de la fiscalía de multa entre 60 y 90 euros.
Quizá podamos conformarnos con decir que no ha sido para tanto, que la cantidad de dinero es pequeña, que no es difícil de pagar, que al fin y al cabo no está tan mal, pero el problema es que nos volveríamos a eso, a conformar. Hoy en lugar de medio centenar de personas deberían haberse congregado miles y en lugar de suspirar medio aliviados porque la multa es pequeña, quejarse más alto que nunca de la situación en la que vivimos y de la opresión que sentimos.
Luchemos, juntos y con conciencia. Solo así, huelgas generales y protestas masivas servirán para algo.
Salú.