Entre lo que ha pasado y lo que viene. Paremos el vial

La noche de la acampada en apoyo a Amparo y su familia fue una de estas noches que anima a recordar. Lo que vivimos allí entre vecinas del barrio y de la ciudad, así como entre otras personas de lugares aledaños, supuso algo importante. Tras una tranquila llegada de todas las participantes, todo desembocó en un debate que se alargó durante toda la noche. Al principio, el foco de atención estuvo en dicho corro. Posteriormente, cada uno se iba retirando cuando así lo veía oportuno. No obstante, creemos no haber sido los únicos que disfrutamos de intercambiar posturas y compartir reflexiones entre tanta gente. Hablar sobre distintos temas que tendremos que poner en práctica en esta lucha que aún no ha terminado, es una buena manera de comenzar.
Amparo no está sola. Eso ha quedado claro. Pero lo que también cabe tener en cuenta es que no se trata únicamente de arrebatar a una persona la casa que ella misma construyó con sus manos, y con ello, su forma de vida, que no es poco. Se trata de que existen otras personas vecinas que van a sufrir situaciones similares, no sólo en las llamas, sino en diversos puntos de la ciudad. Esto forma parte del plan Santander 2020. En este caso, es el proyecto “Santander ya +”,  el nuevo vial de la s-20 con los Castros, dentro del plan general de ordenación urbana (PGOU). Con proyectos como éste, integrados en dicho plan, el ayuntamiento quiere hacer de Santander una ciudad-marca. Para ello, echar a la gente humilde del centro y desplazarla hacia las afueras es necesario. Para ello, las expropiaciones son necesarias. Desde hace años así ha sido, eso lo sabe bien la gente de monte.
No se trata de negociar cuantías, ni de debatir sobre si es un desahucio o una expropiación, ni de entrar al trapo con el lenguaje del ayuntamiento y sus voceros; la prensa, con el tema del dinero. Se trata de algo básico y sencillo. Oponerse al vial por dignidad, nada más. La dictadura del cemento y quienes tienen intereses económicos en echar a la gente de su hábitat y talar árboles para construir carreteras, hoteles, centros comerciales, campos de golf... con el discurso del bien común, necesita que quienes protestan contra sus proyectos, entren en su juego.
No es hora de jugar, así que apoyaremos a nuestros vecinos porque el vial nos afecta a todas. La capacidad de comunicación y de decisión colectiva para decidir cómo queremos vivir, dónde y de qué manera, eso es lo que entendemos por progreso. No sus excavadoras, ni sus carreteras, ni sus bolsillos llenos.
Gracias al trabajo de la PAH, pero también gracias a muchas otras personas que no forman parte de la plataforma, hemos conseguido ganar unas semanas. Nos falta lo más dificil, lo que ya ha comenzado.
Estos días que corren hasta el momento en que el juez de la orden para dar vía libre al derribo y la entrada de las fuerzas de seguridad, forman parte de la lucha de Amparo y su gente cercana. Son la lucha de todas las personas que encuentran motivos para defender unos hogares y lo poco de verde que nos queda. En el momento en que un montón de gente se reúne para defender algo, son ellas mismas sus propias representantes. Por eso, el espectáculo mediático que se forme alrededor (que ya existe) protagonizado por periodistas que sacan la foto y se van, o por los partidos, que intentan sacar su particular tajada de votos y de fama, dejando siempre constancia de que está presentes con su nombre en los periódicos y su defensa caritativa, no tiene ningún valor y no se merece ninguna atención. Titulares y votos, esas son sus prioridades.
Esto nos lleva a otro asunto, el papel de las cámaras y las grabaciones en situaciones como ésta. Casi todas las fotos que se suelen hacer son con buena intención, incluso las de algunos periodistas que se implican, no sólo en su profesión, sino en la lucha. Sin embargo, el manejo de la información visual no entiende de buenas intenciones. Las identificaciones visuales de la policía pueden perjudicar a todas aquellas que estemos resistiendo allí, simplemente por el hecho de estar. Creemos importante cuestionarse de qué sirve fotografiar y grabar en todo momento lo que está pasando y tener en cuenta que lo importante es parar el vial e impedir los derribos, no salir en la foto ni facilitar el trabajo a quienes echan a la gente de sus hogares y talan árboles con total impunidad.

  • La casa de Amparo está rodeada a día de hoy. Ya han desalojado a una familia y están acabando con toda la vegetación. 
  • Estemos atentas a lo que ocurre de aquí en adelante. 

ALGUNAS VECINAS DE MONTE.