Ante la persecución de nuestras compañeras y la criminalización de la resistencia
ANTE LA PERSECUCIÓN DE NUESTRAS COMPAÑERAS Y LA CRIMINALIZACIÓN DE LA RESISTENCIA
Como siempre en el Estado español y concretamente en Barcelona, donde el tejido vecinal y sus luchas se entrelazan en varios movimientos y una larga tradición de resistencia, hemos podido observar y sentir como el Estado, la Generalitat y los poderes económicos se alinean para perseguir, detener y denunciar con acusaciones absurdas a las personas que ponen cuerpo en estas cuestiones. Hemos visto cómo persiguen el movimiento anarquista, que cuenta con un gran número de personas encausadas, buscando desmovilizarlo haciendo uso de aplicaciones desproporcionadas del código penal.
Responden ante las protestas persiguiendo y encausando todo tipo de acción con denuncias como desórdenes públicos, atentado contra la autoridad o daños a entidades multimillonarias. Además, estos últimos seis meses, hemos vivido dos operaciones de desarticulación a movimientos de solidaridad. Primero contra las manifestantes del 7F por Palestina y hace unos días contra las solidarias por la causa del 1º de mayo de 2022 y la campaña contra CaixaBank. Ambas con incautación de móviles, seguimientos, acusación de GRUPO CRIMINAL y una de ellas incluso con medidas cautelares.
Nosotras nos preguntamos si tendrá algo que ver que el ministro del Interior, Grande-Marlaska y el conseller de Interior, Joan Ignasi Elena, acordaran en la Junta de Seguridad de Cataluña de 2021 ampliar la plantilla de Mossos d’Esquadra en un 20% (800 agentes más por año hasta el año 2040), para llegar ya en 2023 a un total de 22.006 agentes, una ampliación del 10,21% en solo 2 años. Que El Gobierno y la Generalitat hayan acordado financiar con 1.600 millones de euros el despliegue del cuerpo de los Mossos d’Esquadra hasta el año 2030.
Para ellos, esta inversión tiene como objetivo fortalecer el cuerpo policial y su capacidad para enfrentar amenazas y extremismos violentos. Para nosotras, básicamente, se trata de mantener su orden persiguiendo la pobreza, el activismo y las ideologías que se oponen a la violencia institucional y al sistema capitalista, cishetero-patriarcal y colonial.
El Estado policial invierte sumas desorbitadas de dinero para fortalecerse de forma silenciosa e implacable en lugar de destinar estas cantidades a cualquiera de las problemáticas sociales. Así, nos dejan claro una vez más, que sólo nos quieren controladas, silenciadas y reprimidas. Y así, acusan a nuestras compañeras de grupo criminal mientras refuerzan a los cuerpos policiales que nos torturan y asesinan. Mientras negocian con el Estado de Israel que sigue asesinando al pueblo Palestino. Mientras venden nuestros barrios a los ricos y los turistas y, quienes los habitamos, nos ahogamos a causa de su especulación. Mientras los bancos nos roban, se hacen de oro y dejan en la calle a nuestras vecinas con total impunidad.
Pero no callaremos. No desistiremos. Estamos y creemos en ello y seguimos convencidas de que si no luchamos ya estamos perdides.
La represión se combate luchando.