Abolir Frontex

Frontex surgió en 2004 como la Agencia Europea para gestionar el blindaje de las fronteras exteriores de la Unión Europea. Eso permitía desplegar fuerzas armadas en cualquier espacio fronterizo de cualquier país europeo: controlar tierra, mar y aire con tecnología puntera. Europa y los Ministerios del Interior de sus estados miembros dibujan la política migratoria causante de miles de muertes, decidiendo quién, cómo y dónde puede o no existir. Frontex es quien ejecuta, para lo que ya cuenta con sus propios eurosoldados y con un presupuesto millonario que pasó de 100 a los actuales 845,4 millones de euros.

Frontex ha supuesto la militarización de las fronteras y el establecimiento del negocio de control migratorio como uno de los más lucrativos y rentables a nivel mundial. No en vano Frontex también es conocida por ser uno de los mayores vendedores de datos en el gran negocio de Data Brokers, empresas que recopilan datos de vida real y virtual de personas para venderlas a terceros con fines lucrativos. Cuanto más íntima y sensible es la información (datos biométricos sobretodo) más valor tiene. Además, se codea y cierra tratos con grupos
paramilitares para el control y la externalización de fronteras y con las empresas armamentísticas más punteras. Su existencia es clave para sostener la criminalización de las personas que migran y del derecho a la libre circulación, haciendo de esta criminalización un gran negocio.

Frontex es el brazo armado de la Europa fortaleza responsable de la muerte de miles de personas de manera premeditada. Detrás de cada naufragio en el mar, de cada persona ahogada cruzando un río, de cada campo de refugiados en condiciones miserables, Frontex es responsable.

Su historia está además plagada de irregularidades, opacidad y operaciones que vulneran sus propias normas de identificación, devolución y deportación. Reproduce el sistema cárcel: hipervigilancia, criminalización, oscurantismo, vulneración de derechos humanos… y la lógica de opresión-privilegio de género, raza y clase.

El paso del Consejo de la Administración de Frontex por nuestra ciudad nos da la oportunidad de denunciar una vez más las políticas de externalización, control y cierre de fronteras, porque nunca serán compatibles con la vida. Jamás podrá justificarse un control migratorio desde la defensa de derechos.

No queremos declaraciones institucionales estériles contra Frontex que no se traduzcan en compromisos reales. Compromisos para paliar los efectos que sus políticas migratorias tienen sobre las vidas de quienes aquí viven: la lógica de Frontex aparece en cada parada y control policial racista, en cada citación ante la brigada de extranjería, en cada expediente de expulsión, en las denegaciones de acceso a la sanidad, al empadronamiento, a la obtención de documentos de identidad de los países de origen, en cada uno de los requisitos y consecuencias de la ley de extranjería (tiempos de residencia mínima, contratos de trabajo,
carencia de antecedentes penales...) Lo único que nos interesa es la formalización de campañas como las de Regularización YA, porque ninguna persona es ilegal. Cada vez que las administraciones imponen requisitos, o justifican un recorte de derechos, perpetúan esta asociación de ideas de vincular a las personas migrantes con la necesidad de control, alimentando así la xenofobia y el racismo de nuestras sociedades, enfermas de securitarismo.

Exigimos vivir en un territorio que reconozca y repare las múltiples violencias ejercidas sobre las personas migradas. Exigimos el máximo respeto a sus derechos humanos y, por su puesto, exigimos la abolición de Frontex. Hoy y siempre seguiremos denunciando a este sistema racista y colonial que hoy se viste de gala para recibir a quienes hacen negocio de la necropolítica.

Pamplona, 21-09-2023

Karabana Mugak Zabalduz, PIM-MIG, Salhaketa Nafarroa, Ongi Etorri Errefuxiatuak, Etorkinekin Diakite Federazioa, SOS Racismo Nafarroa.