A la calle, que ya es hora
El próximo día 15 hay que salir a la calle a protestar. Yo no podré salir porque tengo problemas de movilidad que me lo impiden. Pero seguramente vosotros si podeis. Es preciso echarse a las calles, inundarlas de indignación humana, para recuperar el respeto que nos deben los políticos y los banqueros.
Nos deben el respeto democrático que se ha perdido. Los poderes que nos gobiernan han decidido que los ciudadanos somos tontos de solemnidad o masoquistas patológicos que lo acatan todo. No somos nada ni nadie para quienes mandan y se enriquecen con privilegios a costa nuestra. Y en el colmo de la tomadura de pelo, aún pretenden que les sigamos votando, para seguir con la farsa.
Hay que salir
Porque nos mientenPorque nos desfiguranPorque nos robanPorque nos alienanPorque nos aburrenPorque queremos volver a ser el pueblo y no un rebaño pasivo y pastoreadoPorque queremos un cambio de vidaPorque rechazamos la dictadura del dinero, que ataca derechos conseguidos con demasiado dolor y sangrePorque estamos hartos de esta cultura de miedo y de muerte, como si no fuera posible otraPorque queremos recuperar la alegría de vivir en paz e imaginaciónPorque queremos que los dirigentes prediquen con su ejemplo y no sigan practicando el cínico axioma de “haz lo que yo te diga, pero no hagas lo que yo hago”Porque pretendemos respirar un planeta sano, donde vivir con autonomía individual responsable, en libertad y con auténtica justiciaPorque no queremos llegar a ese punto siniestro de fatalidad en el que rectificar sea imposible
Por todo eso y mucho más, hay que salir a la calle, este día 15 de Octubre. Se cumplen ahora cinco meses después del 15-M, cuando se oyeron las plazas públicas las voces de la dignidad que nos han arrebatado los de arriba.
No hay nada que perder porque ya nos lo han quitado casi todo, y van a seguir quitando hasta la última esperanza.
Esta es una respuesta ciudadana, para decirle al poder que no somos meramente estadísticas sino personas que un día depositaron en ellos su confianza, en vano No somos un algo abstracto sino que tenemos graves problemas concretos que deben resolver con verdad.