"¡Queers, enrabiades, defendamos la Baudrière!": relato colectivo de la defensa y del desalojo de la Baudrière

El 16 de agosto, recibimos una respuesta negativa a nuestra solicitud de aplazar el desalojo por parte del juez. Por lo tanto, La Baudrière era expulsable a partir del 21 de agosto. Aunque estábamos tristes, en seguida nos activamos: construcción de las barricadas, organización del festival “los Digitales”, traslado de todas las cosas y materiales que no queríamos perder... También aprovechamos para transmitirnos unes a otres muchos conocimientos prácticos útiles, sobre todo relacionados con el bricolaje. Las personas solidarias fueron llegando poco a poco de cara a estar presentes en el periodo de desalojo y la noche del 20 éramos entre 20 y 30 personas las que estábamos dentro. El último día antes de que empezara el desalojo, seguimos levantando las barricadas y encadenando reuniones. Fue tedioso y nos llevó mucho tiempo, pero nos dio la oportunidad de debatir colectivamente nuestros deseos y límites, y de ponernos al día en cuanto a las consecuencias legales y otras cuestiones antirrepresivas, para que todes lo tuviéramos claro. Redactamos un protocolo para el desalojo, pusimos en marcha la autogestión de la casa, organizamos turnos de vigilancia hasta las 7.30 de la mañana... Todas las noches (en realidad sólo los días 20 y 21, porque el desalojo no se hizo de esperar), nos reuníamos para informarnos mutuamente y definir el protocolo en caso de que el desalojo tuviera lugar a la mañana siguiente. Esto redujo mucho el estrés colectivo y evitó que cundiera el pánico.

El 22 de agosto, poco antes de las 7 de la mañana, las 2 personas que estaban en el tejado vieron llegar 5 coches de seguridad frente a la Baudrière. 7 guardias de seguridad se bajaron de los coches. Algunas personas empezaron a despertarse al oírlos y permanecieron alerta. Hubo un breve momento en el que pensamos que no iban a desalojar, porque era un poco tarde y la policía aún no ha llegado. Pero a las 7 de la mañana, los camiones de la policía empezaron a llegar poco a poco y ya no había dudas. Muches ya están despiertes cuando les llamamos a sus puertas. Los fuegos artificiales estallan desde el tejado, despertando al vecindario y marcando el inicio del desalojo. Dentro, todes estamos bastante tranquiles y preparades, y el protocolo se pone en marcha. El equipo de la azotea sube y empieza a bailar bajo música de Wejdene.

Es el comienzo de una operación de gran envergadura. El barrio está acordonado, el prefecto de Seine-Saint-Denis está presente y hay varias unidades policiales movilizadas: una quincena de maderos de la brigada de intervención (BI), medio pelotón de gendarmería móvil, una compañía de seguridad republicana (CRS), una compañía de seguridad e intervención (CSI), la brigada antidelincuencia de Montreuil (BAC) y, muy posiblemente, la inteligencia territorial (RT). También había 3 drones (posteriormente nos enteramos de que se había emitido un decreto prefectoral el día anterior que autorizaba el uso de drones para el desalojo de una casa ocupada en Montreuil), agentes de Enedis, bomberos y funcionarios de la prefectura (no sabemos muy bien por qué). Unas 200 personas bajo nuestras ventanas y en las calles de alrededor. Así empezaron 4 horas de lucha policial contra nuestras superbarricadas.

Afuera empiezan a llegar apoyos, pero la policía les impide acercarse al edificio y se quedan relegades a la parte trasera de la Place de la République. A pesar de ello consiguen ver a las personas que están en el tejado de la Baudrière y oyen sus gritos: “¡defendamos nuestras okupas, a las barricadas! ¡Las transmaribolleras a las barricadas!” Los mensajes empiezan a circular por las redes sociales y siguen llegando los apoyos.

Dentro, todo el mundo se activa: algunes lanzan confeti, hojas de papel o agua, otres corean consignas súperguays como "¡Queers! ¡Enrabiades! ¡Defendamos la Baudrière! Desde el principio, la lista de reproducción prevista para el desalojo se pone en marcha y canciones icónicas resuenan por todo el edificio.

Los maderos trabajan en las puertas exteriores de las calles Voltaire y République: dos puertas en la calle Voltaire y una puerta en la calle République. En la rue Voltaire, trabajan en silencio porque no hay nadie en el edificio. Pero se quedan atascados porque habíamos colocado 3 placas de metal antiocupaciones y una plancha de madera apuntalada contra una escalera. En la Rue de la République, la policía empieza a atacar la puerta principal con un ariete de mano (lol) pero se da cuenta rápidamente de que la cosa se les iba a complicar ya que la puerta era una persiana enrollable bajada con radiadores de hierro fundido y 40 cm de hormigón detrás. Una vez consiguen entrar en el edificio por el lado del Voltaire, avanzan hasta el patio que une los dos edificios y empiezan a atacar la puerta que da a la entrada principal. Al mismo tiempo, los gendarmes entran en el patio de la parcela de al lado (la parcela pertenece al mismo propietario que la Baudrière y está alquilada por les Midis du MIE, una asociación de ayuda a menores extranjeros aislados), y allí aprovechan para detener a 3 personas que vivían allí. En el patio de vecinos hay una escalera exterior que sube 3 pisos y llega casi hasta el tejado de la Baudrière. La policía móvil sube, pero vuelve a bajar porque el acceso está bloqueado y hay que trepar un poco. Abandonan el patio y vuelven a la calle con sus colegas. Allí, los maderos siguen aporreando la puerta del patio. Colocan un ariete hidráulico y se detienen porque han sido alcanzados por el polvo de los extintores. La puerta sigue resistiendo. Con otra maquinaria y, mientras se protegen con sus escudos, intentan reventar las bisagras de la puerta. Error, lo habíamos previsto y la puerta se mantiene en su marco incluso sin las bisagras (spoiler: hay 4 barras de hierro que sujetan la puerta y 2 puntales que impiden empujarla hacia dentro). Entonces, intentan cortar la puerta para abrirla, pero es realmente sólida, con varias capas de diferentes materiales unidas.¡¡¡La Baud es un FORTALEZA!!!Parece que estamos en una película, no se ve nada dentro porque todo está atrincherado, y hay gente que grita "¡¡¡Asaltan la habitación de X con escaleras, hay que tirar agua!!!", hay como un ambiente de asedio de la Edad Media.

Fuera, les manifestantes son expulsades de la plaza de la República. Al llegar a la calle París, intentan bloquear la calle para desviar el tráfico hacia la policía. Aunque no les sale demasiado bien, y cuando se enteran de que la Brigada de Intervención ha llegado al tejado, intentan volver hacia la Baudrière, coreando sus consignas en voz alta durante unos minutos. Hablan con les desconcertades vecines del borde de la plaza, explicándoles que el único propósito de esta fuerza desproporcionada es echar a la gente a la calle porque no pagan alquiler. Pero una hilera de policías se acerca y les impide acercarse más. Una columna de policías consigue dispersar rápidamente esta pequeña concentración y cunde el pánico. Algunes fueron detenides, otres corrieron hacia la plaza de la Fraternité, donde la policía les alcanza deteniendo a más personas. En total, 15 personas fueron detenidas hacia las 9 de la mañana, y tuvieron que esperar 2 horas bajo el sol y sin agua en la Place de la République antes de ser trasladadas en un camión abarrotado para chuparse 10 horas de comisaría. Como fueron los policías de Montreuil los que procedieron a realizar las detenciones, estaban muy alterados, por lo que algunes de nuestres amigues que ya conocían lo pasaron muy mal (inmovilizades contra el suelo, esposas apretadas a muerte, insultos LGBTQIAfóbicos, amenazades con violencias sexistas y sexuales…). En el talkie de los policías que les arrinconan en la plaza se les oye entrar en pánico: "todas las salidas están atrincheradas, todo está hormigonado, es imposible desalojar la casa" y "vamos a tener que usar el camino del medio, no podemos entrar", así que por lo menos pueden reírse un rato y aprovechar para burlarse de ellos.

Por segunda vez, los policías entran en el patio de los vecinos, pero esta vez con escaladores de la Brigada de Intervención. Suben las escaleras, seguidos por una docena de gendarmes móviles. En lo alto de la escalera, se encuerdan y empiezan a subir al tejado de la casa adyacente y luego al tejado de La Baud. Es un tejado de pizarra muy empinado, así que se resbalan. Acaban trepando por un canalón que conecta la escalera de la casa adyacente con nuestro tejado. La operación no es muy complicada en sí, pero como tienen que colgarse y asegurarse para bajar desde una altura de 1 metro utilizando peldaños de escalera, tardan al menos una hora. En la parte inferior, la puerta sigue resistiendo.

Del lado de la République, los bomberos empiezan a derribar nuestras barricadas (como si no hubiera ya suficientes policías para hacerlo). Rompen el hormigón de la puerta, pero es inútil, es demasiado grueso. Desmantelan las rejas de las ventanas de la planta baja, pero detrás de los cristales hay varias capas de barricadas. Sin inmutarse, suben a las ventanas del primer piso con una escalera telescópica, pero vuelven a bajar rápidamente porque están empapados de agua y no pueden trabajar mientras se protegen subidos a una escalera. En el interior, les compas montan una barricada de emergencia en la ventana atacada por los bomberos, por si acaso. Los bomberos son unos vendidos, que se jodan también.

Volvamos a la azotea. Allí llegan los policías de la BI, y no hacemos mucho más que lanzar hojas y confeti al aire mientras seguimos bailando y cantando al ritmo de la música, porque sigue habiendo 3 drones filmándonos todo el rato. Complementan nuestra línea de vida (la cuerda donde hemos atado nuestros arneses para no caernos del tejado) e instalan la suya en el mismo lugar. Son 6 o 7 en el tejado y piden ayuda a sus colegas de abajo. Hace calor e intentan quitarnos el agua, pero es inútil. Dudan si bajarnos en rappel directamente, agarrándonos a ellos, pero finalmente deciden obligarnos a entrar en la Baudrière por una ventana del último piso para que podamos bajar las escaleras y salir simplemente por la puerta del lado del patio (que aún no habían conseguido abrir). Consiguen abrir la ventana y hacen entrar a unes cuantes compas desde el tejado de la 3ª planta. Después nos dimos cuenta que lo habrían pasado mal si hubiera habido una barricada en las ventanas de la 3ª planta, ya que no estaban equipados para abrirla.

Ahí la situación es menos divertida. Así como en la azotea estábamos de show, bailábamos y veíamos a todos los policías luchando durante horas en las barricadas, gritábamos consignas y veíamos a les manifestantes de fuera. Dentro, no podemos hacer nada, nos registran y nos meten en una habitación vigilada. Los maderos, asqueados de haber tardado tanto tiempo en poder entrar y apestando a pis, se vengan. Nos arrancan las capuchas, nos confiscan los arneses y, cuando intentamos avisar a nuestres compas de abajo de que la policía está bajando, nos agarran y nos lanzan violentamente a las habitaciones (caemos sobre los colchones, así que ni tan mal). Intentamos abrir las ventanas para gritar un poco más, pero los policías las cierran. Su plan era bajar las escaleras y abrir la puerta desde dentro para hacernos salir por abajo. No era tan mala idea en sí, pero les compas de dentro habían atascado tanto las escaleras entre la primera planta y la baja y habían atado todo lo que encontraron con alambre de cobre que acaban volviendo arriba para avisar a su jefe de que tardarían otras 2 horas en despejarlo todo. Finalmente, uno de ellos consigue colarse para abrir nuestra barricada desde dentro. Cuando llegan, felicitan a nuestres compañeres en la cocina, diciéndoles "francamente, vuestras barricadas están muy bien hechas, han aguantado muy bien". Al llegar los maderos, se encuentran con que nuestres compas estaban sentades tranquilamente en la cocina, tomando una taza de té e intentando coger algunas cosas que quedaban en la cocina para que no se perdieran (lámpara, hornillo, pelador...).

Como el acceso interior estaba bloqueado, la policía no tiene más remedio que sacar a las personas del 1er piso una a una por una ventana utilizando una escalera, y a las personas del tejado utilizando una plataforma aérea (brazo elevador automático, gracias bomberos…). Por cierto, muy guapa la plataforma.

Desde fuera, podemos ver cómo los bomberos bajaban a las últimas personas del tejado, y podemos gritarles "¡Os queremos!" y oírles responder “¡Besos!” Era la hostia.

En cuanto a la gente que estaba dentro, somos registrades une a une por los maderos, al tiempo que uno de los tipos de los servicios de inteligencia intenta hacer fotos a todo el mundo y gravar a cada persona con una cámara (como si los drones no fueran suficientes). Nos esposan a todos y nos llevan en camiones a la comisaría de Montreuil. Allí es un lío, los policías mezclan todas las cosas y se pierden en el papeleo, no saben a quién meter en cada celda porque hay muchas personas trans. La cis-confusión es palpable, se oye decir "hermafroditas", no sabiendo como gestionar a una persona. En realidad, los policías no esperaban que fuéramos tan numeroses, jóvenes y LGT. Llenaron una celda con 11 personas, otra con 14 y aislaron a los menores. No se nos permite comer, beber ni mear. Hace un calor de mil demonios y pasamos 8 horas hacinades en celdas donde sólo puedes tumbarte si hay 10 personas sentadas y 4 de pie. Pero cantamos y oímos a nuestres amigues hablar en la celda de al lado. Intentamos cuidarnos lo mejor que podemos, darnos los últimos consejos y tranquilizarnos mutuamente. Al final, nos trasladan a todes a otras comisarías (nadie se queda sole), tal vez debido a la concentración prevista a las 18.00 horas en Montreuil en caso de desalojo de La Baudrière. Otro viaje, en camiones dónde hace tanto calor que cuesta respirar. Salvo las que están muy apretadas, las contenciones resbalan por el sudor. Los maderos conducen muy deprisa y, como no hemos comido ni bebido desde el desalojo, no nos encontramos nada bien.

Disperses por las comisarías, la mayoría en celdas individuales, seguimos cantando, dormimos mucho y, sobre todo, estamos a la espera de si nos prolongan la detención. En la vista, nos dicen que habíamos sido detenides por violencia con un arma (¿agua?) contra una persona detentora de la autoridad pública (=la policía) y allanamiento de morada (¿nuestra propia casa?), y luego nos añaden un cargo adicional por negarnos a facilitar nuestra identidad (negarnos a dar las huellas dactilares y a que nos hicieran una foto). Nadie tenía su documentación, pero no nos forzaron a dar nuestras huellas. Todo el mundo fue puesto en libertad entre las 12.00 y las 18.00 horas del 23 de agosto. Incluso dejaron salir a una persona sin que consiguieran identificarla. Sin embargo, no olvidamos la violencia física y transfóbica que sufrimos algunes de nosotres. También fue un momento estresante y difícil, tanto más cuanto que era la primera detención policial para bastantes personas. Por el momento, se ha abierto una investigación preliminar y salimos de las comisarías sin nada, aunque nos recordaron que podíamos ser citades de nuevo.

Ese mismo día, las personas solidarias se reúnen hacia las 14h para organizar la manifestación de las 18h, en apoyo a las 44 personas detenidas (26 de la Baudrière, 3 del Midis du MIE, 15 de la manifestación), organizar los Digitales y redactar un primer comunicado sobre lo sucedido. Cunde un poco el pánico, ya que no esperábamos que detuvieran a 15 manifestantes. Al final, hubo mucha solidaridad, incluso de gente que no habíamos visto nunca, y eso es reconfortante. Algunas personas incluso trajeron comida y se ofrecieron a ayudar en la campaña contra la represión. Las seis de la tarde llegan muy rápido y en la concentración nos reunimos con amigues, hay discursos y música. Alrededor de esa hora, la quincena de simpatizantes que habían sido detenides son puestas en libertad. Al día siguiente, hacia las 11h, algunas de las personas que habían estado dentro de la Baudrière durante el desalojo empiezan a salir de las comisarías. Nos reunimos y rápidamente conseguimos completar la información y elaborar una lista de quién había sido enviado a qué comisaría. Todo el mundo había sido dispersado de Montreuil a Clichy-sous-bois, Livry-Gargan, Neuilly-sur-Marne, Noisy-le-grand, Le Raincy y Gagny. Nos organizamos y la gente se puso a esperar fuera de las comisarías para que nadie se quedara sole al salir, cosa que más o menos conseguimos. Fue genial encontrarnos con todes y comer juntes.

Es curioso ver toda la cobertura mediática del caso, incluso hubo artículos que leyeron los OPJ (agentes de la policía judicial) durante la detención, así que fue un poco sorprendente ver el alcance de todo. Pronto quedó claro que el ayuntamiento seguía mintiendo, sobre todo en cuanto a la posibilidad de dialogar sobre el realojo. La reunión de la que habla el alcalde es una reunión que se organizó en la parte trasera de la Baudrière con el comisario, un teniente alcalde y algunos vecinos hostiles, en la que dieron consejos sobre cómo acelerar el desalojo, presentar una denuncia y criminalizar a les residentes. Para que quede claro, la alcaldía nunca se ha comprometido a realojar a okupas, pero, además, en el caso de La Baudrière, declaró delante de los vecinos que estaba presionando a la prefectura para que llevara a cabo el desalojo lo más rápidamente posible. Por otro lado, el alcalde afirma que no hay licencia de obras, a pesar de que está firmada por el ayuntamiento y colocada en el edificio de la calle Voltaire desde este invierno. A veces lo que se dice en la prensa es un poco deleznable, pero es bueno ver que la noticia se difunde.

El tiempo transcurrió muy rápido, hasta el punto de que fue difícil asumir que al día siguiente era el festival “Digitales”. Aunque estábamos desbordades, fue estupendo volver a ver a todo el mundo durante más tiempo, poder bailar y cantar juntes...Era esencial estar ahí para les que lo necesitaban, y más aún poder compartir momentos de alegría juntes. El mero hecho de ver las sonrisas en los rostros cansados de todes nos redujo el estrés acumulado y nos dio fuerzas para el futuro.

Hay que decir, sin embargo, que La Baudrière está ahora amurallada, con guardias y perros vigilando el edificio, y que el alguacil se niega a permitir que se recojan pertenencias alegando que sería antihigiénico y que no quedan pertenencias dentro. Francamente, el alguacil ni siquiera salió de la planta baja, dado lo desordenada que estaba la escalera. Este sitio no se lo hemos entregado a la policía, ni al ayuntamiento, ni al casero, tuvieron que venir a buscarlo, y con muchos medios. Es un placer y un poco extraño volver a pasar por delante de la Baudrière y ver todas nuestras pancartas todavía pegadas y las barricadas de la planta baja todavía en su sitio y sólo ligeramente dañadas. Por la autonomía de LGT y contra la gentrificación y la propiedad privada, nos defendemos, y eso es la hostia.

¡Gracias a les primis queers y bien hecho lesbianas, gays y mujeres trans!

Para más información (en francés):

-el blog de Baudrière: https://labaudriere.noblogs.org/

-el texto sobre la reunión entre vecinos/ayuntamiento/comisario:  https://labaudriere.noblogs.org/post/2023/05/11/726/

-el texto sobre el propietario y el proyecto de construcción: https://labaudriere.noblogs.org/files/2023/01/N%C2%B01.pdf

-el texto "Por qué defender la Baudrière": https://labaudriere.noblogs.org/post/2023/08/17/pourquoi-defendre-la-baudriere-fr-en/

-¡un futuro fanzine sobre nuestras superbarricadas!