Los promotores del TAV reconocen su nula utilidad social

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El Sociólogo Javier Castejón Iriarte, ha publicado un artículo donde haciendo un repaso a declaraciones de promotores del TAV muestra la nula utilidad de dicha infraestructura.
En el artículo cita frases como la del presidente de Renfe, Teófilo Serrano quien, en una jornada técnica ferroviaria, afirmava que “No es estrictamente necesaria desde el punto de vista del interés público la existencia de servicios de alta velocidad, sí es absolutamente interesante desde el punto de vista del interés público el que existan servicios de cercanías entre las ciudades”.

Esta confesión en la que se pone en tela de juicio este megaproyecto de la alta velocidad es solo una de las muchas declaraciones públicas que en los últimos meses hemos podido oir de voca de los impulsores del TAV en las cuales reconocen la falta de utilidad social de esta infraestructura, o bien ponen en entredicho la política de obra pública llevada hasta ahora por los diferentes gobiernos centrales y autonómicos. El propio Ministro de Fomento, José Blanco, reconoción que “el desarrollo y el crecimiento del Estado español de los últimos años era desproporcionado”.
Estas declaraciones ponen de manifiesto el destrozo que las polítias de infraestructuras han causado durante los últimos años, dejando claro que las intenciones de dichas políticas, van más encaminadas al negocio rápido y el pago de fabores a determinados empresarios, que a cualquier otro fin.
Según Rafaél Fernandez, miembro de la comisión de infraestructuras de la CEOE, nada sospechosa de rechazar el TAV, “Mantener un kilómetro de AVE cuesta 200.000 euros al año. Nuestros trenes hacen 1.000 kilómetros al día, mientras que el TGV francés hace 2.000. Las tasas de amortización son mucho peores. Veremos si podemos mantener ese lujo”. Así mismo, el presidente de la Asociación de Sociedades Españolas Concesionarias de Autopistas, Túneles, Puentes y Vías de Peaje (ASETA), José Luis Feito, declaró en la Universidad Internacional Menéndez Pelayo (UIMP) que “los AVEs son un mal negocio para España” puesto que “ni su orografía, ni su densidad de población” justifican el AVE “prácticamente en ningún caso”.
Con estos ejemplos se muestra lo que la oposición contra el TAV lleva más de diez años reivindicando. Que el TAV es un capricho pensado para una minoría social, una infraestructura deficitaria y una excusa para que determinados políticos y empresarios se lucren a costa de la obra pública.
Extraido de: Asamblea contra el TAV de Cantabria.