Un orgullo con actitud crítica
Un orgullo con actitud crítica
Centenares de personas recorrieron el pasado 2 de Julio las calles de la ciudad de Santander al grito de “Aquí está la resistencia Trans”, “El primer orgullo fue un disturbio”, “Aquí están las antifascistas”, “Mujeres combativas, con pene o con vagina”, “No somos amigas, nos comemos el coño”,“Sin papeles no hay orgullo” o “No desfilamos, nos manifestamos”
Lo que en principio pudo ser un desfile del orgullo amparado por las instituciones con el “pinkwashing” tradicional de las banderas ltgtbiq+ en los balcones de los edificios institucionales como el Ayuntamiento y Delegación de Gobierno, en realidad fué una hermosa manifestación llena de vitalidad y actitud protagonizada por una gran diversidad de personas con distintos cuerpos y edades que avanzaban por el centro de la ciudad.
El lema de la pancarta que encabezaba la manifestación era “Frente al odio y los prejuicios; Dignidad y lucha. Por una Cantabria libre, plural y diversa”. Un lema nombrado por los colectivos convocantes del “Argullu”. Es decir, Alega, Colest, CNSV y Las Sin Sombrero.
Además, el recuerdo y la importancia que se dio en el acto a las personas menores de edad y de las personas migrantes fue notable. El lema del orgullo crítico de otras ciudades del estado que dice “Sin papeles no hay orgullo” estuvo presente tanto en la práctica del recorrido como en las consideraciones finales de los comunicados de los colectivos.
Posteriormente a los comunicados se entregó el premio Aleguita al MPDL cuyo escrito para agradecer el premio recordaba que la lucha por los derechos de las personas lgtbiq+ y las personas migrantes no está en los despachos de las ONGS ni en las instituciones sino en las calles. Además, no sería la primera vez que se recordó en la tarde a todas las personas masacradas en Melilla y se puso en el acento en denunciar las politicas migratorias del estado español y las consecuencias criminales de la ley de extranjería.
Otros temas importantes fueron el seguir avanzando en derechos conseguidos a través de instrumentos legales considerados importantes pero insuficientes como la Ley de Cantabria (8/2020, de 11 de noviembre) de Garantía de Derechos de las Personas Lesbianas, Gais, Trans, Transgénero, Bisexuales e Intersexuales y No Discriminación por Razón de Orientación Sexual e Identidad de Género y la Ley Trans Estatal.
Además, se nombró, como no podría ser de otra manera, de frenar el avance de odio que promueve la ultraderecha, de frenar los discursos TERF transexcluyentes, así como visibilizar el lavado de cara rosa de partidos políticos como alguno cuyos representantes estaban presentes en el acto.
Tampoco faltó la apuesta por la autodeterminación de género, la apuesta por la total despatologización de las personas Trans y el recuerdo de todas las personas muertas en el pasado por VIH y el estigma social asociado que persiste en nuestros días.
Aunque otro lema de la manifestación fue “Esto no es una fiesta, es la resistencia”, el ambiente alegre y festivo continuó con los actos previstos; una carrera de tacones, un espectáculo de transformismo, el concierto de Nalaya Brown y la actuación de la drag cántabra Mia Moi.
En conclusión, la movilización fué activa y enérgica, cuantiosa en asistencia, crítica en los discursos y lúcida en la acogida de otras luchas sociales profundamente relacionadas con la lucha por la diversidad sexual y las disidencias de género.