Noticias desde la zad de NDDL: tres semanas de presencia y acoso policial en la D281
El pasado 17 de enero el gobierno francés anunció su decisión de renunciar al proyecto de aeropuerto de Notre-Dames-des-Landes. Día histórico para todas aquellas personas que, a lo largo de los últimos cincuenta años, han tomado parte en la lucha contra el proyecto. El 10 de febrero se llevó a cabo una concentración y fiesta en la zad, a la que asistieron unas veinte mil personas, para celebrar esta victoria. Sin embargo, queda otra batalla por ganar, la de la defensa de la zad, de la okupación y de todo lo que esta conlleva (como se suele decir, la lucha es contra el aeropuerto y su mundo). A este respecto, desde hace varias semanas pesan serias amenazas sobre la zad, y más concretamente sobre una parte de esta, la famosa carretera D281 (más conocida como la carretera de las barricadas).
Cabe advertir que este escrito está basado en lo publicando estos últimos días en internet (noticias, artículos de opinión, crónicas, videos, etc.) No escribimos desde el terreno y, por tanto, no hemos tenido ocasión de participar en las asambleas, debates y discusiones que se están produciendo en el seno del movimiento contra el aeropuerto y más específicamente entre las habitantes de la zad. En consecuencia, probablemente omitamos datos que desconozcamos y nuestra visión sea sesgada. Tampoco es nuestro propósito incidir en las acusaciones que se están vertiendo en la red en torno a las distintas (y a veces incluso irreconciliables) posturas sobre cómo se está gestionando estas primeras semanas de la “zad sin aeropuerto”. Simplemente queremos informar de lo que ha ido sucediendo en las últimas semanas y que con ello permanezcamos atentas a lo que puede suceder en las inmediatas.
Cuando el gobierno anunció su decisión de renunciar al proyecto de aeropuerto, señaló al mismo tiempo su empeño en “restaurar la ley” en el territorio de la zad y en las carreteras que la atraviesan, que a lo largo de todos estos años habían sido cerradas al tráfico por ley (aunque en la práctica se hayan seguido usando). El gobierno exigió, por tanto, que las carreteras se liberasen de obstáculos (las barricadas o mejor dicho, las chicanes) antes del 10 de febrero. También advirtió que todas aquellas que residían ilegalmente en la zad debían abandonarla antes del fin de la tregua invernal, es decir, antes del comienzo de la primavera. El movimiento contra el aeropuerto, por su parte, emitió un comunicado en defensa del “futuro” de la zad y de las tierras okupadas y pidiendo tiempo al gobierno para resolver por sí mismo la cuestión de las carreteras.
Se produjeron entonces varias asambleas y reuniones urgentes entre las distintas componentes del movimiento contra el aeropuerto y entre las habitantes de la zad. En ellas parece que la cuestión principal que se debatió fue la de qué hacer con la D281, una carretera que desde las expulsiones de 2012 se ha convertido en un símbolo de la zad por sus barricadas y chicanes de estética postapocalíptica (coches chamuscados, cabañas autoconstruidas en medio de la calzada, pilas de neumáticos convertidas en macetas, etc.). Unas estructuras que sirven a la vez de elemento defensivo, que evitan que los coches circulen muy rápido y supongan un peligro para aquellas que viven o transitan a pie por la carretera, y que, en cierto modo, simbolizan la autonomía que se ha conseguido en la zad. Por otro lado, la D281 también ha sido una fuente de conflictos a lo largo de los últimos años, algunos de ellos reales y otros inventados o mitificados por los medios de comunicación. Parte de esos conflictos han podido ser resueltos en las asambleas del movimiento contra el aeropuerto y en las de las habitantes de la zad. Así, hace años se consensuó que las tierras situadas al este de la D281 se convertirían en “zona no motorizada” lo que básicamente preservaba las tierras de ser cultivadas por medios mecanizados.
Sin embargo, la D281 siempre ha sido un tema candente en los debates internos del movimiento y a veces ha sido imposible alcanzar consensos. Algunas personas son más sensibles a la mala imagen que dan los medios de comunicación de una zona sin ley al estilo “salvaje oeste”, donde se producen atracos a los que osan atravesarla y otras historias por el estilo. Una mala imagen que influye en la opinión contraria a la lucha contra el aeropuerto. Por otro lado, los habitantes históricos de la zad (los de toda la vida, para entendernos), suelen quejarse de la dificultad de circular por la D281 con sus tractores. Otra parte de las habitantes, por el contrario, no tendría ningún problema en que la carretera se cerrarse completamente al tráfico y que la naturaleza se la “comiese”. En definitiva, posturas muy diferentes que son un reflejo, en cierto modo, de distintas visiones de lo que es la zad y de cómo quieren vivir en ella unas y otras.
Quizás no sea tanta casualidad que el Estado haya decidido atacar al movimiento hurgando en la llaga “D281”. La cuestión es que rápidamente, quizás precipitadamente, se decidió limpiar la carretera de obstáculos. Una decisión supuestamente tomada por consenso, aunque hay algunas voces críticas que dudan de ello o que cuestionan incluso la asamblea como estructura de toma (o imposición) de decisiones. Una decisión que, en realidad, parece que responde más bien a las maniobras de las asociaciones campesinas sindicalistas y ciudadanistas como COPAIN, que incluso se permitieron negociar con la prefecta, obteniendo como “concesión” que no se derribase la cabaña de Lama Fâché. Un ejército de 200 voluntarios se dio cita por tanto los días 22 y 23 de enero para emprender las tareas de despeje. En ese momento se hizo palpable la falta de consenso puesto que una parte de las habitantes de la zad se reunió a su vez para mostrar su descontento, desmontando ellas mismas la barricada de Sabot, con la esperanza de que podrían salvar así la cabaña de Lama Fâché (y es que mientras tanto COPAIN había avisado que la prefecta deseaba que se quitase la cabaña de en medio…). En la asamblea del 24 de enero, se bloqueó cualquier debate sobre la D281, y COPAIN amenazó con salirse del movimiento si la carretera no se despejaba completamente al día siguiente. El 25 un grupo de personas se subió al tejado de Lama Fâché mientras otro se dedicaba a desmontarla a golpe de martillo y palanca. Otro grupo de personas intervino subiéndose al tejado y en una asamblea improvisada de cuarenta personas en la misma cabaña se decidió que serían las propias vecinas las que desmontarían la cabaña, sin la intervención de las asociaciones y personas venidas de fuera, con la idea de reconstruirla en un campo cercano.
Finalmente, el 26 de enero, la prefecta circuló en coche y acompañada de una fuerte escolta policial por la dichosa carretera. Concluyó su particular paseo brindando con los jefecillos del movimiento (léase miembros de COPAIN y demás asociaciones), reconociendo sus esfuerzos y anunciando ante las cámaras de televisión que “la carretera había sido despejada y que se podía volver a circular por ella”. Para alegría de lo que podríamos llamar la parte conciliadora de la zad y del movimiento, se había conseguido atender a las exigencias del gobierno, lo que les ponía en buena disposición para proseguir con las negociaciones sobre el “futuro de la zad”. Mejor hacer las cosas por las buenas que por las malas, fue su argumento. Mientras se sucedían estos acontecimientos, la presión policial sobre la zad fue in crescendo, con controles permanentes en los pueblos aledaños y en las entradas a la zona, vigilancia por medio de helicópteros y drones, etc.
Desde entonces, la segunda etapa del reacondicionamiento de la D218 ha pasado a estar protagonizada por los agentes del Estado. Obreros especializados y maquinaria pesada se están encargando de despejar los bordes del camino y las cunetas de vegetación y sedimentos, a arreglar el asfaltado y demás tareas. Una vez más, las autoridades incumplieron sus promesas de que no habría presencia policial durante las obras. Desde hace tres semanas, cada mañana la llegada de los obreros es acompañada de unos 150 policías armados con metralletas y otras armas de guerra y sus correspondientes transportes, como camiones blindados reservados a operaciones antiterroristas, por ejemplo. Una presencia que sirve a la vez para intimidar a las habitantes aledañas a la carretera (se han llegado a producir incluso registros de cabañas) y como demostración de fuerza por parte del Estado. Aires de ocupación militar… Desde aquí nos preguntamos porque no se ha activado el plan de acciones descentralizadas previsto en caso de comienzo de las obras o de las expulsiones en la zad y porque no se ha hecho un llamamiento a apoyar. ¿A qué esperan, a qué se produzca el desalojo de las viviendas y cabañas ocupadas en primavera? ¿No será ya demasiado tarde, con la policía metida hasta la cocina? ¿O acaso confían en que las negociaciones con el Estado lleguen a buen puerto? ¿Pero, para quién?
Parece que habiendo obtenido la victoria contra el aeropuerto, muchos se están quitando la máscara y demostrando que lo de la coletilla “y su mundo” era solo de boca…
Seguiremos atentas a lo que suceda los próximos días.
APROVECHAMOS PARA COMUNICAR QUE EN ESTOS MOMENTOS (22/02/2018) SE ESTÁ PRODUCIENDO EL DESALOJO DE BURE. MÁS INFO EN: https://vmc.camp/