Nota informativa|| El ministerio del interior fleta un vuelo macro de deportación a Gambia

Dos semanas después de la gira que llevó al presidente Pedro Sánchez a Mauritania, Gambia y Senegal a finales de agosto (ve aquí), tenemos constancia de un vuelo macro de deportación fletado por el Ministerio del Interior en el día de hoy, 10 de septiembre de 2024, el primero a un destino africano diferente de Marruecos del que tenemos constancia desde el verano pasado. Se trata de un vuelo macro de deportación a Gambia operado por la compañía Air Nostrum, que acaba de renovar su contrato para operar los vuelos macro en España, en colaboración con Iberojet, durante 18 meses más (más información aquí). Desconocemos, por el momento, el número de personas que han sido deportadas en este vuelto, y cuántas lo fueron desde la Península Ibérica y cuántas desde las Islas Canarias.

El vuelo partió de Barajas y, tras hacer escala en Las Palmas de Gran Canaria, aterrizó en Banjul.

No tenemos constancia, por el momento, de que se hayan realizado deportaciones macro a Mauritania o Senegal, o que se vayan a realizar próximamente. Cabe, por tanto, realizar algunas salvedades adicionales respecto a este vuelo macro de deportación a Gambia en el contexto más amplio de los esfuerzos del Estado español de reanudar los vuelos macro de deportación con un número mayor de destinos de los actualmente activos:

Desconocemos si se trata de un hecho puntual o la puesta en marcha de vuelos macros de deportación a Gambia de forma continuada, como pasa actualmente, por ejemplo, en los siguientes casos: vuelos semanales de deportación a Marruecos; vuelos aproximadamente bimensuales de deportación a Colombia y República Dominicana o Perú (alternando); las deportaciones vía conexión con macros fletados por los Ministerios del Interior de Francia, Alemania o Austria a ciertos destinos como Georgia, Albania o Nigeria. Tanto en el caso de los vuelos macro a Mauritania de julio de 2023 y a Senegal de febrero de 2023, no fue así, y los países de retorno aceptaron dichos vuelos, pero o bien el acuerdo de readmisión se rompió, o bien fue una concesión puntual. Desconocemos las causas, dado que el Gobierno de España nunca da explicaciones, ni de los acuerdos, contrapartidas o amenazas que se encuentran detrás de esta reanudación de las deportaciones macro, ni de las razones por la que dichos acuerdos son puntuales o se rompen.

Recordamos que en el caso de Senegal, aunque por el momento parece que no se han reanudado los vuelos macro de deportación (no tenemos al menos evidencia de ello, ni ha habido declaraciones públicas del Gobierno de España al respecto), no significa que no se estén produciendo deportaciones desde España. Se producen deportaciones en vuelo comercial, como a otros destinos, de forma habitual: 1-2 personas custodiadas por una pareja de policías cada una en un vuelo regular de compañías como Iberia, Vueling o Air Europa, que cubren dicha ruta y aceptan colaborar con estas deportaciones

En cualquier caso, es necesario incidir sobre algunas cuestiones importantes para poner en contexto el hecho de que se haya producido un vuelo macro precisamente a Gambia, lo que da buena cuenta de lo que supone la estrategia de deportaciones en el marco del Pacto Europeo sobre Asilo y Migración en Europa. Mientras que en el discurso político se suele ligar la cuestión de las deportaciones y los acuerdos necesarios con los países de retorno que son necesarios para llevarlas acabo con asuntos de cooperación bilateral y, si se apura, de buena vecindad, la realidad suele ser otra: la puesta en marcha de estos dispositivos se produce en un contexto de coerción y son una buena muestra de las dinámicas neocololoniales que siguen permeando las relaciones de Europa con el Sur Global.

El caso de Gambia es buen ejemplo de ello. El Pacto Europeo identificaba, en 2020, siete «destinos prioritarios» para las deportaciones, siendo Gambia uno de ellos, junto con Iraq, Bangladesh, Pakistán, Túnez, Nigeria y Senegal. Algunos de estos países (por ejemplo Iraq, Bangladesh, Gambia o Senegal) no estaban cooperando con el retorno de migrantes expulsados, por lo la Unión Europea lleva amenazándoles con medidas coercitivas desde 2021; a finales de 2022 puso en marcha varias medidas restrictivas en la concesión de visados a nacionales de Senegal o Gambia. Se trata de una de las «ideas estrella» de la Unión Europea y sus Estados miembros para doblegar las voluntades de aquellos Estados del Sur Global que se niegan a participar en el sistema impuesto desde la Europa Fortaleza. Ciertamente, es una medida muy irónica, si se observa en paralelo a los discursos sobre la necesidad de vías seguras y la sugerencia de las migraciones circulares como un elemento positivo que podría explorarse, puesto que supone una traba real y efectiva a cualquier intento de normalidad en los desplazamientos sur-norte, que no son de por sí nada normales (a pocos se los se considera susceptibles de obtener visado, por cumplir los requisitos económicos, de perfil (edad, género) y de arraigo local (valorado subjetivamente) que marcan su concesión. Pero, por irónica que sea, este tipo de medidas coercitivas da sus frutos. Gambia, que había impuesto una moratoria sobre los vuelos de deportación en 2019, a los pocos meses de poner en marcha el acuerdo de retornos, debido a lo impopular de la medida, se vio forzada a reanudar estos vuelos en 2022 después de que se le impusiera como castigo la restricción en la concesión de visados, y actualmente acepta deportaciones desde Alemania de forma regular.

Del mismo modo, todo hace pensar que en el caso actual de las relaciones España-Gambia no ha sido tampoco la buena voluntad y las sonrisas ante las cámaras, sino las amenazas y los tira y afloja entre banbalinas lo que explica que se haya producido este vuelo de deportación. Un vuelo que no va a tener un impacto relevante en los flujos (no más de una cincuentena de personas habrán sido deportadas en ese vuelo, si no menos, y en todo caso no hay más de unos 20.000 migrantes gambianos en situación irregular en toda la Unión Europea). Pero sí tendrá un impacto, y bien doloroso, en la vida de cada una de las personas afectadas y sus familias (ver por ejemplo en El País, «Los emigrantes repatriados no son bienvenidos en Gambia», por Joost Bastmeijer, 17 de julio de 2023).

Seguiremos atentamente la evolución de las deportaciones a Gambia a partir de este momento, para intentar establecer si se producen de forma regular, así como las informaciones o indicios de reanudación de vuelos macro a otros destinos africanos que nos puedan llegar.

Agradecemos a Franziska Zanker su interesante repaso del contexto de los retornos forzosos en Europa, traducido al castellano aquí, que aporta datos y documentos de referencia cuya lectura recomendamos a cualquier persona interesada en lo que se esconde detrás de la aceptación (o no) de acuerdos de repatriación por parte de los países de origen de las personas que han migrado a Europa que se encuentran en situación irregular y en estado de «deportabilidad».