Matilde Saiz Alonso y tantas anónimas
MATILDE SAIZ ALONSO Y TANTAS ANÓNIMAS
La historia de las libertarias que pisaron Cantabria. Es decir, de las mujeres anarquistas que nacieron en Cantabria y/o pasaron por esta tierra en algún momento de su vida, se encuentra con distintos inconvenientes para ahondar en su legado. La primera razón es que fueron mujeres. La segunda razón es que fueron libertarias. La tercera razón es que no eran intelectuales y su relación con el anarquismo fue poner más el cuerpo que la pluma.
Su condición social de mujeres implica que muchas veces lo poco que se conocen de estas luchadoras y/o milicianas es a través de la vida de sus compañeros.
La segunda es que el trabajo de recuperación de la memoria histórica comete a veces imprecisiones que, intencionadas o no según en qué casos, explican la existencia de las rebeldes como personas que luchaban por la democracia. De esta manera, muchas de las combatientes libertarias quedan relegadas a una homogeneización antifascista que no se corresponde con las aspiraciones reales que muchas de estas personas tenían. Sus objetivos eran Sociedades sin gobernantes mediante la revolución social y no la democracia mediante el asalto a las instituciones. Como dice Sergi Rosés, eso sí, refiriéndose a la historia política del MIL y la memoria de Puch Antich,- época posterior a la revolución social española- “La construcción de una mitología democrática de la transición homogeniza el pasado, al no trascender el simple rechazo a la brutalidad del franquismo, y no profundizar en absoluto en la orientación real de la práctica de sus represaliados". Palabras que podríamos extrapolar, independientemente de la época exacta, a todo ejercicio de recuperación de la memoria libertaria y/o revolucionaria.
La tercera es que muchas mujeres libertarias anónimas que dieron su vida por la libertad se enfrentaron al exilio, a la cárcel, a la fuga y a empuñar las armas sin dejar libros, ni mitines, ni traducciones, ni participaciones en periódicos etc. En ese sentido muchas libertarias no tuvieron las vidas y las características de compañeros tan importantes como Emilio Carral, Rafael Barret o Consuelo Berges. Es la historia también de muchas otras personas anónimas, libertarias o no, cuyos actos y sus vidas, independientemente de la trascendencia de sus actos, nunca serán recordadas. Es la historia sin historia.
Es el caso de Matilde Saiz Alonso . Poco conocemos sobre esta anarquista cántabra, pero gracias a blogs como el de PacoSalud o elsilencioguerracivilespañola sabemos que nació en Santander el 11 de abril de 1917. Participó en la defensa de Donosti en el verano del 36 y, cruzando los pirineos, se refugió en Francia cuando las tropas Franquistas ocuparon la ciudad. Volvió al estado Español por Catalunya, uniéndose a la Columna Roja y Negra tras su llegada a Barcelona. Allí conoció al que sería su compañero, el anarquista Francisco Sansano Navarro.
Cuando estaba a punto de acabar la guerra, se dirigió con su compañero y su hijo Helios hacia Alicante con la esperanza de subir a un barco hacia Orán. Frustrada la fuga, fue detenida e internada en el campo de concentración de «Los Almendros». Sansano fue encarcelado en la plaza de toros de Alicante; juzgado, fue condenado a 30 años de prisión y encarcelado en Belchite, donde lo siguió su compañera. Después vivió con su compañero en Valencia y a partir de la década de los sesenta en Santa Paloma de Gramanet. Matilde Saiz Alonso murió el 11 de junio de 1984 en Sabadell (Vallès Occidental, Cataluña).
Matilde Saiz y Francisco Sansano
Agradeceríamos complementar el artículo con más información sobre esta persona. Por ello, si existen personas que tienen acceso a cuestiones que no hemos tocado, sería un gusto poder recibir por mail todo lo que contribuya a visibilizar la historia de todas aquellas rebeldes que lucharon por una sociedad sin clases.