[Manifestación] Vivienda digna en Santander
Convocatoria de la asamblea Cántabra por una vivienda digna para el Sábado 24 de Marzo.
Este 24 de Marzo salimos nuevamente a la calle para denunciar públicamente la problemática actual de la vivienda en Cantabria. Pese a los cantos de sirena hablando de “estabilidad” y “progreso social” que oímos constantemente, la realidad es bien distinta. Las clases y sectores populares cántabros (trabajadores, pequeños comerciantes, jóvenes, mujeres, inmigrantes…) tenemos que aguantar una situación cada vez más precaria, con pérdida de derechos sociales, culturales y laborales que se trasluce en un empeoramiento de las condiciones de vida para la mayoría de la población cántabra. Y el problema de la vivienda y los espacios sociales se enmarca dentro de esta situación.
LA VIVIENDA ES UN DERECHO
NO UN PRIVILEGIO
Este 24 de Marzo salimos nuevamente a la calle para denunciar públicamente la problemática actual de la vivienda en Cantabria. Pese a los cantos de sirena hablando de “estabilidad” y “progreso social” que oímos constantemente, la realidad es bien distinta. Las clases y sectores populares cántabros (trabajadores, pequeños comerciantes, jóvenes, mujeres, inmigrantes…) tenemos que aguantar una situación cada vez más precaria, con pérdida de derechos sociales, culturales y laborales que se trasluce en un empeoramiento de las condiciones de vida para la mayoría de la población cántabra. Y el problema de la vivienda y los espacios sociales se enmarca dentro de esta situación.
Pese a que en su sacrosanta Constitución Española se reconoce el derecho de todo ciudadano a disfrutar de una vivienda digna así como que los poderes públicos impulsarán las políticas adecuadas para garantizar este derecho, en realidad no hay ninguna cláusula que obligue a garantizar esta cuestión convirtiéndose, en la práctica, en papel mojado. Y en el Estatuto de Autonomía de Cantabria ni siquiera encontramos una mísera mención al respecto.
La situación en nuestra tierra no es, desde luego, como para alegrarse. El modelo de desarrollo que se está implementando está convirtiendo a Cantabria en una colonia turística con todas las consecuencias que ello trae: destrucción del tejido social y económico, precarización laboral, emigración, pérdida de la cultura popular cántabra, dependencia y subdesarrollo, especulación, destrucción ecológica y masificación urbanística. Si a eso le añadimos las sucesivas políticas de liberalización del suelo por parte de los gobiernos estatales, así como las políticas urbanísticas y de ordenación del territorio de los diversos ejecutivos autonómicos y ayuntamientos, que han abierto masivamente la puerta a la especulación y la economía del ladrillo, tendremos los ingredientes necesarios para visualizar el problema de la vivienda en Cantabria.
Los datos oficiales no son, desde luego, nada halagüeños. Según el último Censo de Población y Viviendas del año 2.001, en Cantabria el 12’84% son viviendas vacías (36.518) a lo que hay que añadir un 18’47% de viviendas secundarias de las que un 7’25% corresponden a residentes cántabros mientras el resto (11’22%) corresponden en su mayor parte a habitantes de fuera de la Comunidad Autónoma. Tenemos por tanto un total de un 31’31% de viviendas que, o no se utilizan, o tienen un uso reducido. A esto hay que añadir que en la actualidad aproximadamente un 66% de los turistas que nos visitan vienen a su segunda residencia y que en el 2.006 aproximadamente un 26% de la compra de vivienda fue realizada por residentes de fuera de Cantabria.
La instalación de un turismo con un cierto nivel adquisitivo, así como la especulación impulsada por ciertos propietarios y empresas, está favoreciendo un alza desmesurado de los precios que nos sitúa, a nivel estatal y en datos del 2.005, en el 5º puesto en cuanto a precio del metro cuadrado. En total, el precio se multiplicó 2’5 veces en el período 1995-2005.
Si a esto le añadimos la precarización laboral y la existencia en Cantabria de salarios menores que en el estado, cuestión agudizada con la desmantelación industrial y el impulso a la hostelería y la construcción, sectores donde abundan la precariedad y sueldos bajos, comprenderemos que ocupemos, junto con Cataluña, el 4º lugar en grado de esfuerzo para adquirir una vivienda, teniendo los cántabros que dedicar 8’5 años de salario completo para su pago, según datos del 2.005. En el caso de la juventud, esta situación se agrava teniendo la Tasa de Emancipación Joven más baja del 2.006 tras Asturias y Galicia, debiendo los jóvenes cántabros dedicar el 71’7% de su salario para la vivienda.
Por si la muestra de datos arriba descrita fuera poco, las políticas públicas diseñadas con respecto a la vivienda de protección oficial no están mejorando la situación. En este sentido es de destacar el alto precio de las mismas, ostentando el 4º puesto a nivel estatal incluso por encima de Madrid, así como el pequeño número de las mismas construido.
Como podemos apreciar nos encontramos ante una situación grave que se debe atajar en seguida y que no admite parches. Por ello queremos mostrar nuestro rechazo a las políticas que están impulsando esta situación y exigimos que se pongan en marcha actuaciones que se dirijan a corregir globalmente esta problemática. Porque como personas tenemos derecho a vivir y trabajar en unas condiciones dignas y justas. Por ello reivindicamos nuestro derecho a una vivienda digna.
¡¡¡LUCHA POR UNA VIVIENDA DIGNA!!!
Los datos mencionados están extraídos del Instituto Cántabro de Estadística, de la Memoria Socioeconómica y Laboral de Cantabria del 2.005 elaborada por el Consejo Económico y Social de Cantabria y del Observatorio Joven de la Vivienda en España.
Más información en el blog de la Asamblea Cántabra por una vivienda digna .