El Gobierno sienta las bases para el pelotazo urbanístico de la Fundación Comillas
El Gobierno de Cantabria ha aprobado la declaración del edificio y los terrenos de la Universidad Pontificia de Comillas como Proyecto Singular de Interés Regional (PSIR), que es una catalogación excepcional que autoriza a un determinado promotor construir sobre un lugar en el que la normativa lo prohíbe.
La vicepresidenta Ejecutivo autonómico, Dolores Gorostiaga, ha explicado que con esta medida se van a declarar de “Interés Regional”, además de los terrenos, los edificios históricos que forman parte del conjunto de la Universidad Pontificia de Comillas y los que se puedan construir para el desarrollo del proyecto de creación del Centro Internacional de Estudios Superiores del Español (CIESE). Afirma que el objetivo es dar una "mayor protección y más seguridad jurídica" a este patrimonio histórico.
La Fundación Comillas es una organización privada patrocinada por altos cargos del Gobierno Autonómico (Revilla, Gorostiaga o Marcano), del Gobierno Español (Rubalcaba) y conocidos empresarios como Emilio Botín (Banco Santander), César Alierta (Telefónica). Además cuenta con el mecenazgo como benefactor de Isidoro Álvarez (Pte. El Corte Inglés).
Organizaciones ecologistas y vecinales de la localidad han mostrado reiteradamente su oposición a este proyecto por considerar que sólo busca desarrollar instalaciones privadas junto al litoral, en una zona de gran valor arquitectónico, cultural y ambiental. Incluso, la Fundación Comillas trata de integrar el campo de golf de Oyambre, cuya propiedad privada fue suprimida recientemente por los jueces, para aumentar su activo.
Además, la Asociación Cultural L’Argayu, ocupada de la protección del patrimonio lingüístico cántabro, viene denunciando que el Gobierno autonómico dilapida grandes cantidades de dinero en el Proyecto Comillas, destinadas la promoción y enseñanza especializada de la lengua y cultura españolas, mientras condena al ninguneo institucional más absoluto la cultura y lengua cántabras, ésta última declarada recientemente por la UNESCO “en grave peligro” de desaparición. El propio Revilla, preguntado por esta cuestión hace meses, reconoció a los medios que en Comillas, como en toda la Cantabria rural, “se habla con la 'u' y con la 'jota', y en vez de decir 'hacha', se dice 'jachu'”, pero se trata de “castellano mal hablado”.
El TSJC declara ilegal la variante este de Comillas
En la misma jornada, el desarrollismo al que el Gobierno de coalición PRC y PSOE está sometiendo la costa occidental ha sufrido otro revés, al declarar el Tribunal Superior de Justicia de Cantabria ilegal la variante este de Comillas, considerada “obra estrella” del Plan de Carreteras. En su sentencia, el TSJC establece que desde el año 2000, el Gobierno de Cantabria era consciente de que la construcción de una carretera con ese trazado dañaría el entorno de las cuevas del Portillu, la flora y la fauna del lugar -entre las que existen especies protegidas únicas en el mundo, como el arácnido “nesticus luquei”- el arroyo Gandaria y el bosque de ribera. Además, la declaración de impacto ambiental, según el tribunal, infringe la Ley de Patrimonio Cultural de Cantabria y el trazado, a su paso por Ruiloba, atraviesa terrenos “no urbanizables, de especial protección forestal”. José María Mazón, consejero de Obras Públicas, ya ha asegurado que recurrirán la sentencia.