Eucaliptos en el Parque Natural Saja-Besaya

El representante de los grupos ecologistas en el Parque Natural Saja- Besaya, Fernando Moreno, ha exigido a las Consejerías de Desarrollo Rural y Obras Públicas-Ordenación del Territorio, y a los Ayuntamientos afectados la introducción de criterios más exigentes y rigurosos en el tratamiento de los paisajes naturales y culturales del espacio protegido y sus entornos inmediatos de preparque y zonas periféricas que impidan los cambios indiscriminados y generalizados en los usos del suelo, las talas de arbolado autóctono de las manchas boscosas, los rodales perimetrales y las hileras de vegetación natural de las estructuras de mosaico y los paisajes de cercas, la deforestación creciente de las márgenes fluviales y la aclaración excesiva de las formaciones de ribera y los bosques de galería.

Fernando Moreno, ha denunciado, asimismo, la sustitución de la vegetación natural y los pastizales de aprovechamientos ganaderos extensivos por plantaciones masivas de eucaliptos en el fondo de los valles y laderas de los cursos medios y afluentes del Saja y el Besaya dentro del Parque y en las áreas inmediatas que actúan como corredores ecológicos, tal como ha ocurrido en Las Brillas frente al pueblo de Barcenillas (Ruente), El Pernalón en Ucieda y La Canalona, La Vueltuca o Rozalén en Valle de Cabuérniga, las proximidades de Cieza y Los Llares…, con los impactos consiguientes sobre la degradación del paisaje –efecto-pantalla, uniformización, limitación de la profundidad de sus perspectivas y cuencas visuales, , reducción de la diversidad y los contrastes…–, la pérdida de fertilidad y capacidad de esponjamiento del suelo, aumento de las escorrentías superficiales y acentuación de los riesgos de inundaciones aguas abajo, las mayores posibilidades de incendios y plagas, incompatibilidad con los usos recreativos y turísticos, con la ganadería extensiva, con las actividades cinegéticas, con la protección de la biodiversidad….

Por último, el representante ecologista en el Patronato ha propuesto un generoso programa de inversiones y actuaciones públicas y privadas, desde Cieza e Iguña a Bárcena Pie de Concha y desde Ruente a Cabuérniga, Los Tojos y la Mancomunidad (más aquellos municipios limítrofes de los valles de Campoo y el Nansa que marcan la transición hacia la Cordillera Cantábrica y los Picos de Europa) destinados a la repoblación con especies autóctonas y apoyo a la ganadería extensiva para evitar la ocupación de praderas naturales y las áreas de invernales y puertos bajos por reforestaciones industriales y masivas, mantener la vocación agroganadera del fondo de los valles y las laderas de suaves pendientes, ampliar y reforzar la vegetación autóctona, arbolada y arbustiva, en la media y la alta montaña y en los ecosistemas fluviales, y sustituir las plantaciones de pinos que se han venido realizando en las últimas décadas en la cabeceras de los ríos y arroyos del interior del Parque y áreas próximas a costa de los pastizales, el monte bajo y las manchas caducifolias de robles y hayas que han predominado tradicionalmente.