Desahucio frustrado en la calle San Simón con empresa de desokupación presente

La mañana del 6 de Septiembre en la calle San Simón de Santander ha estado protagonizada por un desahucio frustrado gracias a la solidaridad colectiva de vecinxs y activistas. Debido a la poca antelación de la convocatoria, ha sido dificil reunir  un número copioso de personas para defender el portal de la vivienda donde reside Manuel.

Las inmediaciones han estado rodeadas desde el principio por la comisión judicial en compañía de la empresa de desokupación "Desokupación legal" cuya sede está en Madrid. Parece que unos cuántos años de mentiras y verdades a medias desde los medios de información no sólo han dado lugar a que se confunda allanamiento de morada e impago de alquiler con ocupación, sino que también ha normalizado la presencia de empresas de desokupación como la citada. Recordemos que, a pesar de que Desokupa sea la más conocida, estas han proliferado por todas partes. Podemos encontrar ejemplos locales desde Castro Urdiales hasta Santoña. Empresas que se mueven entre prácticas de extorsión  claramente ilegales y la colaboración con propietarios y organismos institucionales.

Después de momentos de tensión, angustia y ansiedad colectiva, especialmente para las personas afectadas,  la auto-organización entre las personas solidarias allí reunidas y la presión, ante la imposibilidad de conseguir  permanecer en la casa a largo plazo, han logrado un poco de tiempo. Es decir,  no ser expulsados en el momento y tener un margen de un mes o más para poder encontrar una alternativa habitacional. 

Finalmente, la gente allí reunida ha sido capaz de frustrar algunas maneras sibilinas y tramposas  de hacer efectivo el lanzamiento y  la comisión judicial ha aceptado aplazar el desahucio con la tensión de por medio ante la noticia de que la policía nacional estaba de camino.  Manuel ha ganado tiempo para poder encontrar un nuevo lugar y despedirse de lo que ha sido su hogar durante años. Mientras tanto, "Desokupación legal" han tenido que quedarse de brazos cruzados sin poder ejercer ese trabajo con el que es dificil entender cómo se puede dormir por las noches.