Cuba: ¿de una revolución agroecológica al cultivo de transgénicos?

El pasado juves 3 de diciembre, escuchamos en nuestro primer vuelo del bloque sobre los cultivos transgénicos un discurso contrahegemónico sobre el tema, un discurso diferente del que se escucha en los medios oficiales, en la propaganda de las grandes empresas; escuchamos este discurso precisamente por ser diferente al que nos tienen acostumbrados. Sabemos, claro, que hay otras interpretaciones, otros puntos de vista, y como ya os avanzamos, intentaremos abordar algunos de ellos, en forma de debate durante el primer programa del 2021. En ese sentido, una vez más os recordamos y animamos a enviarnos audios con vuestras opiniones, reflexiones o dudas entorno a este controvertido tema. Podéis contactarnos a través de nuestras redes sociales o en elpajaroobservador@gmail.com.

Mañana, en un nuevo especial de El Pájaro Sin Fronteras, con conexión a Cuba; continuamos con el segundo vuelo de este bloque, en el que vamos a centrarnos en otra cuestión.

Hablar de transgénicos es hablar de mucho más que de aplicación tecnológica; es hablar de riqueza y pobreza, de modelo de producción y justicia. Desde el perfil ideológico que llevamos elaborando más de dos años en El Pájaro Observador parece claro que, el mayor conflicto que puede suponernos el debate de los transgénicos es precisamente ese: ¿renunciar a los transgénicos significa condenar a millones de seres humanos a la pobreza?

Aportamos en el último programa la voz de José Ramón Olarieta, según el cuál este debate es, precisamente, falaz: cuando hablamos de transgénicos, como cuando Marx hablaba de mantequilla o misiles, no estamos hablando de solucionar problemas de la Humanidad: estamos hablando de mercancías, mercancías que crecen sin cesar para que la rueda del Capital siga girando. Según Olarieta, si realmente se quiere detener el hambre en el mundo, antes que de producción debemos hablar, principalmente, de distribución.

Quizás precisamente por todo esto sorprende la dirección que Cuba está tomando en su política agrícola durante los últimos tiempos. De un amago de revolución agroecológica en las últimas décadas, el Estado cubano toma medidas para implantar, precisamente, el cultivo de transgénicos. ¿Es sabia esta decisión? ¿Está justificada? ¿Qué intereses puede haber detrás de ella?

En el vuelo de mañana, volveremos a cruzar el Atlántico para hablar del pequeño y valiente David caribeño que, sólo con su existencia, reta al brutal Goliath, siempre a las órdenes del Capital.

¡Os esperamos en el nido!