La asamblea contra el TAV de Cantabria denuncia la falsedad del ‘consenso social’
Mediante una concentración frente a la Estación de Renfe de Santander, afirman que este no es un proyecto en absoluto adecuado para las necesidades de la comunidad.
Unas 200 personas se han concentrado frente a la estación de Renfe de Santander, convocadas por la Asamblea contra el Tren de Alta velocidad (TAV) en Cantabria. Dicha asamblea está compuesta por personas, muchas de ellas procedentes de diversas iniciativas sociales, y apoyada por colectivos ecologistas como Arca y Ecologistas en Acción. En el acto público se ha denunciado que “aunque existe un aparente consenso social en torno a la construcción de líneas AVE en Cantabria dicho consenso es más débil de lo que aparenta, y no es legítimo”. Mediante una pieza de teatro de calle, se ‘dado voz’ a posturas representativas de diferentes sectores sociales –empresarios y obreros, gente del mundo rural y urbano, e incluso excursionistas- que podrían verse afectados por esta infraestructura. El colectivo afirma que el TAV “más que una decisión apoyada por la mayoría” es un proyecto avalado por “un bombardeo mediático de la prensa al servicio del poder, y de todos los políticos, que, día si y día también, han estado creando opinión y no precisamente facilitando información”. Mediante los papeles representados han querido poner de manifiesto el gasto que generaría el TAV, su grave impacto ambiental, la escasa utilidad para vertebrar el territorio cántabro y su falta de idoneidad para las necesidades del ciudadano medio.
Por su parte, las asociaciones Arca y Ecologistas en Acción ya habían criticado que la apuesta por la alta velocidad en Cantabria está provocando el “abandono” del modelo de tren tradicional, que permanece “anclado” en el siglo XIX.
Para estas organizaciones, el TAV “no es futuro para Cantabria” y además resulta “imposible” llevarlo a Santander, “hasta la Plaza de las Estaciones”, ya que los proyectos planteados “no soportan el más mínimo análisis técnico y racional” al no ser “funcionales” ni “eficientes”.