Acto de Diagonal Cantabria sobre la Huelga General “El 29-S es la fecha de toda la clase trabajadora”

La voluntad de que en el 29-S muestre “un frente común de las izquierdas”, cerrando filas para secundar la huelga, presidió el debate, pese a los enfoques diversos de las fuerzas sindicales presentes. La necesidad de desmontar la campaña de los medios de comunicación capitalistas antes, durante y después de la huelga tuvo gran protagonismo en las intervenciones.

El debate organizado el jueves 23 de septiembre por Diagonal Cantabria en relación a la huelga general del 29-S reunió a unas 90 personas en el Centro cultural Doctor Madrazo a lo largo de algo más de dos horas. En la mesa participaron como ponentes José María Gruber, de la Intersindical cántabra, Juan Antonio Rojo por parte de CNT, Miguel Ángel Fernández, de CGT, y Javier Diego Cayón, de CC OO.

Jose María Gruber, primero en intervenir, recalcó que la Intersindical cántabra “no va a la huelga sólo como acompañante” sino que “ha convocado formalmente la huelga”, aplicándose al máximo “para que ésta sea un éxito”. En una línea que se reiteró a lo largo de la sesión, Gruber destacó que el 29-S es una fecha de todas las trabajadoras y trabajadores y que, pese a estar centrada en la reforma laboral, esta última es resultado de todo un proceso que no hay que perder vista. “No son tan importantes los derechos perdidos en el camino como la pérdida de argumentos para defenderlos”, señaló, en referencia a la retórica que se ha hecho habitual en las negociaciones colectivas con ideas fuerza como la de que “son los empresarios los que crean empleo”, cuando “la riqueza la creamos los trabajadores”.

En la misma línea se manifestó Juan Antonio Rojo, de CNT. “La reforma no es cuantitativa ni cualitativamente diferente a lo acontecido en los últimos 30 años”, afirmó, pasando a recordar algunos hitos fundamentales de este proceso, con mención especial al Estatuto de los trabajadores de 1980 y la Ley orgánica de libertad sindical de 1985, que “torpedeó los principios básicos del sindicalismo y del movimiento obrero en general” certificando un modelo de participación a través de elecciones sindicales y comités de empresa que elimina la “democracia directa” y “el vínculo necesario entre el trabajador y su sindicato”. Rojo concluyó su exposición subrayando la necesidad de “destilar honestidad ante la clase obrera”, de reformular los “ismos” del siglo XX para generar alternativas a la altura de los tiempos y de “formar un frente común de izquierdas”.

Miguel Ángel Gómez, de CGT, planteó que el 29-S “es la fecha de toda la clase trabajadora” aunque “había motivos mucho antes de la reforma laboral” porque “los cinco millones de parados, la congelación de las pensiones, la rebaja de los sueldos de los funcionarios, y el recorte de prestaciones sociales continuado, que han servido sólo y exclusivamente para dar subvenciones a la banca y a las grandes empresas multinacionales, eran motivos sobrados para una huelga general”. Con todo, Gómez subrayó que una vez convocada la huelga “la única respuesta como clase trabajadora es la unidad” y “no sólo por lo que nos han hecho, sino que hay que pensar lo que nos quieren hacer” en referencia a la reforma de las pensiones o al proyecto de copago de la seguridad social.

El turno de intervenciones previo al debate lo cerró Javier Diego, de CC OO, que insistió en pedir la participación masiva en los actos del 29-S. Para Diego, haber convocado la huelga como respuesta a la reforma laboral se debe a que “esta reforma no es un paso más” sino que es “perversa porque se centra en el despido” y “no tiene ninguna medida encaminada a crear empleo”. El representante de CCOO insistió en que la reforma “acaba con la dualidad” entre fijos y temporales “porque nos hace a todos precarios” en base a un texto que es “una obra de ingeniería jurídica” creada “por los grandes bufetes que asesoran a la patronal y al Banco Santander”.

Ya en el debate, la tónica dominante siguió siendo el deseo de unidad el 29-S, aunque también se pusiera de manifiesto la diversidad en los objetivos finales. Mientras el representante de CC OO afirmó que es una huelga “contra el gobierno”, otros sindicatos y algunos miembros de las bases de CCOO insistieron en que también “va dirigida a la patronal”, en expresión de Gruber, y a “instituciones tan poco democráticas como el Banco Mundial”, en palabras de Miguel Angel Gómez. Abundaron las menciones al desprestigio de los sindicatos y la necesidad de recuperar la confianza de la clase trabajadora. La campaña que se está llevando a cabo desde los medios “del Gobierno y el capital” para desmovilizar a la población fue otra de las constantes en las reflexiones, así como la pregunta por el 30-S, el día después, que para muchos de los presentes debiera ser el arranque de una nueva etapa.