Editados el tercer número de «Mundo Covid» y la publicación «Mundo post Covid-19: La vacunación»

10/06/2020

Etiquetas:

coronavirus, salud, vacunas, sanidad, OMS, tecnociencia, shock digital, fanzines

Enfermedad, vacunas y Rockefeller *

El progreso técnico que trajo consigo la Revolución Industrial causó grandes estragos entre la población. Las enfermedades se multiplicaron debido a las miserables condiciones laborales y sociales de los trabajadores que vieron como el progreso empeoró en gran medida sus condiciones de vida. El capitalismo industrial supo ver un gran negocio en la salud, obteniendo beneficios de las enfermedades que ellos mismos habían causado.

Así los grandes capitalistas comenzaron a invertir en este negocio. A principios de 1900 el magnate Rockefeller financia la investigación para el desarrollo de la vacuna contra la viruela. Esta enfermedad (al igual que otras) se estaba convirtiendo desde la lógica capitalista en un problema para la producción, Thomas Rivers un virólogo al servicio del clan de los Rockefeller consigue por primera vez desarrol ar una vacuna que reproduce los virus en cultivos de tejidos, fue la primera vacuna usada en humanos producida de tal manera. Desde entonces se comienza a extender la vacunación como un remedio contra las enfermedades infecciosas, a ello ayudó en gran medida la extensión de la teoría microbiana de la enfermedad, la cual considera a los microorganismos: virus, bacteria, hongo... como causantes de la enfermedad, negando así la relación de las enfermedades con las condiciones ecológicas, sociales, económicas etc., causas éstas de muchas enfermedades. Los medicamentos industriales y las vacunas del siglo pasado darán lugar al nacimiento del ´big pharmà que como dijimos anteriormente administra y gestiona nuestra salud, surgiendo gran cantidad de empresas y multinacionales que producirán miles de medicamentos y vacunas, entre las pioneras cabe destacar Parke-Davis hoy en manos del gigante farmacéutico PfZifer cuyos medicamentos han causados auténticos estragos entre la población desde parálisis hasta suicidios inducidos por los fármacos como la fluoxetina o diversos antidepresivos. Esta es la industria que nos quiere obligar a vacunarnos.

La historia de la vacunas está entonces relacionada con la historia del capitalismo industrial, es una necesidad del sistema para poder seguir funcionando. Es la historia del capitalismo: nos desposee de una capacidad para después vendernos la solución. Su necesidad de arreglar aquellas piezas (personas) para que sigan funcionando (trabajando y consumiendo) para continuar obteniendo sus suculentos beneficios. El capitalismo industrial necesita expandirse, derribar fronteras, para colonizar y saquear nuevos mercados, derrocar cualquier forma de vida que no se adapte a su lógica. Explotar lejanos “recursos naturales” (¿quizás algún día la Luna será mercantilizada por la codicia capitalista?), mientras explota al mismo tiempo a la población de lejanos territorios. La historia de las vacunas es también la historia de la expansión de la economía, de la guerra, del capitalismo, de la colonización de tierras no industrializadas. El magnate Rockefeller inicia a principios del siglo pasado una serie de programas médicos, basados en las vacunas, para acabar con las enfermedades tropicales que contraían sus trabajadores, los funcionarios y los miembros del ejército que habían invadido determinado país. La función de las vacunas no era únicamente la de “mejorar” la salud sino también una forma de controlar a los pobladores originales del territorio colonizado, reducir la resistencia de éstos mediante vacunas y otros medicamentos. La fundación Rockefeller descubrió que la medicina era una fuerza casi irresistible en la ocupación de los países no industrializados. Durante la ocupación estadounidense de Filipinas el presidente de la Fundación Rockefeller, George Vincent, lo expresó sin rodeos: “Los dispensarios y los médicos ingresaron pacíficamente en diversas zonas de Filipinas y demostraron que para apaciguar a las personas primitivas y rebeldes, la medicina tiene ciertas ventajas que no tienen las ametralladoras” más claro no se puede decir. Los médicos llegaron a zonas donde los soldados eran rechazados, atacados y creaban desconfianza entre la población, todo lo contrario que los “humanitarios” médicos y sus “bondadosas medicinas”. Los médicos establecieron programas de control de la población, focos de rebeldes y llevaron el progreso y su forma racional de ver y entender el mundo.

* Extracto de «Mundo post Covid-19: La vacunación»