Campaña contra la Constitución Europea en Cantabria

Diferentes colectivos de Cantabria han iniciado una campaña por el voto NO al tratado constitucional europeo en relación con el próximo referéndum del 20 de febrero en donde los ciudadanos decidirán con su voto su ratificación.

Desde hace varias semanas distintas organizaciones de izquierda de Cantabria, integradas en la Asamblea de Colectivos contra la Constitución Europea, se han unido para hacer una campaña conjunta contra el tratado constitucional de la UE, en relación con el próximo referéndum de ratificación del mismo. Dicha plataforma ciudadana y de colectivos se encuentra trabajando, así mismo, en colaboración con la Coordinadora Estatal, que integra a los movimientos sociales, sindicatos y partidos de todo el Estado que se han posicionado contra el tratado constitucional europeo. Según Roberto Mazorra, uno de los portavoces de la Asamblea, “uno de los principales objetivos de esta campaña es informar a los ciudadanos de Cantabria sobre este tratado. Sobre todo teniendo en cuenta la campaña de desinformación y de ocultación que se viene realizando desde el Gobierno Central y el propio Gobierno de Cantabria”.

Para el portavoz de la plataforma, “la legislación española no permite un verdadero referéndum, es decir, un referéndum vinculante. Ahora bien, esto no quiere decir que no sea importante la participación en dicha consulta. Sobre todo porque creemos que se puede ganar. La abstención va a ser altísima, en torno a un 65-70 %, con lo cual, con un 12 % de los votos en contra se ganaría la votación. Aunque no están obligados legalmente a asumir esta decisión, nos preguntamos cómo haría el poder político y económico para gestionar esta decisión. Ya que seríamos los primeros de Europa en decir NO”

Para Borja López, otro de los portavoces de la plataforma, “Una constitución es un texto que recoge los principios fundamentales de la sociedad y enuncia los objetivos y los medios para alcanzarlos. En la redacción de tan importante texto deberían haber participado todos los ciudadanos o, por lo menos, haberlo hecho a través de sus representantes en unas elecciones a Asamblea Constituyente. Sin embargo, no se ha hecho así. La ausencia de este requisito formal debería ser causa de la nulidad del tratado. Muchas personas se abstendrán en el referéndum para no legitimar con su voto un proceso tan falto de decencia. Nosotros apoyamos el voto NO a la Constitución Europea, pese a compartir las razones de los abstencionistas, porque el contenido del texto y el referéndum para su aprobación vienen a ser un examen de reválida del proceso de integración europeo, tan falto de legitimidad democrática. Estamos ante la oportunidad única de mostrar nuestro rechazo a la Europa de Mastricht, cuyo espíritu se plasma inalterado, en la Constitución Europea”.

Según Borja López, “durante el próximo mes y medio trataremos de hacer llegar a la sociedad una visión descarnada del verdadero espíritu del texto constitucional. Tratado que no dudarían en apoyar y ratificar el recientemente fallecido e ingenioso actor Ronald Reagan y su fiel escudera Margaret Tatcher.”

“Nuestro plan de trabajo incluye una gran tirada de carteles y el reparto de miles de trípticos, con un mensaje claro y conciso. También colocaremos mesas informativas, desde el 10 de Enero al 18 de Febrero en Santander, Torrelavega, Maliaño y Reinosa, con paneles para acercar los motivos por los cuales estamos en contra del tratado a la ciudadanía de Cantabria. Y realizaremos conferencias y charlas para hacer llegar nuestro mensaje contra el tratado. El lema de la Campaña será No a la Europa del Capital y de la Guerra. Por una Europa Democrática, de los Derechos Sociales y de los Pueblos”

Según Roberto Mazorra, los puntos clave que definen las causas de esta campaña son que el tratado constitucional:

- Refuerza la mastodóntica burocracia de la UE y sostiene un entramado institucional claramente antidemocrático

El texto de CE que se va someter a referéndum el 20 de febrero nace de un círculo de notables que no han consultado a la ciudadanía, ni a los agentes sociales, ni a los parlamentos estatales. La estructura de poder diseñada para la UE prevé que el Parlamento Europeo, teóricamente la única institución elegida democráticamente, siga teniendo un pobre carácter consultivo. El auténtico poder reside en la Comisión y en los Consejos. Y la vía de la democracia participativa y los procedimientos de democracia directa no existen o establecen una serie de impedimentos y restricciones que hacen inviable cualquier propuesta seria en este sentido. Además, el tratado constitucional será en la práctica irreformable pues exige la unanimidad de los 25 socios comunitarios.

- Apoya el neoliberalismo más extremo. Fomentando el cierre patronal y las deslocalizaciones de empresas.

La libre circulación de capitales, la independencia del Banco Central Europeo, la estabilidad monetaria como su fin exclusivo o la entronización del principio de flexibilidad, es decir, la precarización laboral, y de libertad de mercado como guías de la actividad económica serán los “principios inmutables” de este tratado. Todas estas medidas están orientadas a facilitar a las empresas transnacionales el trasladarse donde los salarios sean más bajos y las políticas ambientales más débiles. Permitiendo el cierre patronal (lockout) por parte de los empresarios y, sobre todo, las deslocalizaciones, verdadera piedra angular desde la que se ha desarrollado la integración de los nuevos países del este. El único sistema económico permitido será la “economía de mercado de abierta y libre competencia”.

- No defiende los servicios públicos ni protege los derechos sociales y el medio ambiente.

Se igualan los Derechos Sociales de los europeos a los niveles de los países donde estos están más desprotegidos, estableciéndose una regulación más restrictiva incluso que la recogida en la propia Constitución Española, por lo que la cobertura del derecho europeo en lo que a garantías sociales se refiere queda claramente limitada. Además, no articula ningún procedimiento que garantice su cumplimiento, convirtiendo a la Carta de Derechos Fundamentales en papel mojado.

- Legaliza las declaraciones de guerra y los “ataques preventivos”. Y consagra la Europa Fortaleza.

El proyecto de CE apuesta por mantener una política de exteriores y seguridad común que los países tienen que apoyar de forma activa y sin reservas. Crea la Agencia Europea de Armamento y afirma que cada país se compromete a mejorar progresivamente sus capacidades militares; se legalizan las declaraciones de guerra por parte de la Unión y aprueba los ataques preventivos.

La cláusula “de solidaridad” entre estados habla de prevenir el terrorismo en los territorios de los estados miembros y de evaluar periódicamente los riesgos que amenazan la Unión, pero sin definir el término terrorismo y asumiendo de facto la “cruzada contra el mal” de George W. Bush. Para ello, se consagran la policía interna Europol y la fiscalía Eurojust que refuerzan el control policial y la represión. La falta de un verdadero marco judicial único en materia penal (como también en materia fiscal o civil) fomenta la indefensión de las personas, sobre todo en lo que respecta a la impunidad de las legislaciones más reaccionarias o restrictivas de derechos de muchos de los estados miembros.

La CE distingue claramente y de forma oficial entre ciudadanos comunitarios y no comunitarios, fomentando de esta forma la xenofobia y la creación de una nueva e inferior categoría de persona llamada “residente de larga duración no comunitario”. El futuro de la UE se enmarca en una vigilancia delirante y continua de las fronteras para impedir los flujos migratorios, lo que convertirá a Europa en una fortaleza ante la inmigración sin plantear medidas alternativas serias de cooperación al desarrollo y/o de políticas sociales.