De pie contra el patriarcado, las precariedades y los genocidios

En un mundo cada vez más convulso, donde el militarismo, las guerras y las crisis económicas están cada vez más presentes, tenemos que convertir este día, en un dia de lucha y reivindicación, por eso llamamos a que os vengais con nosotras en la manifestación.

Como dice el manifiesto que os compartimos más abajo,  denunciamos un sistema que nos precariza cada vez más, que destruye la vida y el medio ambiente y que en la defensa del beneficio privado, precisa de la exclusión, invisibilidad y muerte de las personas. 

Mientras se privatizan servicios públicos, aumentando la carga de trabajo de las mujeres, se disparan los gastos militares a niveles nunca antes visto. Esta deriva militarista, con gobiernos más policiales y autoritarios, nos está haciendo transitar por un borde peligroso en un mundo más inseguro, que acrecienta las posibilidades de nuevos conflictos, en detrimento de la convivencia y la paz. 

Queremos que se visibilice y reconozca el valor de los trabajos de cuidados, que son necesarios en todos los momentos y ámbitos de la vida e imprescindibles para la sostenibilidad  de nuestros cuerpos y nuestras comunidades. Estamos por la construcción de un derecho colectivo al cuidado, por el derecho de todas las personas a ofrecer y recibir cuidados durante toda su vida, para lo que plantemos la construcción de un sistema público-comunitario de cuidados  así como exigir la corresponsabilización de los hombres en los mismos. 

El feminismo que defendemos  no puede ser una amenaza para otras mujeres. Nuestro proyecto debe servir para garantizar los derechos de todas, todos y todes. No puede usarse para oponerse o cuestionar los derechos de las personas trans. No necesitamos que nadie venga a vigilar que es ser mujer. Queremos por el contrario, ampliar su significado y las posibilidades de vivir de maneras diversas.

Apostamos por un feminismo con las putas porque bajo un capitalismo depredador que nos explota, no estamos aquí para juzgar a otras, estigmatizarlas y precarizarlas, sino para construir redes de apoyo que nos ayuden a sobrevivir y organizarnos para abolir toda forma de explotación. 

Exigimos una justicia feminista, no paternalista,  que nos escuche, que nos crea, que no nos exponga; que elimine los sesgos patriarcales, racistas, clasistas y capacitistas. Una legislación que respete nuestra libertad sexual, que no nos victimice y que busque soluciones que no pasen solo por la tipificación de los delitos y el aumento de las penas. 

Queremos una sociedad que reconozca y respete nuestro consentimiento, nuestras decisiones, para que nuestro deseo se tenga en cuenta y para que los cuerpos de las mujeres no puedan ser agredidos ni violados.

Los derechos humanos están siendo sepultados bajo las bombas en Gaza, Estamos asistiendo a un genocidio de todo un pueblo ante la mirada impasible y la complicidad  de la mayoría de los gobiernos, entre otros el nuestro. Como feministas no podemos quedarnos impasibles ante esta matanza. Exigimos al gobierno español que actúe para parar este genocidio, rompa relaciones con el Estado de Israel y cese el comercio de armas.

Si los marcos éticos y los derechos humanos se están derrumbando, tenemos la obligación y la urgencia de señalar lo que es importante para sostener vidas dignas, libres e iguales. El feminismo es nuestro poder, nuestra herramienta para la transformación social y  sobre la que reconstruir un mundo igualitario, libre de violencias y guerras.

VIVA LA LUCHA FEMINISTA

PAREMOS EL GENOCIDIO DEL PUEBLO PALESTINO 

DE PIE CONTRA EL PATRIARCADO,

LAS PRECARIEDADES Y LOS GENOCIOS

Un nuevo 8 de marzo, volvemos a las calles para señalar, denunciar y combatir las
injusticias. En primer lugar recordar a las que no están, faltan ……………mujeres víctimas
de los asesinatos machistas.

El desorden mundial y la crisis civilizatoria creado por este sistema capitalista y patriarcal
que prima el lucro privado, está llevando a la destrucción de la vida humana y del medio
ambiente. Vivimos bajo un orden político, cultural y económico antagónico con los procesos
que sostienen la vida, que realiza un uso irracional de bienes finitos, que incrementa la
vulnerabilidad de nuestras sociedades, y que hipoteca el futuro de las generaciones
venideras.

El cambio climático y la crisis de biodiversidad son sólo la punta del iceberg que señala el
desmoronamiento de los sistemas vivos y va a conllevar el sufrimiento de millones de
personas, que generalmente con rostro de mujer son ya las más empobrecidas.

Asistimos a la generalización y agravamiento de las situaciones de precariedad, empleos
precarios, bajos salarios, brecha salarial, inflación galopante y pensiones de miseria, lo que
provoca que una población creciente, en su mayoría mujeres, viva al límite de sus
posibilidades. La permanente subida de precios y las tímidas subidas salariales, se
contrapone a disparados beneficios empresariales y bancarios. Necesitamos equiparar el
salario a la inflación, el control de los precios de productos básicos y de la vivienda, la
redistribución de los recursos y del tiempo de trabajo, el acceso a trabajos dignos, con
derechos y sin discriminaciones, requisitos para poder desarrollar un proyecto vital con
dignidad.

El acceso a la sanidad pública, universal y gratuita está siendo atacada permanentemente
por gobiernos empeñados en hacer del derecho a la salud un negocio privado. Mientras se
privatizan servicios públicos, aumentando en la práctica la carga de trabajo de las mujeres,
se disparan los gastos militares a niveles nunca antes vistos. El gasto militar es un
despilfarro social, que debe invertirse en hacer frente a los retos climáticos y las necesidades
sociales. Por otra parte, esta deriva militarista nos hace transitar por un borde peligroso, en
un mundo más inseguro, que acrecienta las posibilidades de nuevos conflictos en detrimento
de la convivencia y la paz.

Queremos que se visibilice y reconozca el valor de los trabajos de cuidados, que son
necesarios en todos los momentos y ámbitos de la vida e imprescindibles para la
sostenibilidad de nuestros cuerpos y nuestras comunidades. Estamos por la construcción
de un derecho colectivo al cuidado, por el derecho de todas las personas a ofrecer y recibir
cuidados durante toda su vida, para lo que plantemos la construcción de un sistema público-
comunitario de cuidados así como exigir la corresponsabilización de los hombres en los
mismos.

El feminismo que defendemos no puede ser una amenaza para otras mujeres. Nuestro
proyecto debe servir para garantizar los derechos de todas, todos y todes. No puede usarse
para oponerse o cuestionar los derechos de las personas trans. No necesitamos que nadie
venga a vigilar que es ser mujer. Queremos por el contrario, ampliar su significado y las
posibilidades de vivir de maneras diversas.

Apostamos por un feminismo con las putas porque bajo un capitalismo depredador que nos
explota, no estamos aquí para juzgar a otras, estigmatizarlas y precarizarlas, sino para
construir redes de apoyo que nos ayuden a sobrevivir y organizarnos para abolir toda forma
de explotación.

Denunciamos un Estado que es cada vez más autoritario, militarista y policial, que impone
leyes mordaza y criminaliza la protesta y la pobreza; y que bajo la bandera de la lucha
contra la violencia machista, legitima y refuerza el sistema policial y represivo. Las
violencias sexuales no se reducen ni previenen a golpe de código penal. Nuestro objetivo es
cambiar las estructuras que sustentan estas violencias.

Exigimos una justicia feminista, no paternalista, que nos escuche, que nos crea, que no nos
exponga; que elimine los sesgos patriarcales, racistas, clasistas y capacitistas. Una
legislación que respete nuestra libertad sexual, que no nos victimice y que busque soluciones que no pasen solo por la tipificación de los delitos y el aumento de las penas.

Queremos una sociedad que reconozca y respete nuestro consentimiento, nuestras
decisiones, para que nuestro deseo se tenga en cuenta y para que los cuerpos de las
mujeres no puedan ser agredidos ni violados.

Cuestionamos un sistema que niega la responsabilidad social en la sostenibilidad de la vida
y cuyo mantenimiento precisa, de la exclusión, invisibilidad y la muerte de las personas. La
Ley de extranjería provoca que las jornaleras, trabajadoras sexuales, cuidadoras estén
sometidas a mayor explotación laboral, desprotección legal y exclusión de servicios públicos,
haciéndolas más vulnerables a la violencia machista e institucional. Somos parte de una
sociedad diversa y multicultural y reivindicamos la convivencia entre todas las personas y
culturas y un mundo, sin muros, ni alambradas, ni vallas, ni concertinas, donde nadie muera
en el mar, porque ningún ser humano es ilegal.

Los derechos humanos están siendo sepultados bajo las bombas en Gaza, Estamos
asistiendo a un genocidio de todo un pueblo ante la mirada impasible y la complicidad de la
mayoría de los gobiernos, entre otros el nuestro. Como feministas no podemos quedarnos
impasibles ante esta matanza. Exigimos al gobierno español que actúe para parar este
genocidio, rompa relaciones con el Estado de Israel y cese el comercio de armas.
Si los marcos éticos y los derechos humanos se están derrumbando, tenemos la obligación
y la urgencia de señalar lo que es importante para sostener vidas dignas, libres e iguales. El
feminismo es nuestro poder, nuestra herramienta para la transformación social y sobre la
que reconstruir un mundo igualitario, libre de violencias y guerras.

Porque somos las raras, las que no gustan, las que asustan, las que caminamos despacio
para esperarnos, y las que corremos contra las injusticias. Somos las precarias, las
vulnerables, las del grito global, las que se cargan de rabia por el recuerdo de las asesinadas
y violentadas, las que gritan ni una menos, las del se acabó y las del que si nos tocan a una
respondemos todas. Las que propugnamos un movimiento inclusivo, plural y transversal,
para el que no caben derechos de unas mujeres conseguidos sobre la exclusión y
explotación de otras. Somos la energía de todos los cuerpos en lucha, de las personas con
diversidad funcional, gordas, locas y cuestionadas. Somos las gitanas, migrantes,
racializadas, jornaleras, trabajadoras del hogar, limpiadoras, cuidadoras. Somos las
prostitutas, las expulsadas, las desahuciadas, estigmatizadas y perseguidas. Somos las que
rechazamos el estado policial y militar y queremos un mundo sin muros, ni fronteras ni
guerras. Somos las que no olvidamos, las exiliadas, las represaliadas por el franquismo,
las violentadas por su Patronato y exigimos justicia y reparación. Somos las que estamos
con gritos y lágrimas de dolor con nuestras hermanas de Palestina.

Sentimos la alegría de estar juntas y aprendemos que organizarnos es empezar a vencer.
Somos imparables Y salimos a pararlo todo, a cambiarlo todo, porque nuestro proyecto es
para toda la humanidad. Nos llamamos a seguir caminando juntas, a seguir en rebeldía hasta
que la sociedad feminista que queremos sea una realidad para todas, todos y todes.

VIVA LA LUCHA FEMINISTA

VIVA LA LUCHA Y RESISTENCIA DEL PUEBLO PALESTINO