Charla «Privatización de la sanidad, determinantes de la salud y autogestión»
Cómo afrontar la salud desde la horizontalidad y la autogestión.
La sanidad a día de hoy es una mercancía. Lo es ahora que el proceso de privatización de los servicios públicos avanza, pero también antaño, cuando la sanidad pública no tenía que pasar por dichas exigencias del ámbito privado.
La diferencia no es entonces el grado de autonomía sobre nuestros cuerpos, escaso tanto antes como durante la crisis, sino el deterioro de las condiciones materiales que nos conducen a situaciones problemáticas, traducidas en falta de asistencia médica.
El ejemplo está cerca, los griegos se enfrentan a una situación en donde el estado no es capaz de garantizar los servicios sanitarios más básicos. Ante esto, surgen centros de salud apoyados por partidos progresistas como Syriza, que cubren goteras dentro del sistema y que protegen el margen de actuación institucional. Pero al mismo tiempo, surgen otras experiencias de centros de salud, autogestionados por profesionales médicos, vecinos y personas afectadas. Todos se implican asambleariamente, eliminan la relación médico-paciente, profesional-usuario, sano-enfermo... para dar paso a un método más de lucha desde la autogestión de la salud.
No hay retorno para el "bienestar" que una importante parte de la sociedad espera con esperanza. No hace falta por ello esperar a que la situación se deteriore más para comenzar a buscar maneras colectivas de cuidar nuestras cabezas y nuestros cuerpos. Ni pública, ni privada, esa es la pretensión, pero el cómo es otro asunto. Los límites que tenemos son cotidianos, si hablamos de algo más que curarnos un catarro con medicina natural. Por otro lado, más allá de la atención primaria, el grado de especialización del conocimiento, la infraestructura material y técnica utilizada, y el control de los fármacos por el monopolio farmacéutico, determinan el cerco en el que nos vemos encerradas. Qué somos y/o seremos capaces de manejar, y que estamos o estaremos dispuestas a desechar, es algo que sólo en la práctica puede ser comprobado.
En cuanto a la salud mental, esta queda relegada a la medicalización del dolor psíquico, para la mayoría de los mortales que no pueden acceder a terapias menos agresivas por medio del ámbito privado. La lógica biologicista (hipótesis presentada a la sociedad en forma de hecho , en el que se afirma que detrás de los trastornos mentales hay una relación causal entre genética y enfermedad) patologizan cada vez más comportamientos y cronifican el sufrimiento psíquico.
Por ello, no delegar nuestra salud conlleva incluir las consecuencias del trabajo asalariado, el sistema educativo, el patriarcado y los vínculos familiares, la destrucción del territorio y el deterioro ambiental entre las diversas causas que nos enferman. La lucha es terapéutica, al igual que el apoyo mutuo lo es también. Esto es una invitación a reflexionar colectivamente a través de experiencias, como la R.A.A.S y hearing voices. Proyectos que demuestran que, más allá del papel, que siempre lo aguanta todo, existe una práctica real, aquí y ahora.
La charla del sábado irá a cargo de compañerxs de la red autogestionada antiprivatización de la sanidad (RAAS), desde Bilbao.