Entrevista a Nerea de Diego sobre El Cabildo de Arriba
Para orientar la lectura, esta entrevista la llevamos a cabo en la calle San Pedro.
1. ¿Nos puedes contar cuáles son los orígenes del Cabildo y cuáles son sus rasgos más característicos como barrio?
La mayor parte del Cabildo nace cuando se construye la villa de Santander sobre el cerro de Somorrostro.Este cerro era básicamente la parte medieval. Santander se diferenciaba entre la Puebla Vieja que era ésta y la Nueva o Baja, que se construye posteriormente en torno a lo que hoy conocemos por la zona de San Francisco y Juan de Herrera, limitando con el Santa Clara hacia arriba y el arrabal a la derecha.
La zona del Cabildo albergaba una gran parte de la nobleza, sin embargo, en la Rúa menor existían muchas tascas, muchos bares. Todo esto marca un poco lo que vendría a ser el futuro. De alguna manera la Rúa mayor tenía mucho más prestigio, que sería lo que ahora es el primer tramo del barrio (la cuesta del cine Los Ángeles, que se sigue llamando Rúa mayor), y luego estaba la Rúa menor, que era la parte trasera, ese lugar feo donde se escondía la «mala gente».
Yo identifico sobre todo la parte del Cabildo, que es la calle San Pedro donde estamos ahora, con la Rúa menor y las calzadas altas con la Rúa mayor. Pero la cuestión es que Santander se construye sobre la puebla vieja, la puebla nueva y dos arrabales. La primera parte del arrabal es en la intersección actual de la Rampa de Sotileza con la Cuesta del Hospital y la Rúa mayor, donde estaba la puerta que daba al Arrabal Fuera la Puerta. El otro arrabal es el de la mar, que es donde actualmente se encuentran las Calle del Arrabal y del Medio en Santander.
2. ¿Cuáles se pueden decir que han sido las principales transformaciones urbanas históricas del Cabildo? Es decir, aunque entendamos la transformación como permanente, ¿existen sucesos decisivos?
Yo diría que el primero es la transición de villa a ciudad: un proceso de urbanización que dejó atrás una zona caracterizada por cuestas donde subían un montón de carros, con un contacto importante con el comercio y mucho más vinculado a la mar que ahora, por lo que existían muchos pescadores. Cuando comienza la urbanización impulsada por la burguesía, lo que se hizo fue asfaltar la zona que ahora es San Fernando, por lo que las calles de las que hablamos perdieron la importancia que tenían ya que quedaron vacías de comercios.
Existen, de hecho, varios trabajos donde se describe cómo entonces Santander era más o menos una ciudad integrada, mientras que la llegada del desarrollo urbanístico propio
de la modernidad dio paso a la pérdida de importancia que el Cabildo había tenido antes. Mientras, la nobleza fue desplazándose hacia otros lugares y todo este proceso fue dándose más o menos hasta nuestros días.
El segundo hecho histórico y decisivo es el incendio de Santander de 1941. Empezó en el 20 de la calle Cádiz, aquí abajo. En el Cabildo por suerte no tuvo tanta repercusión a nivel material, ya que se hicieron cortafuegos donde estaba ubicada la entonces puerta del arrabal, pero toda la reconstrucción entre comillas afectó directamente al Cabildo y este fue el punto de inflexión para entender lo que conocemos ahora.
3. Centrándonos en el presente, no existe ningún incendio pero los cambios son acelerados; gentrificación, acumulación por desposesión, turistificación... ¿Qué está pasando actualmente en el Cabildo?
En mi trabajo me centro mucho en lo que era el organicismo franquista, que consistía en dividir la ciudad en órganos diferenciados con funciones diferenciadas (el cerebro: las instituciones oficiales que se encuentran en torno a la Plaza Porticada; el corazón: la parte comercial y sus arterias en San Francisco y Juan de Herrera; el alma: la Catedral y la Iglesia de la Compañía y las articulaciones: las periferias olvidadas). Pero en realidad actualmente no es que podamos hablar de dicho organicismo, sino que responde más a un funcionalismo, que es algo parecido, pero al estilo neoliberal básicamente.
Lo que está pasando en el Cabildo es el proceso de gentrificación que ocurre en tantos barrios. Fundamentalmente, mi predicción de futuro, que no es nada distinto a lo que ocurre en otros sitios, es que se deja degradar hasta que se caiga a cachos, todas las clases populares tienen que marchar y a partir de ahí se empieza a rehabilitar entre comillas el barrio, aumentando el precio del valor del suelo, que es –de hecho– lo que ocurrió previamente al incendio durante la transición de villa a ciudad y por eso, en parte, las clases bajas no pudieron acceder a sus casas cuando se pusieron en venta de nuevo con derecho a
tanteo.
Lo que están haciendo ahora mismo, concretamente en la tabacalera, es construir un montón de VPO (Viviendas de protección oficial) que no sirven para nada. Básicamente esas viviendas se van a vender pasado mañana a un precio más barato que irá creciendo cada vez bajo el pretexto de venta para familias jóvenes y se acabó, pero sin ningún proyecto de recuperación real.
4. Sabemos que tu trabajo lo quieres poner a disposición de los movimientos sociales y sus
militancias. ¿Crees que ésta puede ser una función de los trabajos académicos y cómo se puede llegar a aterrizar el contenido de este trabajo en las vecindades del Cabildo y sus gentes?
Es una cuestión que me preocupa, precisamente lo hablaba el otro día con una compañera: no caer en los sesgos académicos precisamente porque la excusa de estudiar el caso era un poco el TFG (Trabajo de fin de grado). Mi compañera me dijo que en una entrevista que he tenido en la Cadena Ser recientemente hablando sobre el tema, fui demasiado abstracta.
A mí me preocupa porque es precisamente lo contrario de lo que quiero hacer. Lo peor que podría pasarme con el TFG es que se acabara ahí, en un trabajo académico, por lo que yo sí tengo una responsabilidad y un compromiso con el tema y quiero llevarlo a tierra. La estrategia por ahora está siendo la de hablar de ello simplemente. Hablar y que se entere todo el mundo. Hay una frase que leí de un compañero de CNSV: «no se defiende lo que no se valora y no se valora lo que no se conoce». Yo creo mucho en que los marcos teóricos tienen un sentido. Pero me gustaría empastar este marco teórico con la praxis y que tenga una repercusión en las militancias que llevamos a cabo.
5. En el Cabildo sobreviven muchas formas de vida que se resumen en la supervivencia cotidiana en el barrio. La clase es una cuestión fundamental en el análisis de lo que está pasando, pero, ¿qué hay del género y la perspectiva feminista en este asunto?
En mi trabajo yo no hablo nada de esta cuestión no por otra cosa que por falta de espacio. Sin embargo, el urbanismo feminista, aunque no sea algo en donde esté muy metida, es algo que me encanta y me parece súper interesante. Hace no mucho fui a una charla de una chica que explicaba que las ciudades, al estar divididas en zonas productivas y reproductivas, sesgan mucho la vida de las mujeres y de los hombres.Algo que se puede comprobar en el Cabildo.
La movilidad y quiénes van a trabajar y quiénes no, también es otro asunto. Ahora mismo en el Cabildo no hay servicios básicos prácticamente y te tienes que ir a otro lado. Igual en Santander tenemos la suerte de que todo está bastante cerca, pero lo cierto es que las mujeres en general tienen desplazamientos muy cortos y andando, mientras que los hombres suelen en ir con pocos traslados más amplios, con coche. Esto repercute mucho en la vida de las mujeres que se encargan sobre todo de los cuidados. Por ejemplo, el hospital de San Rafael, que estaba aquí cerca, ahora está en Valdecilla y así con muchos otros servicios.
Hay una historia muy interesante que me contó Óscar Allende que es que cuando la cárcel estaba aquí cerca, en la calle San Pedro (donde estamos), que también estaba muy vinculada a la prostitución, la mayoría de las mujeres que se prostituían aquí eran esposas de presos de la cárcel que intentaban ganar dinero para ellos. El Cabildo por lo tanto, está muy marcado por los sesgos de género, lo productivo, lo reproductivo, etc.
6. Das importancia en tu trabajo al concepto «lugares de memoria» como por ejemplo el parking en la calle alta, que nadie le llama el parking sino la antigua cárcel. ¿Existen otros lugares de memoria u otras formas de resistencia simbólica en el Cabildo y lugares aledaños?
A riesgo de ponerme teórica voy a explicar un poco este asunto. Los lugares de la memoria lo saqué de Pierre Nora y las críticas de Verdier al propio concepto, pero la articulación que yo hacía de la propuesta de ciudad era de Lefebvre. Él diferenciaba tres tipos de espacio. El espacio vivido, que es el espacio contrahegemónico que se construye desde las clases populares de abajo hacia arriba, el espacio concebido, que es el opuesto, el que se concibe desde las instituciones como proyecto urbanístico de arriba hacia abajo, y luego está el espacio percibido que es, en función de las condiciones materiales resultantes de lo concebido, de qué manera se articulan las relaciones de producción.
Lefebvre no hablaba sólo del derecho a una vivienda, sino del derecho a la ciudad. Es decir, de la posibilidad de no simplemente tener un techo, de la periferia, sino de vivir en un barrio con espacios habitables donde no tengas que adaptarte sino poder convivir en el mismo. La gente llama al parking «la cárcel» y eso se trata de contramemoria.
Aquí existió la Casa de Recogidas, una casa que recogía a mujeres prostitutas, que antes fue cementerio, que después fue cárcel, fue todo lo que ha sido el Cabildo porque todo empezó ahí. Ahora tiene un mural de la historia de esa casa, que acogió a un montón de mujeres que lo necesitaban. Este es otro ejemplo.
En la Tabacalera, Cantabristas tiene una propuesta de hacer un Instituto de Patrimonio Cultural Cántabro en lo que fue un lugar con tanto significado. La Libre, por ejemplo, es un lugar muy importante y me parece súper simbólico también por el sitio en el que está, que se ocupe para decir que este barrio es nuestro. Realmente, si te pones a mirar hay un montón de pequeñas resistencias simbólicas y con potencial. Mismamente, estas mujeres que viven en la calle San Pedro y que ocupan el espacio sentadas, tienen una forma de habitar la calle muy propia del barrio.
7. En relación con la anterior pregunta, pero teniendo en cuenta que no existe un punto de partida muy claro, ni un tejido de barrio muy consolidado, ni luchas vecinales en activo que sepamos, ¿qué estrategias colectivas de lucha y/o resistencias cotidianas crees que se pueden llevar a cabo?
Estoy pesimista y lo he sido en mis anteriores intervenciones. La estrategia ha sido crear un montón de leyes de mierda, planes urbanísticos, supuestas recuperaciones y demás tramas burocráticas que no llevan a ningún sitio y donde la Asociación de Vecinos se metió. Este hecho ha ido minando la moral de lxs vecinxs lo que llevó a que desapareciese en 2018.
¿La estrategia pasa por una trama burocrática? Para mí no. Está claro que en ocasiones hay que pasar por esto, pero el movimiento vecinal tiene que ser más potente y de base. Todas las victorias de barrio que yo conozco suelen ser cuando se moviliza el barrio y no cuando se hacen propuestas al Ayuntamiento. Para mí lo importante de esto es moverlo. Me sorprende mucho, porque yo desde que publiqué el trabajo, la gente está a tope. Tú hablas con la gente y está muy interesada, pero eso no se traduce en una movilización activa. Mi intención es no dar por perdido este tema y encontrar maneras de reactivar la movilización.
8. Para terminar ¿hay algo más que no te hayamos preguntado que te apetezca decir?
Sí.
En cuanto a la construcción de memoria, la ruta del incendio actual es la ruta del ayuntamiento de Santander.
El ayuntamiento de Santander es lo que es, por lo que se habla mucho de datos oficiales sin
ningún tipo de crítica a la reconstrucción urbanística y una total omisión del realojo de la clase obrera en los barrios periféricos. Es decir, nada de nada. Se habla de los edificios, gente que se quedó sin casa y ya está.
No deja de ser interesante escucharlo, pero es espacio concebido y memoria oficial.
Lo último que quiero decir es que otra cosa que me parece muy interesante es la poca relación entre lo que es el espacio vivido y el concebido. La Tabacalera es oficialmente un bien de interés cultural y sin embargo se cae a cachos. Se encuentra en la lista negra de patrimonio de Hispania Nostra. El edificio del Parlamento de Cantabria corría la misma suerte que la Tabacalera hasta que se convirtió en Parlamento. Tiene premios relacionados con la recuperación del patrimonio por proyectos de rehabilitación del edificio en los que Gobierno de Cantabria se compromete a rehabilitar todo el barrio. Sólo se ha rehabilitado el cerebro, el Parlamento, como ocurrió en lo posterior al incendio en el resto de Santander.
Además, existen Tótems que dan explicaciones de un itinerario cultural de Santander. Son carteles rojos que te explican la historia de algunos monumentos históricos de la ciudad. Pues del Cabildo o de lo que fue el cerro de Somorrostro, han querido poner el de la Catedral evidentemente, el de la Parroquia Nuestra Señora de la Consolación y el del Hospital de San Rafael. Ninguno del resto de edificios, que sí tenían un carácter histórico, cultural y popular del barrio.
No les interesa y es un canteo realmente. Los únicos edificios que se recuerdan son los que tienen un valor simbólico para quienes gobiernan, para las clases altas. No se esconden para nada y es muy evidente.
* Nota de Briega: entrevista publicada originalmente (no completa, por cuestión de espacio) en el boletín «Briega en papel» del mes de septiembre de 2022