Un balance cada x tiempo no está de más

Un balance cada x tiempo no está de más

Contrainformar en Cantabria:

Si analizamos la actividad de los movimientos en Cantabria, podríamos decir que, a pesar de los últimos años, llenos de continuos impedimentos represivos, materiales, sociales, anímicos y emocionales, por las consecuencias de la Covid-19 y la gestión institucional, los movimientos sociales siguen activos intentando seguir sus luchas sociales. Los grupos feministas siguen organizándose y saliendo a la calle, los colectivos por la vivienda siguen apoyando a la gente en riesgo de ser desahuciada, el activismo ecologista toma el relevo generacional y convoca espacios de encuentro, las amenazas desarrollistas sobre el territorio encuentran auto-organización para frenarlas y, en general, las personas inquietas y que militan en colectivos siguen planteando espacios de confluencia para desarrollar proyectos entre lo constructivo y lo defensivo según los enfoques y las necesidades. Los espacios para llevar a cabo jornadas, encuentros u organizar movilizaciones también son considerables.

Sin embargo, si echamos una mirada a la época pos-15M y la comparamos con nuestro presente, incluso con el pasado previo al confinamiento de 2020, podríamos decir que la presencia callejera de los colectivos es menor. El consumo cultural alternativo y el activismo de la inmediatez son cuestiones a mirar en nuestras dinámicas a la hora de pensar si los espacios sociales, políticos, culturales, consumen la prioridad de las energías de los movimientos, por encima de otras prácticas como la auto-organización en las calles o en espacios ajenos a los lugares de confort de cada grupo y sus peculiaridades.

Desde lo que consideramos nuestro entorno más cercano, el libertario, entendiendo esto de una manera bastante amplia en un contexto de bastante sequía política radical, el anarcosindicalismo está sabiendo llevar a cabo una propuesta de militancia dentro de los movimientos. Por otro lado, el resto de grupos e individuos afines a las ideas libertarias que no se enmarcan en esta corriente, aunque tienen sus propias estructuras organizativas para mantener los proyectos que existen, carecen de una perspectiva conjunta organizada desde el anarquismo para incidir en problemáticas sociales concretas. Por supuesto, no como individuos que participan de distintas luchas sociales, sino como movimiento con unos objetivos comunes y una estrategia conjunta.

En este caldo de cultivo, con sus potencialidades y sus carencias, contrainformar desde Briega tiene también las suyas. Por un lado, hacer el esfuerzo de incluir toda la actividad de los movimientos en nuestro territorio cuando la actividad que consideramos más afín es minoritaria. Por otro lado, compartir toda la información de otros medios que nos parece oportuna para aportar a los grupos que se mueven en Cantabria, los cuáles presuponemos que están inmersas en nuestro contexto más local y que no necesariamente tienen por qué compartir afinidad política. Encontrar este equilibrio es un reto, una hoja de ruta, pero no siempre es fácil, debido a que nuestro proyecto también tiene las carencias que hemos visibilizado anteriormente.

El llevar un medio de contrainformación libertaria en un contexto local que tiene una presencia práctica pequeñita, conlleva ciertos riesgos, como la de invertir más tiempo en la red que en la calle. Con ello, también pueden darse situaciones en las que contribuyamos a generar una imagen o unas expectativas erróneas sobre la realidad política de los movimientos en nuestro contexto local y más específicamente de la actividad antiautoritaria. Es decir, la red ofrece unas posibilidades más o menos conscientes/inconscientes de amplificar la realidad al servicio de quien informa. No somos tan vehementes como para pensar que esto es un problema de cara a informar a “la población” entendiendo que Briega es un medio por y para el entorno anticapitalista y su capacidad de alcance es limitada. Pero sí para quienes puedan leernos sin habitar los mismos espacios ni las mismas localidades donde ocurren algunas de las cosas que contamos. En otras palabras, es difícil hilar fino entre el derrotismo y el idealismo o la sensación, así como no hacer trampas a la realidad.

En esta línea, otro riesgo es el de teñir de un halo de importancia y/o formalidad, acciones, actividades o acontecimientos que realmente no la tienen, surgen de forma espontánea y/o sus protagonistas no tienen intención de que así lo sea. La tendencia de presentar como radicales o autónomas ciertas prácticas que aunque lo puedan ser de por sí, no son la aspiración de los colectivos o individuos que lo llevan a cabo, o la manía de querer registrar toda reflexión y toda acción que se realiza, con el ánimo y el consuelo de llenar el vacío que no somos capaces de llenar en las calles. Demostrar que todo el rato pasan cosas y que deben ser subidas a la red es una manía propia del periodismo, dificil de sortear en la contrainformación.

La inevitable pregunta de si contrainformar sirve de algo:

Las dinámicas de autogestionar la información han cambiado. Es decir, cada vez menos colectivos tienen páginas webs o mails, sino que se limitan a llevar a cabo twitters, facebooks e instagrams o grupos de wasaap-Telegram-Signal. Es decir, los colectivos ya no tienen tanta necesidad de apoyarse en otros para difundir su mensaje. Es el DIY inmediato y constante de la información. Las convocatorias se difunden entre personas a un ritmo vertiginoso y puede que una agenda de actividades tenga la potencialidad de reunir todo en un mismo lugar, pero no puede adelantarse ni igualar la capacidad de rapidez que las redes “sociales” tienen y, por lo tanto, queda la duda de si es útil.

Duda que se resuelve muchas veces cuando comprobamos que personas que no conocían ciertos proyectos en Cantabria, llegan a dar con ellos gracias a nuestra actividad. Cuando comprobamos que personas que no se manejan con las redes (por convicción, por edad, por tiempo…) han acudido a una convocatoria por verlo en Briega. Cuando otros colectivos nos envían actividades para que publiquemos etc

En todo caso, dicha sensación nunca desaparece del todo.

El debate sobre el uso de estas redes virtuales como forma de comunicación en la lucha es bastante residual. Por lo menos, si el debate admite la postura de que las redes son nocivas de por sí, no solamente el buen o mal uso con el que se utilicen. Creemos que estas preguntas sólo se dan dentro del entorno libertario y que es insignificante o una “rareza” en otros ámbitos de los movimientos sociales. No vamos a entrar aquí, porque no es el objetivo de este escrito ni hay espacio para ello. En todo caso, mas allá de que el “campo de la pelea” se encuentre también en twittear o no, es indudable que las nuevas generaciones se manejan en esos términos y las militancias se transforman también por esas nuevas dinámicas. Por ejemplo, jóvenes que tienen un grupo de activismo sobre x tema y no se conocen entre sí. Se han juntado por internet y debaten desde allí. Nos guste o no, eso existe y hay que tenerlo en cuenta.

En este contexto, es difícil apostar por la contrainformación. Este asunto ya lo han señalado otros medios afines como -lavozcomoarma-, alasbarricadas o el portal Oaca. Es un punto determinante en proyectos de este tipo.

Por otro lado, no sólo las redes virtuales suponen cierta inutilización de los medios de contrainformación. También es la creciente utilización de la prensa (los medios periodísticos más en relación con las noticias de los movimientos sociales y/o los mass media directamente). Esta confianza que los movimientos sociales en general depositan en la prensa para que su mensaje llegue a más personas por encima de crear sus propios medios para llevar a cabo su propia difusión y/o confiar en estructuras autogestionadas, como los pequeños medios de contrainformación, genera también cierto aislamiento. Tampoco vamos a entrar en el debate de si está mal o bien colaborar con la prensa, al menos en términos moralistas. La cuestión es que este es un factor que afecta. Los medios de contrainformación se llevan generalmente con pocas personas de forma no asalariada con sus vidas a cuestas, que generalmente también forman parte de los mismos movimientos que difunden. Esta naturaleza conlleva unas limitaciones en cantidad, en tiempo de publicación y, porque no decirlo, a veces también en calidad. Sin embargo, hay quienes pensamos que es así como nos debemos mantener. Como si de un círculo vicioso se tratara, cuando abrazamos las herramientas del amo para llegar a más gente, descuidando las nuestras, es entendible que las herramientas del amo acaben resultándonos más útiles y efectivas, ya que las nuestras se mantienen en una precariedad que no siempre es elegida.

En definitiva, claro que contrainformar sirve para algo. Como mínimo, entendemos que es una estructura interna para el entorno en el que nos movemos. Una posibilidad de información y de difusión de nuestros proyectos que a la vez tiene en cuenta su alrededor, buscando el equilibrio entre el sectarismo y el posibilismo. Una herramienta de lucha como tantas otras. El problema es que eso sólo sirve para defenderse, para no extinguirse. Cuestión ya de por sí importante. Sin embargo, lo cierto es que queremos más.

La contrainformación libertaria; Entre la nube y la represión.

Según informaba “Statewatch” en Julio de 2021, Europol pidió a las autoridades que recopilen más información sobre "el anarquismo y el extremismo de izquierda violento" debido a una amenaza "creciente y en evolución". El documento se llama “Europol: Centro Europeo contra el Terrorismo: "La amenaza del extremismo anarquista y de izquierda violenta en la UE" (7 de julio de 2021, pdf)”

El documento contiene estas palabras"¿Es el extremismo violento una antesala del terrorismo, en el sentido de que proporciona un terreno fértil para la radicalización y el reclutamiento?" Es probable que las autoridades que respondan afirmativamente a esa pregunta puedan prestar más atención a formas de actividad pacífica totalmente legítimas y pacíficas, a fin de encontrar la "antesala" del extremismo violento.

Esto puede darnos alguna noción o posibilidad de entender que los medios de difusión libertaria están mirados con lupa sea cuál sea sus prioridades, sus métodos, su contenido y/o sus enfoques. Además del aislamiento generado por factores como los anteriormente nombrados, los medios de contrainformación también pueden recibir el peso de la represión y del bloqueo cibernético de las páginas. Podemos comprobar esto con el caso de Toby shone y la persecución del medio 325.nostate.net en el marco de la «Operación Adream», con el cierre del servidor Espiv.net, y con el pasado ataque cibernético contra nodo50. Sin contar que con las palabras de este documento, se legitima la vigilancia preventiva sobre el contenido de la difusión libertaria, independientemente del carácter que tenga. Cuestiones actuales que es importante tener en cuenta.

Otros proyectos que nacen, un poco de aire fresco.

Otra potencialidad de los medios de contrainformación es la posibilidad de compartir libremente la información entre medios afines (aunque la afinidad sea relativa y siempre haya tensiones y/o discrepancias) . En ese sentido y al no reconocer derechos de autor, ni tener unos fines profesionales y asalariados, la información se comparte y se difunde con confianza. De esa manera, aunque con la impersonalidad del medio cibernético, se consigue una reciprocidad y un apoyo mutuo entre pequeños proyectos que operan desde distintos puntos geográficos y desde distintas sensibilidades y objetivos. En este sentido somos un medio que mira muchísimas fuentes. Desde más académicas a más militantes, desde más callejeras a más teóricas, desde más periodísticas a más contrainformativas, desde más ciudadadanistas a más autónomas y radicales. Si esto puede ser visto como una debilidad por algunos enfoques, para nosotr@s es un punto fuerte que, para bien o para mal, refleja más honestamente nuestras diferencias individuales internas como proyecto colectivo.

Pero desde luego, si algo podemos reseñar en los últimos tiempos en nuestro contexto local, es la alegría de que un grupo de compañer@s hayan montado una radio libre en Cantabria. Hablamos de radio argayo. Proyecto hermano nacido en el otoño del año 2020 con el apoyo de un podcast que ya difundíamos por entonces, El Pájaro Observador. Ya en el 2019, pudimos organizar conjuntamente unas jornadas sobre medios libres en el centro social okupado la lechuza donde invitamos a compañerxs de otras radios libres como Irola Irratia (Bilbao), radio qk (Oviedo) y Onda Expansiva (Burgos), así como de medios de contrainformación como el periódico Todoporhacer o el blog Diariodevurgos.

La sensación de no caminar solos en el ámbito más local y de tener una otredad con la que poder contar es una potencialidad que además nos enseña que la manera de crecer no necesariamente pasa por ampliar la cantidad de personas que forman parte de un proyecto, sino la creación de otros en relación y vínculo, que puedan convivir con su autonomía y sus propios gustos y enfoques.

Hasta pronto

Si nos estáis leyendo porque Briega papel ha llegado a vuestras manos o habéis encontrado el artículo en la página web y vivís en un entorno geográfico de Cantabria donde creéis que no se cubren las cosas que pasan desde un enfoque que apuesta por la horizontalidad, el apoyo mutuo, la acción directa, la autogestión etc. quizás algún día os animéis a escribirnos y colaborar en la difusión de vuestros propias versiones. Si soléis acudir a Briega y os parece que hay cierta repetición o límite en las temáticas que abordamos y creéis que deben cubrirse otras, quizás algún día os animéis a pasarnos información sobre dichos ámbitos de la vida a los que no llegamos. Si creéis que el monopolio de la violencia la tiene el estado, también creéis que en nuestro medio de contrainformación el monopolio del formato es la redacción y echáis en falta viñetas, vídeos, dibujos u otras formas de comunicar, quizás algún día os animéis a escribirnos con vuestras aportaciones. Además, si queréis que el Briega en papel llegue a vuestra zona, igual nos podéis echar una mano contactando con espacios donde les parezca oportuno tener este boletín para la lectura de sus visitantes.  Si nada de esto convence, también podéis crear más proyectos y poco a poco, generar mas contrapoder. Despedimos este escrito con algo que ya hemos dicho en una ocasión ¡Toma los medios, sé los medios, haz los medios!