Entrevista a una activista de la red Transnational Strike sobre la situación que vive Ucrania en estos días. La guerra vista sobre el terreno: «No tomar partido aquí significaría lavarse las manos»

Nota de ALB.(A Las Barricadas) - Traducimos esta entrevista a Oksana Dutchak, una activista de la red Transnational Strike sobre la situación que vive Ucrania en estos días de guerra. Nos parece muy relevante puesto que ella defiende puntos de vista que no hemos compartido antes como poner demasiado esfuerzo en condenar a la OTAN cuando quien está tirando las bombas es Rusia o que tenemos que tener cuidado con el mensaje "No a la guerra" que por ahora implica también que está en las manos de Rusia. Su posición es plenamente confrontativa con la invasión.

Oksana Dutchak es una investigadora afincada en Ucrania y activista de E.A.S.T. - Essential Autonomous Struggles Transnational. Habla de la situación actual, siempre cambiante, en Ucrania y de los intentos locales de autoorganización para hacer frente a la guerra. La cuestión de cómo crear una política transnacional de paz no tiene una respuesta fácil. Seguir movilizándose y comunicándose a través de las fronteras es crucial, pero debería ir acompañado de un replanteamiento radical de lo transnacional en sí mismo.

¿Cuál es la situación en Ucrania en estos momentos y cuál ha sido la reacción de la población local ante el estallido de la guerra?

La situación es muy complicada. Durante los primeros días parecía que las fuerzas militares rusas intentaban no atacar a los civiles. Intentaban destruir la infraestructura militar del país suponiendo que el gobierno y la sociedad se rendirían, pero no funcionó.

Me pregunto hasta qué punto fue estúpida la inteligencia: su cálculo fue un error total.

No funcionó porque el ejército empezó a actuar y la gente sobre el terreno empezó a actuar.

Eso da algo de esperanza, pero cambió su táctica de forma definitiva.

Ahora atacan a los civiles. Hoy [2 de marzo de 2022] han bombardeado intensamente la ciudad de Kharkiv, apuntando específicamente a los barrios residenciales y al centro de la ciudad. No sabemos cómo seguirá a partir de ahora.

Este cambio de táctica significa tanto que sienten que han cometido un gran error al principio con este cálculo, como que es muy peligroso para los civiles.

En cuanto a la población civil, muchos izquierdistas occidentales culpan ahora a la OTAN, pero nadie ha hecho más para que la población local apoye a la OTAN y la idea de unirse a ella que Rusia. Ahora mismo hay una encuesta, según la cual un récord del 76% apoya la idea, sobre todo por el aumento vertiginoso de las cifras en la región oriental y meridional, habitualmente opuestas (a la OTAN). Cuando todas estas advertencias fueron emitidas por los militares y funcionarios de los EE.UU., que Rusia iba a atacar, pero no mucha gente se lo creyó. Yo no me lo creí hasta el último momento. Ahora parece que Rusia ha estado preparando activamente una invasión a gran escala al menos durante algunos meses.

La población se ha vuelto muy antirrusa. Al tratar de convertir a Ucrania en un país bajo su total influencia, están haciendo lo contrario, porque la mayoría de la población está ahora muy en contra de Rusia.

Hay personas que no son radicalmente antirrusas. Pero es difícil cuando ves lo que está sucediendo, el bombardeo en Kharkiv, que es una de las ciudades más grandes de Ucrania y una ciudad predominantemente de habla rusa. El nivel de odio es muy alto ahora. Es explicable. Es difícil, en estas circunstancias, percibir a Rusia de forma diferente.

La gente de la izquierda ucraniana ya hablaba de ello desde hace tiempo, pero normalmente era en vano y nadie prestaba atención. Ahora vemos cómo Rusia está tratando de restaurar su poder imperial con resultados muy malos para nosotros, los rusos, la estabilidad del mundo y todo eso.

Tengo amigos que se quedaron en ciudades atacadas y familiares que no pudieron salir o no quisieron hacerlo. Muchos de ellos se están preparando para la guerrilla. También es un enorme error de cálculo por parte del gobierno ruso, porque -no sé si realmente se lo creían o no- su mensaje era: toda la gente nos recibirá con los brazos abiertos en el terreno. En lugar de ello, vemos imágenes de civiles desarmados que simplemente detienen a los tanques en su camino. Probablemente sea también una de las razones por las que cambiaron de táctica y decidieron iniciar los ataques aéreos contra los civiles para desmoralizarlos, porque no se puede detener a los aviones bloqueando la carretera sin armas.

También hay casos en los que la gente ataca a los tanques con cócteles molotov, etc. Kyiv se está preparando para la guerrilla y muchas otras ciudades también lo hacen. Incluso si su cálculo funcionara de alguna manera y pudieran instalar el gobierno títere aquí, el gobierno ocupacional no durará mucho porque sería una espiral total de escalada, involucrando a la población civil. No toda la gente lo hace, pero es difícil no hacerlo cuando suceden estas cosas. Creo que en muchos asentamientos la gente trataría de resistir también pacíficamente. Si los ataques aéreos destruyen las ciudades, será difícil resistir de cualquier forma.

El estallido de una guerra total en Ucrania ha sido preparado por semanas de retórica bélica tanto del lado estadounidense como del ruso. ¿Cómo se posicionan las organizaciones feministas y obreras de Ucrania ante la situación actual?

Las distintas organizaciones han reaccionado de forma diferente. La gente está tratando de ofrecerse como voluntaria y de organizar algún tipo de apoyo a los civiles. Hay mucha autoorganización en la clandestinidad para apoyar la evacuación de la gente, para ayudarles a llegar a un lugar seguro, pero también para apoyar a la gente que se queda en las ciudades, que no puede irse o no quiere irse, pero le faltan medicinas o alimentos. También algunas iniciativas de base se están preparando para la guerrilla de forma organizada, pero también de forma no organizada.

Muchos utilizan sus contactos externos con personas en el extranjero para ayudar a los que cruzan la frontera, porque necesitan traslado, necesitan un lugar donde quedarse en Polonia, Rumanía, Moldavia. Este tipo de redes también están intensamente involucradas. Esto es lo que hacen también los anarquistas, las feministas y las organizaciones de izquierda. Hay mucha autoorganización relacionada tanto con la ayuda a los civiles como con la preparación para las próximas invasiones en la ciudad.

Estamos viendo a personas atrapadas en las fronteras y a menudo discriminadas por el color de su piel. ¿Tienen alguna noticia al respecto?

Este problema existe, aunque no sé hasta qué punto es sistemático. Los activistas de derechos humanos están intentando plantear esta cuestión y hablar públicamente de ello. Y hace poco hubo una reacción oficial del gobierno con una declaración explícita de que no debe haber discriminación y con la distribución de un formulario online separado para estudiantes extranjeros, para ayudarles a cruzar la frontera.

Veo cómo Europa reacciona de forma diferente. Polonia abrió las fronteras a los refugiados ucranianos, fue uno de los primeros países en hacerlo. Compárese con su reacción cuando se produjo la crisis fronteriza entre Polonia y Bielorrusia. Lo veo totalmente y lo percibo desde una perspectiva crítica. Se trata de racismo, por supuesto. No se trata de que estos países sean demasiado buenos con los ucranianos. Se trata de que son malos con las otras personas. Dice mucho sobre el racismo y sobre cómo se perciben los distintos países.

¿Tienes noticias de la frontera? ¿Conoces a gente que haya podido cruzar las fronteras?

Hay enormes colas de gente, cruzando en coche y a pie, y la situación es dura. Una amiga mía estaba huyendo del país. Pasó dos días en la frontera. Ella y sus tres hijos. Por suerte, ya han cruzado al otro lado. El problema es que la cantidad de personas que intentan salir es enorme y los voluntarios de ambos lados de las fronteras intentan ayudar de alguna manera humanitaria porque la gente no tiene suficiente ropa y las noches son frías. Así que están tratando de ponerlos en algún lugar o al menos intentar ayudarlos. Del lado polaco, del lado moldavo, la gente está tratando de organizar traslados para los ucranianos, de forma gratuita en su mayoría, y llevarlos a lugares donde alojarse, o llevarlos a ciudades donde tienen familiares.

¿Es posible construir una oposición contra esta guerra sin caer en la alternativa entre la OTAN y Rusia? ¿Es posible construir una iniciativa transnacional de mujeres, migrantes y trabajadores que escape a las lógicas nacionalistas y a la perspectiva geopolítica?

He tenido discusiones con gente de izquierda de otros países y a veces me sorprende cómo tienen miedo de culpar demasiado poco a la OTAN y tratan de poner en cada frase que "la culpa también es de la OTAN". Claro que se puede culpar a la OTAN hasta cierto punto, pero cuando las bombas empiezan a caer del cielo, sólo se puede culpar a Rusia de los bombardeos. Desde aquí, en el terreno, la situación se ve de otra manera porque vemos cómo se comporta el gobierno ruso. No están dispuestos a renunciar a sus planes. No podemos decir que mantengamos a Rusia y a la OTAN lejos de aquí, porque sólo fue Rusia quien invadió Ucrania. Porque no es la OTAN quien está bombardeando las ciudades, es muy obvio aquí.

No se puede decir: No tomemos partido. No se puede evitar tomar partido, especialmente cuando se está aquí. No aconsejo a la gente de los países occidentales o de Europa del Este que se queden diciendo que no tomamos partido. No tomar partido aquí significaría lavarse las manos.

Un amigo me dijo que también es culpa de la OTAN y que cuando todo acabe tendremos un país muy nacionalista, xenófobo y otros problemas. Así que le contesté: Claro que sí, pero lo pensaré más adelante, cuando no haya bombardeos en las ciudades y cuando no haya ejército ruso aquí. Ahora no podemos resolver estos problemas. Podemos hablar de ellos, pero no podemos ignorar el elefante en la habitación.

Algunas personas de izquierdas dicen que la salida es negociar y acordar la neutralidad de Ucrania. Me resulta difícil apoyar este punto en este momento. Esta posición es un poco colonial: negar también la soberanía de un país. Es la gente del país la que debe decidir lo que quiere hacer y para que ellos puedan decidir, no debería haber guerra. Como he dicho, esta guerra hizo que muchos ucranianos tomaran decisiones. La gente dice que siempre se puede elegir. Pero la mayoría de los ucranianos no ven una opción ahora.

No estamos negando nuestra capacidad de acción. Algunas personas de la izquierda -de la izquierda occidental- están negando nuestra agencia, diciéndonos lo que los ucranianos deben hacer.

Suena muy bien decir que Ucrania no debe tomar partido, no debe estar en ningún bloque, debe mantener un estatus neutral. Pero la historia nos enseña que el estatus de neutralidad está reservado a los estados fuertes, a los estados ricos, a los estados que pueden defenderse. Ucrania no pudo defenderse del ataque y ahora lo está intentando, pero no sé hasta cuándo podremos continuar.

Después de la anexión de Crimea en 2014, hablar de un estatus de neutralidad para Ucrania es muy difícil. Ucrania renunció a sus armas nucleares y obtuvo una garantía de seguridad, de que su territorio sería íntegro, no sería atacado por ningún Estado y esta garantía fue firmada por varios países, como Estados Unidos, Gran Bretaña y Rusia. Esta garantía de seguridad fue violada en 2014 por Rusia. Después de eso no creo que sea tan fácil para la sociedad seguir confiando en las garantías. Hemos visto cómo la garantía no funciona. No tiene ninguna consecuencia legal ni de ningún tipo. Puede ser violada en cualquier momento.

Así que no sé cómo podemos escapar ahora de la alternativa entre Rusia y la OTAN. No tengo una respuesta en este momento.

Probablemente hayan visto las diferentes declaraciones contra la invasión de Rusia y en apoyo de la población ucraniana. Las feministas rusas llaman a levantarse contra el régimen de Putin y la guerra. Dicen que esta guerra es la continuación de la guerra cotidiana que se libra contra las mujeres, las personas LGBTQI+ y todos aquellos que no apoyan o se rebelan contra el régimen de Putin. Ha habido varias manifestaciones y movilizaciones contra esta guerra para denunciar las responsabilidades de Putin en diferentes lugares de Europa y fuera de ella. ¿Qué opina de estas iniciativas? ¿Qué puede hacer una política transnacional de paz en este momento?

Hay que presionar mucho a Rusia. No hay otra salida. Han ido demasiado lejos.

Estoy muy agradecida a todas las movilizaciones que se están produciendo en el mundo. Tengo cierta esperanza en ellas porque vemos cómo las movilizaciones están presionando a los gobiernos de estos países. Están ayudando de forma humanitaria, no sólo en términos de suministros militares, que también son importantes en este momento. Es difícil mantener la posición antimilitarista estando en un país que fue invadido por otro.

Estoy muy agradecida a la gente que se moviliza en Rusia. Algunos, que viven allí o en el extranjero, participan muy activamente en la organización de protestas en Rusia y también en el apoyo a las personas que huyen de Ucrania. También en otros países, movilizando recursos, proporcionando apoyo informativo, apoyo infraestructural...

Ahora en Ucrania se habla mucho de que una de las posibles salidas es una rebelión dentro de Rusia. No creo que eso ocurra. Desgraciadamente, porque la sociedad civil y la autoorganización en Rusia y en muchos países del estado postsoviético, y posiblemente también en Ucrania, son bastante débiles y no pueden construir inmediatamente una situación como ésta. No creo que haya algo en la sociedad rusa que detenga a Putin. De nuevo, por triste que suene, prefiero buscar una rebelión de las élites en Rusia; esto puede cambiar la situación sustancialmente en una perspectiva a corto plazo.

¿Cuáles son las cuestiones más urgentes a las que deben enfrentarse ahora las mujeres, los trabajadores y los inmigrantes, la población de Ucrania en su conjunto?

La cuestión más urgente es la ayuda humanitaria. La presión política, aunque no suponga un gran cambio, es una de las cosas que definitivamente se podrían hacer. Desgraciadamente, en Rusia no, porque están intentando bloquear todos los canales de información para que la gente en Rusia vea esto, lo que también es un gran problema, pero no podemos hacer nada al respecto. A veces tengo la sensación de que hay una especie de muro construido dentro de Europa.

Me gustaría plantear también una cosa de la que han empezado a hablar algunas iniciativas de izquierdas. Si miramos al futuro, sea cual sea, una de las cosas más importantes es renunciar a la deuda externa ucraniana, porque es un tema que ahora se discute en algunas iniciativas de izquierda, que el FMI debería renunciar a la deuda externa ucraniana de cualquier manera porque ahora necesitaremos muchos recursos para reconstruir el país. Y habría una posibilidad de hacer más independientes las políticas socioeconómicas ucranianas. Esta es también probablemente una demanda que espero -sé que algunas personas ya la están expresando- sea más visible pronto.

¿Cómo escapar de la visión geopolítica según la cual sólo hay Estados con sus propios intereses en juego mientras que en realidad hay personas que sufren las peores consecuencias de las decisiones políticas?

Estoy totalmente de acuerdo en que sería bueno escapar de esta lógica, pero no podemos obligar a los gobernantes a escapar de ella, por desgracia. Ahí es donde se toman las decisiones, especialmente si se trata de estados autocráticos. Es importante, sobre todo si reflexionamos sobre la situación, ver lo diferente que puede ser, pero es la lógica que se impone ahora. No se puede escapar a este nivel de análisis porque parece que es el nivel de análisis en el que Putin está tomando decisiones. Sus decisiones y las de la gente que le rodea son el factor más importante en esta situación ahora. Se puede escapar de esta lógica cuando se tiene una sociedad con un nivel bastante alto de sociedad civil en sentido general, como los sindicatos, pero cuando se tiene una sociedad muy jerarquizada en la que el poder se construye de arriba a abajo y la gente no tiene casi ninguna influencia en lo que está sucediendo y en qué dirección se está moviendo y qué decisiones se están tomando, este nivel de análisis entonces es el único que al menos explica algo. Desgraciadamente. No me siento cómoda pensando en estos términos, pero no sé en qué términos pensar ahora. Algunas personas ahora están tratando de evitar esto. Tratan de ser optimistas en cuanto a la autoorganización de los ucranianos, a lo mucho que están haciendo en los últimos días y a la creación de redes de apoyo solidario. Es muy importante, pero también entiendo que todo esto puede destruirse muy fácilmente porque se trata de un país que ya no intenta persuadir. Alguien dice que, a diferencia de las hegemonías occidentales, el Estado ruso no intenta construir un poder blando. No sé si lo han intentado, pero a estas alturas es obvio que les importa un bledo y que se basan en la fuerza bruta de forma muy explícita.

Aparte de la solidaridad en diferentes formas humanitarias o concretas para practicar la solidaridad en todo el mundo con los refugiados y el envío de alimentos, medicinas y otras cosas, especialmente para los refugiados, pero no sólo: ¿cómo ves el papel de los movimientos transnacionales por la paz o contra esta guerra? ¿Qué podemos hacer desde un punto de vista feminista, antiexplotación, antirracista, aparte de las iniciativas concretas qué podemos hacer para que crezca una movilización que pueda revertir esta situación?

Ahora es un momento muy duro para este movimiento internacional de base o autoorganizado que intenta construir la paz, porque ha aparecido de repente -no de repente para todo el mundo, pero sí para mucha gente- que el mundo ha cambiado. Algunas de nosotras, izquierdistas, estamos demasiado acostumbradas a vivir en un mundo polar y ahora no es así. El mejor escenario es que el movimiento necesitará un tiempo para repensar el marco conceptual de cómo estamos pensando en este mundo, cómo estamos pensando en las amenazas que hay, que las amenazas están cambiando, se están desarrollando, y la configuración de la realidad ya es un poco diferente. Si no se hace así, no se podrá avanzar en este momento.  Si todo se hace correctamente, si la lección del momento actual se entiende correctamente y si el movimiento escucha a la gente sobre el terreno, el movimiento repensará este mundo y las amenazas a la paz que tenemos aquí porque están cambiando definitivamente. Si no se tiene en cuenta esta lección, entonces, desgraciadamente, la parte de este movimiento que no lo tenga en cuenta, su retórica, sus acciones y sus movilizaciones, no contribuirán de forma suficientemente significativa a la tarea que quieren conseguir.

La plataforma de huelga social transnacional redactó una declaración contra la guerra que fue firmada por muchas organizaciones en Europa, al menos. La perspectiva es formar una voz común transnacional. ¿Cree que este tipo de intentos van en la dirección correcta?

Este tipo de intentos ya forma parte de ese replanteamiento del que hablaba. Por eso es importante para el propio movimiento y para todo, para la visión de cómo actuar en el futuro más próximo. Pero también existe ese peligro de hablar de la paz a toda costa. Si decimos que debemos restablecer la paz a toda costa, hay una trampa peligrosa: entonces hagamos lo que diga Rusia y ellos detendrán la guerra, para salvar la vida de la gente.

Esta retórica es sólo una salida en una perspectiva a muy corto plazo, porque si Rusia viene aquí, pondrá su gobierno, conservador, reaccionario, opresivo, como lo es ahora en Rusia, o incluso peor. Por ejemplo, para la gente como yo y para muchos activistas, feministas, izquierdistas, activistas LGBT, sindicalistas, para los periodistas y la oposición significaría represiones, y también significaría que, como yo lo veo, a partir de ahora, que la verdadera guerra partidista comenzaría. Me temo que el país se desmoronará, con mucha muerte y sufrimiento. No es que Rusia vaya a venir y dejar de hacer todo lo que ha estado haciendo en los últimos días en Ucrania y durante muchos años en su propio país, así que eso también es una trampa muy peligrosa que algunos tampoco entienden.

* Transnational Strike - Traducido por alasbarricadas