¡Ni sumisas, ni esclavas! Aprendiendo de las trabajadoras del hogar en Cantabria
Comenzamos un ciclo de entrevistas a personas dedicadas al llamado "trabajo del hogar" en Cantabria. Lo comenzamos hoy día 16 de Junio, día en que colectivos de mujeres currantes y organizadas, se han movilizado en otras partes del estado para exigir mejores condiciones laborales en su día a día. Cada vez es más notoria la auto-organización de estas mujeres en colectivos en lucha.
El 16 de junio de 2011 la OIT publicó el Convenio 189 como herramienta para proteger los derechos laborales de las trabajadoras de hogar y cuidados. En 2020, 9 años después, el Estado español sigue sin firmar su ratificación. Este es el motivo de dichas movilizaciones.
Como ASSI nos recuerda, si habitualmente es notoria la falta de protección de las personas trabajadoras, lo que se hace desde los poderes públicos con este colectivo no tiene nombre. Trabajan en condiciones especialmente vulnerables y gozan de menor protección que la mayor parte de los colectivos. Por ejemplo cabe destacar que no tienen derecho a prestación por desempleo, el despido improcedente es un 40% más barato que el de cualquier otro trabajad@r y hay un tipo de despido especial, el desistimiento, que es especialmente libre y especialmente barato, es como si estuvieran trabajando permanentemente en periodo de prueba.
Como varias asociaciones de trabajador@s del hogar y cuidados han comunicado en el medio de contrainformación Lahaine el pasado 15 de Junio, han pasado ya tres meses desde que la crisis provocada por la pandemia privó de su empleo a millones de personas; quienes vivían al día con bajos salarios, quedaron sin recursos económicos para subsistir. Para las trabajadoras de hogar, el golpe fue muy especial porque no contaban con la prestación de desempleo.
Desde este medio no hemos investigado mucho sobre estadísticas, politicas sociales, ni legislación respecto a este ámbito en Cantabria. Hemos decidido hacerlo poco a poco mediante entrevistas a mujeres que viven en este territorio y cuyas palabras basadas en su experiencia personal, pueden darnos a conocer las dificultades que tienen, las estrategias individuales y colectivas para plantarles cara, los cuidados y el apoyo mutuo entre trabajadoras, las diferencias en el grado de opresión (patriarcal, racista, clasista) según la condición de cada persona y sus circunstancias, así como la indefensión jurídica, económica y social existente. Ante estos trabajos invisibilizados que funcionan de sostén forzado de la economía capitalista, se hace necesario indagar en las propias experiencias de las vecinas que protagonizan este ámbito del mundo asalariado.
Empezamos este ciclo con una entrevista a Paula, vecina de Santander.