Un Centro de Educación de Personas Adultas
La última vez que hablamos desde El Pájaro Observador de la educación llevábamos otras palabras en el plumaje: conciencia crítica, desobediencia, crecimiento personal. No es para menos: si tratábamos un tema tan amplio como éste, qué menos que compartir experiencias diferentes, experiencias de lucha que tengan la libertad como último objetivo; qué menos, sabiendo que todas hemos pasado por las aulas, por el tedio, por el aburrimiento, por la autoridad de la escuela, ¿Cómo no íbamos a mencionar, aunque fuera por encima, que existe otra manera de hacer las cosas, que otra escuela es posible?
Pero sería ingenuo, romántico, e incluso clasista que, en el mundo que nos rodea (no en el que nos gustaría, sino en el que nos ha tocado vivir), ignorásemos que educación también quiere decir otras cosas: promoción social, seguridad laboral, distensión. Queda claro que la educación formal no libera, pero cuando una persona vende una fuerza de trabajo más cualificada (o al menos considerada como tal en el mercado), quizás tiene más posibilidad de liberarse por sí mismo: y no porque el rico sea más libre, sino porque la preocupación constante por el alquiler, los cuidados y la compra no es lo mismo con cierta seguridad a fin de mes.
Insistimos: sería clasista ignorar este hecho. Es por esto que esta vez desde El Pájaro Observador nos acercamos a la educación desde una perspectiva diametralmente diferente: la de los Centros de Educación para Personas Adultas, los CEPAs. Oficialmente, un CEPA ofrece acceso a la educación preuniversitaria a gente que, en su mayoría de edad, por distintas circunstancias, o bien no disfrutó de ese derecho en su juventud o bien no adquirió el título correspondiente. Y claro que son bienvenidas -y necesarias- las críticas al CEPA (¿No reflejan el fracaso del sistema educativo? ¿No son un último intento del Estado para subordinar a los individuos?), pero desde nuestro podcast hemos creído más importante dar voz a sus protagonistas, con estudios o sin estudios, discentes o docentes, que realizar nuestras propias elucubraciones.
Para realizar este programa nos hemos acercado al CEPA de Astillero. Allí nos atendieron en primer lugar los profesores, que nos explican cómo funciona la institución: qué tipos de aprendizaje se realizan, qué títulos se dan, qué función cumple el CEPA en la sociedad. Luego hablamos con antiguos alumnos, quienes compartieron algunas de sus experiencias tanto durante sus estudios como después de ellos. Finalmente, charlamos con algunos estudiantes actuales, quienes nos expusieron cómo ven su trabajo en el CEPA.
¿Os gusta lo que leéis? Pues entonces podéis escuchar el avance aquí. Y si os gusta todavía más, esperad unos días que en nada sacamos el programa del horno.