Ante las violencias machistas, autodefensa feminista

La Asamblea Feminista Abierta de Cantabria, ante la convocatoria del 20S y los últimos asesinatos machistas queremos manifestar:

Nuestro rechazo e indignación por los últimos asesinatos machistas, que en el año 2019 contabiliza 74 mujeres asesinadas y que no son sino la última y definitiva manifestación de un sistema patriarcal basado en las relaciones de dominación y poder.
Las violaciones, las agresiones sexuales, los asesinatos (feminicidios) sean en grupo o individualmente, ocurran en casa, en la calle, en la escuela, en el trabajo, en las instituciones o grupos religiosos, sociales y políticos, no son hechos aislados y responden a un mandato patriarcal.

Además las violencias patriarcales afectan a las mujeres de forma diferente en función de múltiples factores: el racismo, estatus migratorio, edad, situación socioeconómica y familiar (trabajo asalariado, trabajo del hogar, maternidad o no), diversidad funcional física, psíquica o sensorial, orientación sexual, identidad o expresión de género, etc. Si negamos esta diversidad, hacemos invisibles las necesidades específicas que las diversas mujeres tienen ante las violencias, tanto en cuanto a las respuestas como las medidas que permiten prevenirlas.

Por ello exigimos derogar la ley de extranjería de forma que todas las mujeres migradas tengan garantizados sus derechos como personas, incluyendo derechos sociales como el derecho a la salud, al trabajo y a la vivienda, condiciones básicas para que las mujeres puedan salir de relaciones abusivas y así se garantice su seguridad jurídica y protección cuando denuncien violencias machistas.

Nuestra indignación por las respuestas que se están dado desde las instituciones públicas, estatales, autonómicas y locales, incapaces de hacer frente a esta lacra social. Denunciamos los sistemáticos incumplimientos de sus obligaciones en relación con prevención y en educación, los recortes, la insuficiencia de los recursos existentes, la carencia de circuitos de abordaje integral, de formación de profesionales, el persistente sesgo patriarcal de la justicia, la tendencia de determinados grupos políticos a negar las violencias machistas que incluso llegan al control y a la persecución de trabajadoras que dan atención a mujeres supervivientes, etc.

Los movimientos feministas, con sus diversidades y diferencias, estamos trabajando porque se visibilice, combata y se acabe esta violencia estructural, denunciando que las políticas a implementar van más allá de los minutos de silencio y de las fotos para los medios de comunicación.

Por eso nos parece contradictorio, que quienes en muchos casos son corresponsables de las políticas públicas a todas luces ineficaces, quienes convocan y acuden a los minutos de silencio, llamen ahora a una acción de emergencia feminista, que en el fondo no es más que la pretensión de apropiarse del trabajo colectivo del movimiento feminista, así como tratar la de invisibilizar la diversidad del mismo.

Porque nuestro compromiso y responsabilidad tiene objetivos generales y no partidistas y excluyentes, seguiremos trabajando para acabar con las violencias machistas y desde ahora para conseguir un 25N con una respuesta, contundente, fuerte y multitudinaria