4º Año consecutivo de tala de hayas en el Parque Natural Saja-Besaya

Este es el 4º año consecutivo que continúa la tala de cientos hayas de un bosque de arbolado autóctono del monte Saja en el corazón del Parque Natural Saja Besaya. Lo que en principio la Dirección General de Montes dependiente del anterior Gobierno Regional definió como “ensayo en el sistema de aprovechamiento de leñas en el monte Saja” prohibiendo a los vecinos la recogida de leñas muertas y rodadas que tradicionalmente se había hecho hasta entonces, se ha demostrado en estos cuatro años, que la verdadera razón de dichas talas no es otra que la de su venta a los madereros y la obtención de beneficios económicos para la Mancomunidad Campoo-Cabuérniga, como ya en su día afirmó su presidenta.

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No han servido de nada las decenas de escritos, artículos de prensa, visitas guiadas a la zona de talas, concentraciones, denuncias al Seprona, a las diferentes Consejerías implicadas o las que este representante ha hecho y que seguirá haciendo siempre que tenga ocasión en el Patronato del Parque. Hoy cuatro años después de que se volviera a las viejas prácticas de la tala de arbolado autóctono prohibidas por decreto en el año 86, vemos como cada año cientos y cientos de árboles que son patrimonio de los vecinos y de todos los ciudadanos son derribados para obtener un beneficio económico, que por otro lado, no deja de ser insignificante.

Primero se afirmó por parte del Servicio de Montes y también por la anterior Consejera de Ganadería, Pesca y Desarrollo Rural del Partido Popular en el Parlamento de Cantabria a preguntas del Grupo Socialista que eran tres las razones principales por las que se volvía a talar arbolado autóctono en el Monte Saja:

Primero, “garantizar la conservación de los hábitats de las distintas especies de flora y fauna presentes en el monte (por ejemplo hábitats favorables para el urogallo y oso pardo”.

Segundo, “una mejora de la masa arbolada, sobre todo en aquellas zonas que presentan unas mejores características y estén dotadas de acceso rodado”

Tercero, “satisfacer las necesidades de leña de la población local”.

Estas eran las tres razones principales con las se pretendía justificar la tala de hayas después de más de treinta años de que se prohibieran debido a los abusos cometidos.

Hoy cuatro años después de que se volviera a talar vemos como dichas razones se caen por su propio peso, prueba de ello es que, por fin, este año y en vista de las citadas talas no han podido “satisfacer las necesidades de leña de la población local”, se ha vuelto a permitir a los vecinos el aprovechamiento tradicional de leñas muertas y rodadas, mucho más barato, racional y sostenible, algo que no nos hemos cansado de reivindicar durante estos cuatro años.

Las otras dos razones esgrimidas se contradicen por sí mismas, ni el oso pardo ni el urogallo extinguido en estos montes van a aparecer de forma espontánea por el mero hecho de talar cientos de árboles y sería incompatible con las motosierras y más aún con el tráfico rodado de vehículos pesados que generan las mencionadas talas. Además tanto la Fundación Oso Pardo como SEO han desmentido tal afirmación. “Nosotros –afirman- ni hemos asesorado ni apoyado esa acción. Nadie del P.N.Saja-Besaya o de la DGM se ha puesto en contacto con nosotros para pedirnos opinión al respecto,..”

Por otro lado seguimos pensando, en contra de la opinión del Dtor. del Parque sr. Pisabarro, que las citadas talas practicadas año tras año en los mismos lugares no benefician en absoluto al hayedo del monte Saja que, como bosque de arbolado autóctono, tiene sus propios mecanismos de autorregulación y con la tala de hayas en el P.N. Saja-Besaya se vuelve a insistir en criterios puramente ingenieriles y economicistas donde están ausentes los más elementales criterios ambientales y científicos en los tratamientos silvícolas.

Por último y aunque este año vuelva a permitirse a los vecinos el aprovechamientos de leñas muertas y rodadas no podemos darnos por satisfechos dado que se continúa con la tala de hayas en el P.N.Saja-Besaya y seguimos reivindicando la suspensión total de las mismas, así como que se proporcione a todos aquellos vecinos del Parque que lo necesite,-mujeres, ancianos o aquellos en riesgo de padecer pobreza energética-, de leña suficiente para sus necesidades.

Fuente: Revista Cantárida nº402