Ruta histórica “De la memoria del anarquista santanderino Emilio Carral al anarquismo cántabro”

Ruta histórica “De la memoria del anarquista santanderino Emilio Carral al anarquismo cántabro”, Araceli González Vázquez

 

El anarquista cántabro Emilio Carral Arce (1869-1926) es una figura histórica aún mal conocida e injustamente subalternizada o invisibilizada en muchos trabajos que hablan sobre las culturas políticas de Cantabria, pero también en muchos trabajos que estudian a los cántabros y las cántabras que se han dedicado a la literatura en otro tiempo, en los siglos XIX y XX. Carral debería ser mejor conocido en dos ámbitos, el político y el literario. En el político, como líder anarquista, como intelectual que hizo múltiples labores de propaganda política en el seno de los grupos anarquistas que fundó, y al lado de los republicanos federales y radicales. En el literario, como articulista y autor de obras para la escena. También debería ser mejor conocido y reconocido en el ámbito que atañe al folklore o música tradicional: entre otras actividades, en tanto promotor, en 1913 del “Orfeón Cultura”, en 1915 del coro de obreros “La Seria Alegría”, y en 1923 de los coros montañeses “El sabor de la Tierruca”. En relación con estas actividades, también ha de ser valorado específicamente su trabajo como letrista de algunas canciones montañesas musicadas en su mayor parte por Pedro Carré, y como escritor en cántabru, la variedad lingüística local, hoy una lengua minorizada y desprotegida legalmente.

 

Ejemplo de ello es su canción de cuna: Duermi niño, duermi prontu, quiero que prontu te duermas, que si lloras y no duermis, se mi quemará la berza/ Oba, niño, oba, duérmete a este son/ Comu se duerma mi niño, cuandu vaya a Santander, un caballucu mu maju, su papá le va a traer/ … El niñucu se ha dormidu, procurad que no despierti, si es que quereis aplaudir, cudiao no lo hagais mu juerti.

 

La ruta histórica “De la memoria del anarquista santanderino Emilio Carral al anarquismo cántabro” se desarrolló el sábado 14 de septiembre de 2024 a lo largo de diez puntos de encuentro de la ciudad de Santander con la biografía política de Emilio Carral.

En el punto nº 1, desarrollado en la librería La Libre, se habló de los orígenes del anarquismo en Cantabria, que coinciden con los años del Sexenio Democrático, época en la que nace Carral. En julio de 1870, gracias a la actividad de Jesús Busquiel y de otros obreros, queda constituida una sección de la AIT de Santander. Es una de las primeras secciones de la Primera Internacional fundadas en el Estado español. A finales de ese año, la sección de Santander la integran 286 personas que se distribuyen en 4 secciones.

 

En el punto nº 2, desarrollado en Ruamayor, 24, la antigua sede del Casino Federal, se habló de la vinculación de Emilio Carral con la Vanguardia Federal y sobre la unidad de acción política federal y anarquista. Los vínculos entre el grupo ácrata de Santander y el grupo federal de base “La Vanguardia Federal” son los que dan lugar a la publicación del semanario ácrata Adelante, el “semanario sociológico obrero” dirigido por Diego Cortázar y otros, e impreso en la imprenta El Dobra de Torrelavega entre mayo de 1902 y marzo de 1903, a lo largo de 42 números. Esta colaboración no impide que el semanario se declare abiertamente anarquista en el editorial titulado “Todos anarquistas”.

 

En el punto nº 3, la cárcel de Santa María Egipcíaca, se habló sobre el primer texto que escribe Emilio Carral en defensa del Anarquismo, que habla de los presos anarquistas catalanes del proceso de Montjuich, encerrados entonces en la cárcel de Santander. Estos presos habían sido condenados por el atentado de la calle de los Cambios Nuevos (1896). Emilio Carral escribe contra un articulista de "La Atalaya”, indignado ante la forma que ha deshumanizado a los presos. Su texto se publica el año 1900 en “El Cantábrico” y, entre otras cosas, dice Carral: “Anarquista es el que estas líneas firma, y desde luego protesta, no como supongo yo lo hagan los monstruos, sino como lo deben hacer los hombres que se estimen como tales, empleando palabras que no extravíen los cerebros y demostrando el que, por tener esta o la otra creencia, no es un hombre mejor ni peor”.

 

En el punto nº 4, desarrollado en la Biblioteca Menéndez Pelayo, se habló de las obras literarias de Emilio Carral, de los diarios que publicaron sus artículos, y de los lugares de Santander donde se representaron sus obras para la escena: el monólogo Liberto, la obra “El Ocaso de los Odios”, el monólogo “Meditad”, la obra “Iván”, la obra “el Trapero”, las obras “¿León?” y “La escuela de los chicos”, el monólogo “Apurado”, su obra “Tenkia”… También se habló de la forma en que Carral intentó ayudar a Celso Mir para que se publicara su “Catecismo del Ateo” en Santander.

 

En el punto nº 5, desarrollado en la Calle Magallanes, se habló del papel que desempeñó Emilio Carral como pionero de la enseñanza laica en Cantabria. Por un lado, de su participación, en 1902, en la fundación del Centro de Enseñanza Integral y Laica, una escisión de la Asociación de Enseñanza Laica de Santander que se había fundado en 1885. Este CEIL, cuyo vicepresidente es Carral, fundará una escuela en el nº 5 de la Calle Magallanes que más tarde estará en el nº 21. La presidencia la ocupará Eduardo Pérez Iglesias, un republicano federal. Carral presidirá el CEIL en 1909.

 

En el punto nº 6, desarrollado en la Plaza de Numancia, se habló del papel de Emilio Carral en la creación del cuerpo de Bomberos Voluntarios de la ciudad de Santander. Aquí se reveló un hecho de su biografía hasta ahora desconocido: que Carral quedó huérfano de padre con la catástrofe del Cabo Machichaco. Emilio Carral Arce era hijo de José Carral Crespo y de Josefa Arce. Su familia vivía en el número 38 de la calle de la Concordia, en la primera sección de la actual calle de Cisneros. Su padre, José Carral, que era almacenero en la casa consignataria de barcos Ibarra y Compañía, murió el 3 de noviembre de 1893, víctima de la explosión del Cabo Machichaco. Ibarra y Cía era la casa propietaria de aquel barco de vapor. Es bastante probable que José Carral, en razón de su trabajo, se encontrara a bordo o muy cerca del barco, en los muelles de carga y descarga, en el momento de la explosión. Su cadáver fue conducido desde el depósito del Hospital de San Rafael al cementerio de Ciriegu junto con el de decenas de santanderinos más, el 4 de noviembre de 1893. Es evidente que, para entender por qué Emilio Carral puso tanto empeño personal y tanto trabajo altruista en la fundación de los Bomberos Voluntarios de la ciudad de Santander, hay que tener presente el impacto que tuvo la muerte de su padre y cómo se reaccionó frente a la explosión del Machichaco. La falta de dotaciones tuvo consecuencias nefastas, y Emilio Carral debía tenerlo muy presente cuando se unió a quienes reivindicaban ese cuerpo de bomberos voluntarios.

En el punto nº 7, desarrollado en la Alameda Segunda, se habló de los mítines anarquistas que tuvieron lugar en Santander. Se habló del llamado “mítin de controversia” de 1902 y del “mítin anarquista” de 1904. En el mítin de controversia de 1902, Carral enfrenta su tribuna a la del socialista Isidoro Acevedo, entonces director en Santander del semanario “La Voz del Pueblo”. Como anécdota, cuando el público aplaude a una frase de Pi i Margall sobre la libertad que él pronuncia, Carral responde que se retirará si vuelve a escuchar un aplauso, porque allí “no se viene a aplaudir, sino a aprender”. En el mítin anarquista de 1904 participan importantes oradores, como Carral, José María Herrera, Francisco González Sola y Antonio Ojeda.

En el punto nº 8, el Parlamento de Cantabria, se habló sobre los grupos anarquistas que se formaron en Cantabria en el siglo XX. En noviembre de 1909, “Nitro” y “Redención” son los dos grupos anarquistas que, junto a las juventudes Socialista y Republicana, a Vanguardia Federal y a Juventud Republicana de Cueto, firman un manifiesto “A los ciudadanos santanderinos de ideas progresivas”. Para 1904, la fecha del “mitin anarquista” de Santander del que he hablado anteriormente, han quedado ya constituidos, en años previos, diversos grupos ácratas, tanto en Sanander como en Torrelavega. Algunos de esos grupos son “Adelante”, “Nitro” (que alude a la nitroglicerina, un explosivo empleado habitualmente por los anarquistas en sus acciones directas), “Redención”… Posteriormente, hacia 1909, aparecerá el grupo anarquista “Amor y Odio” en Torrelavega, con ciertos vínculos con los republicanos radicales.

En el punto nº 9, el Mural Sotileza en el Parque del Agua, se habló de la labor que Emilio Carral desarrolló en el ámbito de la música tradicional de Cantabria. En primer lugar, de su participación en la fundación del grupo coral Cultura, más tarde denominado Orfeón Cultura, y de su filial, la Rondalla Sotileza, que surgen en el Ateneo Popular fundado en Santander en 1910. En segundo lugar, la labor de dirección de la agrupación coral “La Seria Alegría”, donde Carral aúna música y excursionismo. Por último, de su participación en la fundación en 1923 de los Coros Montañeses “El Sabor de la Tierruca”, una actividad folklórica en la que destacaron sus hijos Pepe Carral y Raimundo Carral, y su nieta Violeta Carral, panderetera y voz solista.

En el último punto de la ruta, el punto nº 10, desarrollado en la librería La Libre, se habló del papel de Emilio Carral en el Ateneo Popular (1910-1917), y de su muerte y legado. El Ateneo Popular se funda pensando en la educación de la clase obrera: para, como dicen sus fundadores, “echar en el surco del pueblo la semilla del saber”. Cuando muere Emilio Carral el día 29 de noviembre de 1926, La Atalaya le encarga un breve obituario al periodista José del Río Sainz “Pick” (1884-1964), que escribe lo siguiente sobre sus ideas políticas: “Era Carral un anarquista solitario. La clase proletaria le consideraba como un oráculo, y alrededor de su kiosco había siempre un carro de personas que iban a aconsejarse de él”.

Este artículo viene recogido en el Boletín Briega en papel nº 60 Diciembre de 2024.