La defensa del medio ambiente en Cantabria: Del conservacionismo a los movimientos ecologistas

Image: 
La defensa del medio ambiente en Cantabria: Del conservacionismo a los movimientos ecologistas

(Una aproximación a su origen y evolución)

Emilio Carrera

Los movimientos en defensa del medio ambiente del mundo occidental tienen su origen en la crisis urbana, industrial y de la calidad de vida de los años 50 y 60. Sin embargo, serán los conservacionistas los primeros en organizarse, impregnados de un fuerte biologismo y un apoliticismo declarado, centrados en la defensa de la flora y la fauna al margen de otras consideraciones ideológicas, económicas y culturales sobre el marco global o las causas de las situaciones que combatían.

Surge así la SEO (Sociedad Española de Ornitología) en 1954 y más tarde, en relación con la conservación de Doñana, el Fondo Mundial para la Vida Salvaje (WWF) en 1961, y su delegación en España ADENA (Asociación Española para la Defensa de la Naturaleza), impulsada en 1968 por Félix Rodríguez de la fuente y sus programas divulgativos sobre la fauna ibérica.

Pero será la crisis de los 70 quien cuestione el modelo despilfarrador e insostenible de las sociedades occidentales. Nacen las primeras organizaciones ecologistas y lo hacen, en principio, en oposición a la energía nuclear; Amigos de la Tierra (1969) en los EE.UU. y Greempeace (1972) en Canadá, en protesta ante las pruebas atómicas en Alaska, ampliando la preocupación a planos socioeconómicos, políticos y culturales, e introduciendo el novedoso concepto de "medio ambiente".

¿Y qué ocurría en España? A los precedentes del conservacionismo de SEO y ADENA se añade la descomposición del franquismo y la conquista de las libertades. Surgen diversas organizaciones, mucho más críticas que ADENA y SEO, que programan encuentros en Pamplona y Oviedo (1975) en los que por primera vez se plantean con claridad objetivos verdes y ecologistas.

Los años 80 y 90 tendrán como principales hitos, la consolidación de asociaciones regionales o nacionalistas, además de Greempeace, ADENA-WWF, SEO-Birdlife, AEDENAT (Asociación Española para la Defensa de la Naturaleza) y FAT (Federación de Amigos de la Tierra). La CODA (Coordinadora de Organizaciones para la Defensa de las Aves) se convierte al ecologismo en 1980 como Coordinadora de Organizaciones para la Defensa Ambiental.

La situación en Cantabria

El carácter conservacionista y ecologista se había explicitado en los años 70 con las mencionadas propuestas de la SEO sobre las marismas de Santoña y San Vicente, en movilizaciones contra la central nuclear de Santillan (S. V. de la Barquera) de 1974 a 1976, y en denuncias de presiones sobre los bosques autóctonos y áreas de gran valor ambiental, como las que realizan en 1979 el germen de futuros grupos ecologistas en Torrelavega, Santander, Buelna o Cabezón, respecto a la pista de Brenes y los intentos de asfaltado de Los Llares a Bárcena Mayor, por los montes de Ucieda y El Moral.

Pero será en Reinosa donde la fusión de tres grupos locales en defensa del acebo, formen en 1982 la organización más veterana del movimiento ecologista en Cantabria: la Confederación Ecologista de Campoo y Reinosa (que en 1992 pasó a llamarse EL TENTIRUJO), un grupo que ha sabido mantener su capacidad de movilización y trabajo, no solo en aquella extensa comarca, sino también en la Coordinadora Ecologista Cántabra (CEC) y la CODA.

La labor de El Tentirujo se ha visto ampliada en el sur de Cantabria con la intensa actividad que, desde principios de los años 90 ha desarrollado la ASOCIACIÓN PARA LA DEFENSA DE VALDEOLEA, un ejemplo de planteamiento ecocultural, en un área profundamente deprimida y en circunstancias muy adversas.

En marzo de 1984 nace ARCA (Asociación para la Defensa de los Recursos Naturales de Cantabria), una organización muy dinámica, y referencia estable y sólida en defensa del medio ambiente hasta hoy, al dar paso, tras sus reticencias iniciales y el marcado origen conservacionista -en una evolución similar a la CODA, aunque ARCA no se ha integrado en organizaciones suprarregionales-, a pautas de acción común con el movimiento ecologista y ciudadano, y a la valoración de las dimensiones políticas y los contextos más amplios en que se inserta la degradación del medio ambiente.

ARCA se basa en rigurosos análisis, una gran proyección informativa y social, y un riguroso asesoramiento técnico-jurídico en denuncias y recursos ante los tribunales y la Administración, lo que le ha proporcionado, en muchos casos, éxitos espectaculares: la condena de España en la UE por sus actuaciones en Santoña, las sentencias de la Playa de La Arena, y paralización o revisión de construcciones en espacios protegidos o áreas urbanas y rurales de interés ambiental o paisajístico, etc.

    

El nacimiento de la Coordinadora para la Defensa del Litoral ("…y las Tierras de Cantabria", como se denomina después, hasta que en 1990 adopta el de COORDINADORA ECOLOGISTA CÁNTABRA) tiene su origen en los intentos urbanizadores de las dunas de Oyambre -y de promociones inmobiliarias entre Comillas y S.V. de la Barquera- que suscitaron lo que fue, sin duda, la movilización en defensa del medio ambiente más intensa y secundada por el mayor número de personas y colectivos en toda la historia de Cantabria. Ese fue el motivo de la creación, a principios de 1985 -concretamente el 23 de Marzo, en Cabezón de la Sal, tras la manifestación del 17 en la playa-, de la Coordinadora para la Defensa del Litoral, una amalgama de grupos conservacionistas, ecologistas, asociaciones ciudadanas, sindicatos y partidos (incluida ARCA que pronto declararía su autonomía, distanciándose de ella), muchos de los cuales desaparecerán o secundarán las iniciativas del núcleo estable de la organización. Su carácter asambleario y la vocación de articularse con organizaciones estatales e internacionales va a presidir su trayectoria, sin perjuicio de colaboración, más o menos esporádica o estable, con asociaciones y colectivos diversos.

La Asociación Naturalista y Ecologista ALCARAVAN tiene su origen en 1984 y su trayectoria coincide con la de otros grupos que evolucionan desde planteamientos conservacionistas a otros que se insertan de lleno en el movimiento ecologista, sobre todo a partir del 90 como fruto de crisis internas en GEA (Grupo Ecologista Asambleario); y que le lleva, de forma paralela, tanto a su integración en la Coordinadora Ecologista Cántabra, como a ampliar su inicial proyección local y comarcal en el arco SO de la bahía -Camargo, El Astillero o Santander- hasta el ámbito regional, estatal, e incluso internacional, participando en diversos proyectos de cooperación medioambiental con países en vías de desarrollo.

Muchos colectivos, campañas, coordinadoras específicas, publicaciones y fundaciones han venido jalonando la historia moderna del movimiento ecologista en Cantabria. Sin embargo, hay que reconocer, dentro de la mayor o menor actividad de las organizaciones cántabras, que, excepto ARCA, con cotizantes más o menos pasivos y una minoría dirigente de intensa dedicación, el resto de los grupos atraviesan en los últimos años, salvo en asuntos muy precisos, por una crisis de participación y numerosos altibajos, manteniendo, de forma precaria y a duras penas, la estabilidad y capacidad de respuesta ante los problemas ambientales.

En resumen, las corrientes en defensa del medio ambiente y los movimientos ecologistas en Cantabria no son ajenos a los problemas caracterizados por la atomización, la discontinuidad, el apego excesivo a la coyuntura, los personalismos acusados, sus distancias con el mundo del trabajo, y los conflictos derivados del carácter asambleario de su funcionamiento interno o de los mecanismos de representación de sus componentes; pero son la demostración -y, por ello, necesarios e imprescindibles- de la vitalidad social de amplios sectores de la población ante las insuficientes respuestas que las Administraciones Públicas o los partidos políticos ofrecen a las demandas de los ciudadanos sobre la mejora de la calidad de vida y las condiciones ambientales de su existencia. Y constituyen una fuerza decisiva, para mantener las esperanzas de transformación en una sociedad respetuosa con los equilibrios ecológicos del medio donde vivimos.

NOTA: Este artículo es un resumen del publicado en LA TARAJILA, que edita la Coordinadora Ecologista Cántabra y que ahora se puede encontrar en los quioscos, trimestralmente, y al precio de 300 pesetas.

Texto publicado en el boletín nº9 editado por ARCA en 1998-9. Extraido de http://www.ctv.es/USERS/arca/boletin/b9/ambiente.htm

Secciones: 
Territorios: 
Autoría: