Contra la deshumanización, contra los bulos
Contra la deshumanización, contra los bulos
Nos hemos distribuido hoy por el centro de Santander para hablar con nuestras vecinas y vecinos de las mentiras que se cuentan sobre las personas migrantes. Hablamos de bastantes de las personas que cuidan a nuestros mayores y niños, de muchas de las personas que nos atienden en bares y restaurantes, de parte de los niños y niñas que van con nuestros hijos y nietos al colegio.
Son mentiras graves, muy poco humanas.
Mienten sobre menores que han llegado aquí en condiciones dificilísimas y que están sólos, diciendo que roban, que son un peligro, que hay que deportarlos, aunque sea incumpliendo la ley. Los menores migrantes, los niños migrantes, no pueden ser expulsados, deben ser cuidados y protegidos. ¿Qué tipo de sociedad somos sino cuidamos de nuestras criaturas? PORQUE SON NUESTRAS CRIATURAS, han llegado solos, han vivido experiencias terribles, tenemos que recibirlas y cuidarlas, darles formación. LO mismo que quisiéramos que hicieran con nuestras hijas e hijos si tuvieran que verse forzadas a buscar una vida mejor en otra parte. Cosa que ya ha ocurrido por más que haya quien lo quiera olvidar.
Mienten también diciendo que las personas migrantes viven mejor que los de aquí y que reciben muchas más ayudas. Esas mentiras no son sólo inaceptables, insultan a la inteligencia de cualquiera, lo primero porque todas las personas que vivimos y trabajamos aquí, nos convertimos en gente de aquí hayamos nacido donde hayamos nacido, lo segundo porque las personas migrantes trabajan entre nosotros, con nosotros, para nosotros, No hay nadie que no lo vea, trabajan muchas veces en negro, no porque les guste, sino porque hay mucho empresario patriota que se aprovecha de la situación de inseguridad de quien necesita un trabajo a toda costa ¿Quién no sabe esto, quién no lo ha vivido?
Mienten mucho cuando pretenden establecer dos categorías de personas, las de aquí y las migrantes. Pero ahí sí expresan un deseo, quieren tener esclavos, quieren que esos nuevos esclavos no tengan derechos, y para eso tiran de las trampas de la identidad y la patria ¿Pero de qué patria hablan? ¿de una en la que la gente pierda sus derechos y las personas migrantes pierdan más? ¿De una patria en la que todas las canalladas y agresiones se tapen detrás de una bandera? Esa no es la nuestra, la nuestra es la de una sociedad igualitaria, inclusiva y con los mismos derechos y deberes para todos y todas.
Mienten cuando imputan a los traficantes de personas la responsabilidad de las muertes en el mediterráneo y en el atlántico. Las, al menos 6.618 personas que han muerto ahogadas tratando de llegar a nuestras costas en 2023, se subieron a las pateras porque no tenían ninguna otra opción. Porque la Unión Europea cierra las fronteras, no abre cupos de migración en los países de origen, no da visados en las fronteras. Las personas que se juegan la vida en el mar, muriendo muchas de ellas, buscan huir de situaciones terribles de guerra y pobreza y quedan abandonadas a su suerte.
Sin embargo, y a pesar de lo anterior, sabemos también que nos movemos dentro de una sociedad en la que las malas gentes que promueven esas mentiras y otras, no son de lejos ni la mayoría. Pesamos que tenemos que poner en valor esa realidad, nuestras capacidades solidarias, y nuestra inteligencia, para así valorar dónde estamos y qué problemas reales tenemos.
Por eso deberíamos ser conscientes de que, a pesar de nuestros muchos problemas, carencias y desigualdades, vivimos en la realidad que, con todas sus deficiencias, es mucho mejor que aquella de la que parten la gran mayoría de las personas migrantes que viven entre nosotras. Realidad que para mejorarla tenemos que compartirla de manera igualitaria. De alguno de los ejemplos de esa realidad deberíamos ser conscientes y sentirnos orgullosos y agradecidos. Entre otros:
- No vivimos en guerra. No tenemos que huir ni buscar refugio. Y sí tuvimos que hacerlo en un pasado no lejano.
- No tenemos que arriesgar nuestras vidas en el mar para poder llegar a un lugar más seguro.
- No tenemos que esperar a que nos atiendan o a trabajar o a pasear en campos de concentración o en pisos hacinados temiendo no salir a la calle para no ser deportados. Y sí tuvimos que hacerlo en el pasado.
- No tenemos la incertidumbre de si seremos o no atendidas si estamos enfermas. Podemos tener que esperar más o menos, pero sabemos que nos atenderán.
- No tenemos apenas que pedir visados, ni tener que recurrir a traficantes para poder viajar.
- Vivimos casi más de 20 años de media que los países empobrecidos. Y no hace mucho que lo hemos conseguido.
PORQUE NINGÚN SER HUMANO ES ILEGAL PASAJE SEGURO YA
NO AL ODIO CONTRA LAS PERSONAS MIGRANTES
NO MÁS MENTIRAS CONTRA LAS PERSONAS MIGRANTES