Comunicado juntas lo paramos todo, junio 2023

Hola amigues, compañeres y resto de personas que nos estáis dedicando un rato. Tenemos
novedades que contaros. Nuestros compañeros llevan más de tres años esperando la acusación de la Guardia Civil y de la Fiscalía por delitos de atentado a la autoridad y lesiones leves en un proceso penal con un juicio por delante aún sin fecha concreta. La novedad es que ya sabemos a qué peticiones de condena se enfrentan. La Guardia Civil pide dos años de cárcel para cada uno y, por su parte, la Fiscalía pide un año y 6 meses.

Hasta ahora el grupo de apoyo y la campaña “Juntas lo paramos todo, ni desahucios ni represión” ha tenido una postura clara a la hora de no dejar que la represión deje en un segundo plano las cuestiones verdaderamente importantes. Por ello nunca hemos querido entrar en detalles sobre la defensa de los compañeros ante los hechos de los que se les acusaba para, precisamente, poner el foco en lo que nosotres consideramos realmente grave: el drama de los desahucios, la dificultad del acceso a una vivienda y de afrontar el pago cada vez más elevado de alquileres e hipotecas. Pero también, la criminalización de la okupación como chivo expiatorio para desviar la atención de la violencia ejercida por fondos de inversión y entidades bancarias, la expulsión de vecines que genera la proliferación de pisos turísticos etc.

Cuando ocurrieron los hechos que desencadenarían este caso represivo, el 13 de julio de 2020, lo grave fue que una familia iba a ser desahuciada y que ese día supuso un antes y un después para las movilizaciones contra los desahucios en Cantabria, debido a que las fuerzas de seguridad del estado impidieron el acceso a las personas solidarias al portal con un dispositivo de vallas. Una estrategia policial de ejecución de desahucios que hemos podido ver repetida en posteriores intentos de echar a vecines de sus casas.
Recordamos que estos “stop desahucios” son situaciones no deseables que se llevan a cabo como último recurso para impedir lo que a veces no es posible conseguir previamente con otras formas de presión y denuncia. Es decir, que los colectivos de vivienda realizan un trabajo cotidiano, y no tan visible, que es tan importante o incluso más, que dichas situaciones puntuales. Pero cuando no quedan más opciones, no queda más remedio que acudir a portales y puertas para impedir ese hecho tan violento como es dejar a gente sin casa habiendo tantas casas sin gente.

Sin embargo, ahora que ya sabemos qué les espera a nuestros compañeros en el futuro,
vemos necesario poner el foco por primera vez en los detalles del caso.
1./A uno de nuestros compañeros le acusan de tirar unas vallas, provocar lesiones en la mano de un Guardia Civil y romper un casco. Lo cierto es que nuestro compañero, aparte de oponerse con dignidad al desahucio, como todas las personas asistentes, lo único que hizo fue ser arrastrado por la fuerza por la Guardia Civil hacia dentro del portal, allí donde ninguno de sus compañeres ni de les vecines de las ventanas pudieran ver lo que pasaba. Allí dentro le pegaron y le insultaron con palabras que para nosotres no son insultos (maricón, hijo de puta...), pero que sabemos, desde su intencionalidad sí. Como ya informamos en su día, la denuncia que puso nuestro compañero no ha sido aceptada, de tal manera que los agentes en cuestión no tendrán que rendir cuentas ante tales hechos, tal y como marca la decisión judicial. De hecho, debemos señalar el trato desigual que hemos tenido durante todo el proceso, que se está alargando tantos años, entre otras cosas, por los
recursos que hemos puesto para que nuestro abogado pudiera hacer preguntas a los guardia civiles sin resultado alguno. Lo cierto es que los guardia civiles nunca tuvieron que responder, ni tuvieron que declarar delante de la jueza en cuestión, sino que se les permitió hacerlo por escrito.

Pensamos que debemos de ser, y repetidas veces no lo somos, cuidadoses con los vídeos que se graban y las fotos que se hacen en los contextos de movilización y se publican en redes en el instante sin reflexión ni objetivo alguno. No obstante, tanto los vídeos a los que tenemos acceso como los testimonios de las personas que estuvieron allí ese día, muestran que las acusaciones contra nuestro compañero no se corresponden con la realidad.

2./ Nuestro otro compañero es acusado de tirar una valla causando lesiones leves en el pie a un agente. Desde el principio, nuestro compañero reconoció haber tirado la valla ante la
incertidumbre e indignación de no saber qué le estaba pasando a su compañero arrastrado por los agentes dentro del portal. En el juicio está en juego la intencionalidad de tirar esa valla, que nunca fue la de dar a alguien.
Dicho esto, volvemos a lo que consideramos verdaderamente importante. Queremos trasladaros el mensaje de que sería contraproducente ver este caso como un hecho aislado. Por el contrario, lo consideramos parte de una hostilidad permanente en todo el estado español contra el movimiento de vivienda y contra las personas que puntualmente se solidarizan con los colectivos motores de dicho movimiento, como es el caso de nuestros compañeros. Actualmente, muchas personas están a la espera de juicios penales, con causas abiertas y grandes cantidades de dinero en multas, tanto por este caso como por otros casos similares, tanto en Cantabria como en otros lados. Si no vemos esto como parte de un todo es más difícil que la solidaridad se extienda ante nuevas oleadas de desahucios y desalojos. Estos lanzamientos se van a seguir dando por muchas leyes de vivienda que se aprueben parcheando las consecuencias de este sistema económico, puesto que el problema radica
en la consideración de las viviendas y los hogares como una mercancía y no como un derecho o necesidad que cubrir para todas las personas.
No queremos normalizar la represión; pero sí la organización, el apoyo mutuo y los cuidados ante la misma, que siempre va a estar presente si las personas se movilizan para cambiar las cosas. Por otro lado, también consideramos importante no ver nuestro caso como un tema exclusivo que concierne exclusivamente a las personas que se movilizan contra los desahucios. Es por ello que animamos a todos los colectivos y personas, que luchan por la justicia social desde la base, a solidarizarse y hacer suya esta causa como tantas otras que existen y como tantas otras que desgraciadamente puedan venir.

Queremos exigir la absolución de nuestros dos compañeros a través de una campaña donde el peso de la difusión esté fundamentalmente en nuestros propios medios. ¡No es posible que estemos unides siempre y para todo, pero sí juntarnos en momentos concretos para demostrar que “juntas lo paramos todo! Y que juntas, es más fácil sobrellevar la represión sin que consiga una de sus funciones: la de abocar a las personas que la sufren a tirar la toalla y apartarse poco a poco a través del aislamiento y la desilusión.

¡Absolución para nuestros dos compañeros!

¡Juntas lo paramos todo! ¡Ni desahucios Ni represión!

Junio de 2023