Huelga médica en atención primaria, la medicina de familias y comunidades en juego
Huelga de médicxs de la atención primaria en Cantabria, indefinida, a partir del lunes 7 de noviembre
Hasta ahí el titular, ahora vamos hacia lo importante.
Antes puntualizo que formo parte de este colectivo que va a hacer huelga, pero trataré de hablar además desde la posición, también mía, de paciente.
Los motivos que llevan a esta huelga son tres: sobrecarga, agresiones, y creación de un nuevo tipo de interinidad de segunda clase.
Uno, la sobrecarga. Por ahora, paso por alto el detalle de que cada vez es más difícil tener una cita con «mi médicx». Esto genera sobrecarga, y más cosas.
Sobre la atención primaria cada vez recaen más tareas de tipo administrativo, como el papeleo o la burrocracia. Desde dentro: sensación de «qué estoy haciendo», «esto no es lo que me ha motivado a esforzarme en llegar hasta aquí». Desde el otro lado de la mesa: «lxs médicxs ya no miran a los ojos, solo teclean y dan papeles, bien receta o bien volante». Parecen inevitables algunas consecuencias como el distanciamiento y el aumento de la crispación en ambos lados. Sin embargo esta sobrecarga administrativa no se reclama específicamente.
Otra sobrecarga, que sí se demanda en esta huelga, y más objetibable aún, es la sobrecarga asistencial. Hay un acuerdo de fin de otra huelga, del año 1 AC (antes de la covid19), que establecía el límite diario de pacientes en 28, aunque en caso de ausencias de compañerxs llega hasta 35. Con la covid muchas cosas saltaron por los aires, estos límites no fueron una excepción. Ahora se pretende establecer una agenda que ya contemple de entrada 38 citas. Conclusión, se saltan los acuerdos firmados por ellos mismos de forma impune.
Dos, las agresiones a sanitarixs. Hay un alza desde la «vuelta a la normalidad», llamativo por el número de las agresiones físicas, que son más fáciles de objetivar y cuantificar que las verbales. Soluciones sobre la mesa: cámaras, vigilantes privados, y/o sanciones económicas.
Este es el punto con el que soy más crítico. Todas las opciones tienen un claro enfoque punitivo, que no comparto. Se vende como disuasorio y, suponiendo que fuera cierto en el caso de las agresiones físicas, de las verbales no disuade, poco ayuda, y siempre la agresión verbal precede y/o acompaña a la física.
Quizá la crispación, tanto de profesionales como de pacientes, que mencionaba en relación a la sobrecarga tenga algo que ver y que prevenir sobre las agresiones. Quizá un enfoque preventivo evite desde la raíz las agresiones, en vez de disuadir. Quizá prevenir las agresiones es sinónimo de evitar la sobrecarga, de mejorar la atención, de cuidar(nos).
Tres, interinidad de segunda. No tiene nombre oficial, pero creo que es lo más descriptivo.
Partimos de una situación laboral en la que faltan médicxs en la atención primaria, y los últimos en llegar después de realizar vía MIR la especialidad de Medicina Familiar y Comunitaria (MFyC), tenemos contratos temporales. En Cantabria, premeditadamente, no se realizan contratos para cubrir directamente una ausencia médica. En su lugar estos contratos temporales consisten en realizar las horas de trabajo habitual matutino, pero sin un cupo de pacientes asignado sino cubriendo a médicxs ausentes o con agendas llenas, sin un centro de salud fijo sino cambiando hasta por semanas según las necesidades, y además cubriendo una parte de guardias en SUAPs (servicios de urgencias de atención primaria) principalmente en los fines de semana.
A partir de este año, según normativa Europea, hay que bajar la temporalidad en los contratos de la administración. Podría parecer una buena noticia al aumentar la estabilidad, hasta que (redoble de tambores) se plantea crear un nuevo tipo de interinidad que perpetúe las condiciones previas de los contratos temporales, ahora de forma indefinida. Una vez creada, nada impediría amortizar cada jubilación de actuales interinidades y sustituirla por una en estos términos.
Este detalle, esta intención, que podría parecer cosa menor dentro de la reclamaciones de la huelga, puede ser también la más peligrosa, ya que podría acabar con la logitudinalidad de la atención primaria, esto es con el seguimiento a lo largo el tiempo por unx mismx médicx. Se trata de uno de los cuatro fundamentos de la atención primaria (longitudinalidad, accesibilidad, coordinación e integralidad). Quizá no en el corto plazo por un alto coste político-electoralista, pero sí seguramente en el medio plazo avivado por unas claras ansias privatizadoras que acosan a la sanidad pública. Se acabaría, no en la teoría pero sí en la práctica, con la Medicina Familiar y Comunitaria. Pasaríamos de ir a «mi médicx» a ir a «unx médicx».
Esta huelga no es más, ni menos, que una lucha parcial por no perder derechos, derechos laborales, y también el derecho a una atención sanitaria digna. Parcial sí, como todas, supongo. Ni más importante que otras, ni menos necesaria.
Además afecta a un colectivo muchas veces tildado de privilegiado e inmovilista. Privilegiado quizá en lo económico, poco más. Ojalá se acerque el salario base al nuestro, y no a la inversa. Inmovilista quizá, pero venimos de una huelga el año 1 AC, y vamos a otra el año 1 DC, algo estará pasando.
No quería terminar sin recordar que además de resolver consultas a demanda, establecidas en 10 minutos, que de ser 35 absorben el 90% de la jornada... además, nuestra especialidad lleva la Comunitaria en el nombre. Convenientemente olvidada en una sociedad que aboga más por la atomización y resolución individual de los problemas, que por afrontarlos desde lo colectivo y el apoyo mutuo. La medicina comunitaria tendría mucho que aportar en este sentido, desde talleres grupales, prevención y promoción de la salud, mapeo de activos de salud, buscar sinergias salubristas con otros actores de la comunidad, y en definitiva, analizar y abordar los determinantes sociales de la salud. Y no solo resolver problemas de salud, casi siempre aislados de su contexto, en consultas individuales de 10 minutos.
Quizá podríamos también pensar en sistemas sanitarios públicos y no estatales, sin las influencias de la política electoralista, con un gerencia que mandase obedeciendo hacia lxs de abajo en vez de hacia lxs de arriba. Tal como yo lo veo, solo podemos defender lo que tenemos y construir lo que queremos.
¡Salud!
Antonio, Médico de Atención Familiar y Comunitaria en la Gerencia de Atención Primaria de Cantabria, y paciente.
Artículo publicado en el Boletín Briega en papel Nº37 Noviembre 2022