Rufino Macho Cuesta (1884-1963)

Rufino Macho Cuesta (1884-1963), un anarcosindicalista de Reinosa: Su vida, su obra, y el estado lamentable de su sepultura en el cementerio civil de Ciriegu de Santander

Este es el estado en el que se encuentra actualmente la sepultura en el cementerio civil de Ciriegu de Santander del anarcosindicalista y escritor reinosano Rufino Macho Cuesta (Reinosa, 1884 -Santander, 1963), quien fuera el padre de Urano Macho Castillo, militante anarcosindicalista y poeta cántabro, director en 1936-37, durante la Guerra Civil, de la Comisión de Bibliotecas de la Dirección general de Instrucción Pública del Comité Provincial de Guerra, nacido en Santander en 1912 y fallecido en Torrelavega en 2009.

Fotografía: Araceli González Vázquez, julio de 2022.

Difícil de entender cómo una sepultura de principios de los años sesenta, se encuentra en ese estado en 2022. Nada raro en el contexto del cementerio civil de Ciriegu, la parte peor gestionada del cementerio municipal de la ciudad de Santander, que presenta innumerables problemas de conservación, y daños irreversibles del patrimonio material y cultural, particularmente graves en algunas sepulturas antiguas.

Rufino Macho Cuesta trabajó como oficial de la limpieza pública (1918-1931) y como auxiliar de los mercados de la Esperanza y del Este (1932-35, 1935-37) de la ciudad de Santander, ejerció su actividad sindical en la CNT, en la que formó parte de la Sociedad de Profesiones y Oficios Varios, y fue parte de los socios fundadores y de las juntas directivas del Ateneo Popular de Santander, una entidad en la que participó también como escritor (en veladas literarias) y como conferenciante.

Rufino Macho Cuesta nació en Reinosa, Cantabria, en 1884. Allí encontró su primer trabajo como dependiente del almacén de muebles de Casimiro Díez. Allí también vivió su primer conflicto laboral cuando fue acusado de hurto por su patrón, que declaró ante la justicia que el joven Rufino había sustraido varios efectos de su almacén (cuatro palanganeros, una romana, una cama de hierro y una tela metálica) y los había vendido a beneficio propio. Fue condenado a dos años de presidio correccional en septiembre de 1904. Prófugo con otros once quintos cántabros que no acudieron a las filas del servicio militar obligatorio, recibió un indulto del Ministerio en 1906. A pesar de ello, ingresó en la cárcel de Santander en abril de 1907. En esos años era ya conocida su militancia anarquista. De hecho, en mayo de 1908 se le detuvo en A Coruña como sospechoso de haber colocado una bomba en la iglesia de San Jorge de la ciudad. La bomba estalló durante una misa de tropa el día 24 de mayo de 1908. Había sido colocada junto a un confesionario. No hubo muertos, pero sí varios heridos.

Rufino Macho fue detenido por la colocación de propaganda anarquista en el espacio público de A Coruña. Habían aparecido unos impresos de pequeño tamaño y en colores, con unos textos “acentuadamente anarquistas”, en muchos postes telegráficos y del alumbrado, en las fachadas de algunas casas, y en algunos otros puntos de la ciudad. Se le detuvo in fraganti, mientras colocaba un impreso en un poste del cable del alumbrado del Cantón Pequeño. En el momento de su detención, Rufino Macho no estaba solo, pero su compañero logró huir. Los agentes de la Seguridad se incautaron de multitud de pasquines y del tarro con engrudo que usaba para pegarlos. Había llegado a A Coruña hacía tres meses, y según la prensa, vivía de “los socorros” de “significados colegas de la clase obrera”. En A Coruña, Rufino Macho había participado en algunos mítines políticos, y en abril de 1908 había sido nombrado secretario del Centro de Estudios Sociales “Germinal”. El 19 de marzo de 1908, el diario El Noroeste de la ciudad publica un soneto de tema amoroso de su autoría:

En su declaración ante los agentes de la Seguridad de A Coruña, realizada quizá bajo coacción, como era frecuente en la época, señaló que había recibido los impresos de la redacción del periódico ácrata El Rebelde de Barcelona. Este diario, que se publicó en Barcelona en 1907 y 1908 bajo la dirección de Leopoldo Bonafulla (seudónimo del anarquista catalán Joan Baptista Esteve), pudo ver la luz durante ese período a pesar de la represión y las múltiples denuncias contra sus artículos. Una vez detenido, a Rufino Macho se le registró la ropa que llevaba, y se le hallaron cartas, postales, artículos de periódicos y otros documentos que los agentes vincularon con sus ideas anarquistas y libertarias. En una de las tarjetas postales, según señaló un diario de A Coruña, se hacía apología de Angiolillo. Michele Angiolillo Lombardi (1871-1897) era el anarquista italiano que había asesinado a Antonio Cánovas del Castillo, presidente del Consejo de Ministros de España, en agosto de 1897. Se dice que pronunció la palabra “Germinal” antes de morir.

También señala el diario El Noroeste que a Macho se le halló una hoja de almanaque en cuyo reverso había una receta culinaria para preparar pollos rellenos. Como vemos, en la represión del anarquismo, cualquier papel se consideraba de interés o sospechoso. Señala el redactor de El País sobre Rufino Macho que, “hablando de la fe que siente por sus ideas, llegó a decir que si alguien intentase por la fuerza hacer que abdicase de ellas, apelaría también a la fuerza para defenderlas” (El País, 11 de abril de 1908).  

A Rufino Macho se le exoneró de toda responsabilidad un par de días después de su detención cuando se comprobó que aquel día de la explosión de la bomba en A Coruña se encontraba en Betanzos, junto con algunos “compañeros suyos en ideas”, asistiendo a un mitin de protesta contra la Ley de represión del Terrorismo de Maura. Macho regresó de A Coruña a Santander en barco en julio de aquel mismo año de 1908, una vez recobrada su libertad.

En 1909-10, Rufino Macho cumplió con el servicio militar y publicó algunos textos en la prensa cántabra sobre su experiencia en los cuarteles (por ejemplo, “¡Todo por la patria!”, La Región cántabra, 23 de enero de 1909, p. 3; “Aurora feliz. El soñar de un militar”, La Región cántabra, 5 de junio de 1909, p. 2; ¡¡Juventud!!, La Región cántabra, 13 de noviembre de 1909, p. 2; “Durante mi centinela. El mañana esplendoroso”, La Región cántabra, 13 de agosto de 1910, p. 3). Algunos de esos artículos están firmados en Tarrasa. En 1909 realizaba donaciones al Centro de Enseñanza Integral y Laica, y en 1910 publica en el semanario republicano La Región cántabra un artículo titulado “Por la cultura”, en el que se dirige a la comisión organizadora del Ateneo Popular para señalar la idoneidad del proyecto de apertura (La Región cántabra, 26 de noviembre de 1910, p. 2). También son de 1910 los artículos titulados “Rápidas reflexiones” (La Región cántabra, 16 de septiembre de 1911, p. 2) y “Niños ricos y niños pobres. Para los niños pobres ¡Oh Racionalismo!” (La Región cántabra, 16 de diciembre de 1911, p. 1).

En esos años, Rufino Macho mantiene una actividad literaria algo más intensa que en los anteriores. En 1912, el cuadro artístico “Aurora” del Ateneo Popular puso en escena un monólogo en prosa escrito por él. Se titula “El Asistente”, y no tengo constancia de que se haya conservado en ningún archivo o biblioteca pública cántabra. Lo interpretó José Carral, un hijo del anarquista cántabro Emilio Carral en el salón-teatro de la escuela laica de la calle San Roque. También es de su autoría y de ese mismo año, el monólogo en prosa titulado “¡Buena caza!”, estrenado por el mismo cuadro artístico en el mismo lugar. Tampoco parece haberse conservado. En esos años, Rufino Macho continúa escribiendo artículos para el semanario republicano La Región Cántabra. De 1912 son los titulados “La nave social” (La Región cántabra, 3 de febrero de 1912, p. 2), “En Santander. Brisas del mar Cantábrico” (La Región cántabra, 10 de febrero de 1912, p. 3) y “Hacia la Revolución Social” (La Región cántabra, 9 de marzo de 1912, p. 2). En 1913, Macho formaba parte del grupo anarquista “Las Hormigas”. Emilio Carral, de ideas anarquistas como él, y próximo a él en muchos sentidos, formaba parte del grupo “Adelante”. En 1915 y 1916, Rufino Macho publica nuevos artículos en La Región cántabra. Estas colaboraciones de un anarcosindicalista en la prensa republicana son reveladoras de la buena sintonía que existió en Cantabria en la época entre ciertos sectores del republicanismo -federal y lerrouxista- y el anarquismo/libertarismo local. En 1916, Macho publica un artículo muy interesante, examinando, con una perspectiva muy crítica, el punitivismo aplicado socialmente a través del penal de El Dueso (“La inquisición moderna en el penal de El Dueso”, La Región cántabra, 13 de mayo de 1916, p. 2). También escribió sobre la cárcel de Santander, ese mismo año.

En febrero de 1921, Rufino Macho fue detenido y encarcelado de nuevo. Se le detuvo junto a otros seis sindicalistas en la ciudad de Santander. Se les había sometido a vigilancia previa, y se sospechaba que podían haber (re)constituido en Santander el Comité Regional del Norte de la CNT desarticulado en Bilbao. Tenía entonces 37 años, y trabajaba como peón temporero en el Ayuntamiento de Santander. Vivía en una buhardilla del número 12 de la calle de Eugenio Gutiérrez. Los detenidos entonces fueron Bruno Carreras, Félix Martín, Lázaro Sierra, Francisco Fernández, Luis Ramos y Galo Díez. Estos hombres fueron detenidos la noche del 12 de febrero de 1921 cuando se encontraban en el domicilio de Ramos. En esa reunión, al parecer, habían tomado la decisión de fundar una asociación obrera llamada Confederación Regional del Trabajo del Norte, algo considerado ilícito y penado por la ley. Se les juzgó en Santander en 1922, pero el fiscal, en vista de las pruebas, retiró la acusación. En julio de aquel año, quizá como medida represiva, se le negó a Rufino Macho una plaza de barrendero en el Ayuntamiento de Santander. Al año siguiente, también en el mes de junio, se declaró un incendio en la casa en la que vivía con su familia, en una buhardilla del número 12 de la calle de la Compañía, que no parece haber sido fatal.  

En noviembre de 1921 volverá a ser detenido y encarcelado de nuevo cuando, en el marco del conflicto obrero que se ha planteado en Santander, presente una proposición para declarar la huelga general.

A finales de los años veinte, y en los primeros treinta, Rufino Macho formó parte de la Agrupación Instructiva de Dependientes municipales del Ayto de Santander, de la que fue presidente. Mantuvo una actividad sindical bastante intensa, e intervino como propagandista político en numerosos mítines. En 1934 le tocó un importante premio en la Lotería, e hizo múltiples donaciones sociales ese año y en los dos siguientes.

Su hijo Urano, que recibió de sus padres, Rufino Macho y Teresa Castillo, este nombre de claras resonancias astronómicas, en consonancia con el racionalismo de muchos anarquistas y libertarios de aquella época, nació en Santander en 1912. Fue fundador, en 1932, del Ateneo Obrero de Santander. En 1936 fue nombrado en director de la Comisión de Bibliotecas del Comité Provincial de Cultura, cuyo director era el también anarquista Jenaro de la Colina (Santander, 1906- Santander, 1993). Una de las personas que colaboraron con él con mayor entusiasmo en los primeros meses de la guerra y en 1937, hasta la ocupación de Santander por las tropas fascistas, fue el escritor cabuérnigo Manuel Llano, que donó muchos libros para la fundación de las bibliotecas populares y de barriada obra de Urano Macho, y que escribe lo siguiente sobre la iniciativa de Macho para mejorar las lecturas infantiles:

Pues ya lo creo que comparto tu iniciativa, amigo Urano Macho! La comparto y además la animo en mí, porque veo en ella una máxima preocupación de romper ramplonerías educativas y, mejor aún, un desvelo constante de idea que no está a gusto con las malas rutinas, que quiere, sin envanecimiento, buscar maestría a los rumbos infantiles…” (Llano, Manuel, “Esbozos. Lecturas infantiles”, El Cantábrico, 15 de noviembre de 1936, p. 6). 

En 1979, Urano Macho pudo participar en el homenaje que se le rindió a Manuel Llano en Santander. En 1982 publicó su único libro de poemas, titulado “Versos en mi vida”. Escribió en numerosas publicaciones periódicas, tanto dentro como fuera de Cantabria, pero, lamentablemente, nunca se han compilado sus trabajos. Urano Macho se había formado en las aulas de la escuela laica de la calle Magallanes del Centro de Enseñanza Integral y Laica. Aurelio Herreros, maestro laico homenajeado en tiempos de la Segunda República, librepensador republicano de Sierrapandu, dirigía entonces esa escuela de la calle Magallanes, y fue su maestro. En esa escuela se formó también, entre otros, el socialista Eulalio Ferrer, y en ella trabajaron como maestras laicas las hermanas Lavín Aspiazu, sobre las que escribí aquí en La Murria.

Exiliado en Francia, fue entregado a las autoridades franquistas de Santander junto a su padre, y pasó varios años en la cárcel. Rufino Macho fue sometido a la ley de responsabilidades políticas, pero en 1944 se le declaró exento de responsabilidad.

Si en el Ayuntamiento de Santander existiera una mínima sensibilidad hacia el patrimonio material y cultural de los cántabros y las cántabras que existe en Ciriegu, ni esta sepultura, ni el resto de las que perviven actualmente en el cementerio civil de Ciriegu se encontrarían en el estado lamentable en que se encuentran. Este cementerio es un importante elemento del patrimonio material ligado a la memoria democrática de Cantabria, y alberga las sepulturas de muchos hombres y mujeres que trabajaron en circunstancias muy adversas para socializar ideas de progreso entre las cántabras y los cántabros.

Agradecimientos

Le agradezco mucho a Daniel Lobete López, profesor de enseñanza secundaria de Geografía e Historia, la extraordinaria tarde que pasamos en Ciriegu hace unas semanas, fijando nuestra mirada investigadora en aspectos invisibilizados de la Historia de Cantabria y de Santander, y compartiendo nuestras inquietudes intelectuales sobre ellos.

Artículo de Araceli González Vázquez

Blog La Murria